Fuente: AciPrensa

El Arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Dionisio Guillermo García, elevó sus plegarias ante la Virgen de la Caridad del Cobre en el Domingo de Ramos, implorando por las necesidades del pueblo, anhelando que encuentren libertad y la “luz” de la fe en medio de las adversidades.

“Nuestro pueblo ha dicho y repite, y eso todos lo sabemos: corriente y comida. ¿Es eso inalcanzable? ¿Es pedir demasiado? No, no, no. Nuestro pueblo también pide la libertad. Para que cada quien pueda hacer su proyecto de vida, y lograr que sus hijos alcancen el máximo”, manifestó el 24 de marzo en un ambiente de silencio, desde la emblemática Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

La petición del prelado tuvo lugar una semana después de que, en varias ciudades en Cuba, multitudes salieran a las calles para exigir un cambio de sistema, a causa de los continuos cortes de luz eléctrica y escasez de alimentos en la isla, que vive en dictadura desde hace más de 60 años.

El prelado continuó su oración haciendo referencia al papel de la Virgen María como mediadora de las súplicas y anhelos del pueblo cubano: “Yo quiero pedirte lo que los peregrinos vienen a pedir ante ti… Queremos vivir con mayor desahogo, queremos tratar de vivir una vida normal en la que cada cual pueda hacer su plan, su proyecto de vida”.

“Queremos utilizar las horas de nuestro tiempo en la lectura y en el servicio, pero muchas veces las empleamos en la lucha cotidiana por conseguir lo imprescindible para vivir, que casi siempre escasea. Las noches se hacen largas, sin energía. Pedimos, Señor, que nos des energía interior”, prosiguió.

Las palabras de Mons. García también abordaron la necesidad de erradicar la violencia en las calles y promover el respeto mutuo entre los ciudadanos: “Te pedimos, Madre, que todos seamos uno y nos respetemos los cubanos uno a uno… Que de la misma manera que estamos empezando la Semana Santa, acompañemos precisamente el sacrificio de Jesús”.  

“Te pido que tengamos la esperanza de ese pueblo que esperaba al Mesías. Sabemos que algún día vendrá la luz sobre nuestro pueblo, la luz interior. Te pido que nos demos cuenta de que si no hacemos la voluntad de Dios, que es hacer el bien, fracasaremos en la vida”, sostuvo.

“También te pedimos, Padre, que algún día veamos la luz, la luz [para salir de] estos problemas. Pero también que todos encontremos la luz de la fe, que es la que nos lleva precisamente a dar razón de todo lo que existe, de lo que vivimos”, agregó.

El arzobispo finalizó su intervención con un Ave María por la paz y la unidad: “Pidamos por el pueblo cubano y por la fe del pueblo cubano… Vamos a rezar”.

“Nuestra Señora de la Caridad, ruega por nosotros. Nuestra Señora de la Caridad, ruega por nosotros. Con tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén”, concluyó.

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