Fuente: Mundo Libre diario

La «hierba milagrosa» de Sudáfrica, Agathosma Betulina, o Buchu, es un recurso vegetal natural. El Buchu, a veces llamado «el primer médico del Cabo», se encuentra únicamente en la zona del Cabo Occidental de Sudáfrica. 

Esta hierba en flor es conocida por su distintiva fragancia dulce y alimonada, sus propiedades medicinales y su capacidad para producir aceites esenciales superiores. Ha sido un valioso artículo de comercio durante siglos, incluso estuvo a bordo del Titanic.

Este arbusto, un valioso miembro del Reino Floral del Cabo, está protegido por los Parques Nacionales de Sudáfrica (SANParks), la Junta de Conservación de la Naturaleza del Cabo Occidental (CapeNature) y la Agencia de Parques y Turismo del Cabo Oriental. 

El patrimonio de Koisan 

El valor medicinal del Buchu fue reconocido por primera vez por los khoisan, un grupo de indígenas no bantúes que incluye tanto a los san (cazadores-recolectores), como a los khoekhoen (pastores).

Según los arqueólogos, los khoisan viven en Sudáfrica desde hace aproximadamente 2.300 años. Sus pinturas rupestres y herramientas se encuentran entre las más antiguas del mundo, aunque gran parte del arte rupestre permanece sin identificar en propiedades privadas, y algunas han sido destruidas con grafitis o robadas y vendidas a compradores de arqueología.

Imagen del pueblo khoisan de la serie Once We Were Hunters (Una vez fuimos cazadores) explora la cuestión de cómo los pueblos indígenas de África pueden y deben beneficiarse de los recursos que han conservado durante cientos de años. (Imagen: Paul Weinberg vía Creative Commons CC SA 3.0)

Los registros documentados muestran que los khoisan tenían una notable capacidad para prosperar en entornos secos u hostiles, y que sus habilidades de rastreo y caza de animales eran magníficas. Muchos eran expertos herbolarios que utilizaban remedios naturales para tratar y curar una amplia gama de enfermedades. 

El Buchu como medicina

Con un aceite volátil (hasta un 2,5%, que contiene diosfenol, limoneno, mentol y alcanfor), un glucósido (barosmina), flavonoides (incluyendo diosmina, rutina, hesperidina, quercetina y derivados), mucílago, resina, vitaminas del grupo B y taninos, el valor medicinal de la hierba es indiscutible.

En la medicina del Cabo, el aguardiente de Buchu se utiliza como tónico general, para tratar y curar casi cualquier problema de salud. La hierba ha sido reconocida también en Europa y América del Norte, aplicándose en diversas formas para usos medicinales.

El aceite de Buchu ha recibido elogios internacionales por sus propiedades antiinflamatorias y agentes antibacterianos, antifúngicos y antimicrobianos.

Un tónico diurético de la hierba es útil para muchos tipos de problemas urinarios y ginecológicos, así como para la pérdida de peso. También se cree que es eficaz en el tratamiento del reumatismo y la gota.

Las hojas de Buchu infundidas con aceite portador o bálsamo sirven como desinfectante natural y analgésico, mientras que el Buchu en vinagre funciona como antiséptico curativo en las heridas. Los herbolarios utilizan el Buchu para tratar los calambres premenstruales y la hinchazón.

La hierba también es excelente para tratar las infecciones de próstata, la cistitis, la gonorrea, la impotencia y el bajo recuento de esperma. 

Para obtener los beneficios naturales de la hierba, las hojas de Buchu pueden infusionarse en jugos  o alimentos, o consumirse en forma de té. En las conservas, el Buchu añadido libera su sabor único a fynbos, una potente mezcla de menta y corriente negra. 

La cosmología Khoisan y el Buchu

Los khoisan dan mucha importancia al sentido del olfato. El fuerte aroma del Buchu se asocia con la transformación física y mental.

Según el folclore tradicional San, la fragancia del Buchu transporta los poderes medicinales de la hierba al cuerpo a través de los oídos, la nariz, la boca y los poros de la piel, animando al cuerpo interior a estar en el «lugar correcto».

Los herbolarios san utilizaban el Buchu no solo para aliviar dolencias, sino también para despertar el cuerpo abriendo los sentidos. Como cazadores-recolectores, los san necesitaban tener una mayor conciencia; la capacidad de permanecer quietos y receptivos a su entorno. Este potente mediador de energía se utilizaba en la aromaterapia y en los ritos.

En su tesis sobre la simbología del arte rupestre, Siyakha Mquni sugiere que los árboles y las plantas actúan como mediadores cósmicos simbólicos. El folclore khoisan enseña que todo lo que se crea tiene diferentes grados de intensidad sobrenatural y que los árboles y las plantas son seres superiores que se dan a conocer a través de su aroma. 

Los khoisan consideran que el cosmos es un «flujo» de energía, en lugar de un mero conjunto de objetos. Al abandonar el «yo», se produce una fusión con lo que está más allá del yo. Si el Buchu puede facilitar este flujo, puede ser justo lo que la humanidad necesita para ver a través de las fuerzas perversas que están corrompiendo la sociedad actual.

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