Fuente: Mundo Libre Diario

En medio de varios escándalos que involucran a turistas estadounidenses en casos de pedofilia, abuso y explotación infantil, el alcalde de la ciudad de Medellín, Federico Gutiérrez, ha emprendido una campaña para alertar sobre esta problemática.

La segunda ciudad más grande de Colombia, después de Bogotá, se ha visto sacudida por casos que han generado indignación y preocupación. La campaña, que incluye carteles en inglés dirigida al público extranjero con el mensaje «¡Ni lo intentes, es un delito!», ha sido lanzada en un momento crucial para la ciudad.

Uno de los incidentes que ha desencadenado esta respuesta es el caso de Timothy Alan Livingston, un ciudadano estadounidense de 36 años, quien fue encontrado en un lujoso hotel de la turística zona de El Poblado en compañía de dos niñas, de 12 y 13 años. Aunque el operativo resultó en la salida del país del individuo sin enfrentar cargos, el alcalde Gutiérrez ha expresado su determinación de que se haga justicia.

«Quiero que el mundo entero sepa quién es este depravado, que se sepa en Colombia, en EE. UU. y en cualquier país», dijo Gutiérrez en una rueda de prensa a principios de este mes.

Colombia ha solicitado a Estados Unidos en múltiples oportunidades la entrega de ciudadanos para ser juzgados por delitos cometidos en su jurisdicción, pero las autoridades judiciales del país norteamericano han respondido negativamente, debido a que Washington no ha suscrito un acuerdo de extradición, según informó El Colombiano.

Gutiérrez ha encabezado personalmente la distribución de volantes a los turistas extranjeros en el Aeropuerto Internacional José María Córdova, dando la bienvenida al país y al mismo tiempo haciendo un llamado para poner fin a la esclavitud infantil con fines sexuales.

A pesar de las acciones tomadas, Medellín se ha convertido en un destino frecuentado por turistas que se aprovechan de niñas y jóvenes víctimas de trata y explotación sexual. La campaña busca advertir a posibles depredadores de las severas consecuencias legales de sus acciones.

Sin embargo, algunos críticos señalan que estas medidas pueden resultar ineficaces e inapropiadas, argumentando que la problemática requiere un enfoque más integral y a largo plazo.

«La problemática debe ser afrontada colectivamente, con programas integrales de largo aliento, y no con acciones de un funcionario público que responde a la coyuntura y de forma mediática», apunta Germán Valencia, del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia.

Además de los carteles y vallas, Gutiérrez ha firmado dos decretos: uno que prohíbe por seis meses la oferta de turismo sexual en El Poblado, y otro que limita el funcionamiento de bares hasta la 1:00 de la mañana, solo por un mes.

Es importante destacar que en Colombia la prostitución no es ilegal, según una sentencia de la Corte Constitucional emitida en 2010. En este sentido, el alcalde reconoce el alcance limitado de sus medidas.

«No podemos prohibir el trabajo sexual, pero sí tenemos que cuidar a quienes también prestan esos servicios al entender que hoy toda esa zona está en control de diferentes estructuras criminales», admitió durante el lanzamiento de su campaña.

Según las cifras oficiales ofrecidas por la Alcaldía de Medellín, entre 2019 y 2023 se reportaron en esa ciudad más de 1.400 casos de explotación sexual con fines comerciales en perjuicio de niños, niñas y adolescentes.

La situación en Medellín refleja un problema profundo que requiere una respuesta integral y coordinada tanto a nivel local como internacional. La campaña del alcalde Gutiérrez es un primer paso en la lucha contra el turismo sexual, pero queda mucho por hacer para proteger a los más vulnerables y erradicar esta grave violación de los derechos humanos.

Turismo sexual pedóflo

La trata de menores es una industria ilícita y una forma de esclavitud moderna que genera aproximadamente 150 mil millones de dólares al año en todo el mundo, victimizando a los más vulnerables.

Según datos de la OIM revelados por la periodista Verónica Toller -especialista en el tema- en una nota del diario La Nación, más de 4 millones de personas al año realizan viajes de turismo sexual, “buscando sexo pedófilo, abuso sexual de menores y la consecuente venta de niños por catálogo”.

Esta problemática está muy bien representada en la película-documental «Sound of Freedom» («Sonido de Libertad»), producida por el mexicano Eduardo Verástegui, que rompió la taquilla tras su estreno a mediados del año pasado y relata una historia real ocurrida precisamente en Colombia.

Según la información brindada en el film, Estados Unidos es el principal país consumidor de la explotación sexual de niños. En este sentido, recientemente una senadora republicana de California, presentó un proyecto de ley bipartidista para combatir la trata de personas, buscando tipificar el acto de “solicitar, aceptar o participar en cualquier acto de sexo comercial con un menor” como un delito grave.

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