Traducido de  https://resistthemainstream.com/  por TierraPura.org

Una joven de 18 años, en el proceso de revertir su transición de género, ha demandado a las autoridades médicas implicadas en su transición de género por supuesta negligencia médica, según documentos judiciales presentados el miércoles.

Layla Jane, cuyo nombre legal es Kayla Lovdahl, ha presentado una nueva demanda contra Permanente Medical Group, Kaiser Foundation Hospitals y dos médicos particulares que facilitaron su transición de género en la infancia, a la que desde entonces ha renunciado tras elegir vivir como mujer, una vez que el daño de las intervenciones médicas ya estaba hecho.

Jane cuenta que anunció por primera vez su “transición” cuando era una impresionable niña de 11 años bajo la influencia de Internet. Les dijo a sus padres que se identificaba como un chico, lo que les llevó a buscar ayuda médica profesional.

Los médicos a los que consultaron inicialmente dijeron que Jane era demasiado joven para someterse a ninguna intervención médica, pero la urgencia de la preadolescente por alterar su cuerpo llevó a los padres de Jane a buscar en otra parte un médico que pudiera facilitar una transición inusualmente temprana.

Encontraron a la Dra. Suzanne Watson, una psicóloga dispuesta a recetar a Jane bloqueadores de la pubertad y hormonas masculinas tras una consulta de apenas 75 minutos. Posteriormente, entraron en contacto con la Dra. Winnie Tong, cirujana plástica, que aprobó la extirpación de los senos de Jane tras hablar con la preadolescente durante sólo 30 minutos, lo que condujo a una operación cuando Jane sólo tenía 13 años. Tanto Watson como Tong figuran como acusados en la reciente demanda.

“Nadie, ninguno de mis médicos, intentó que me sintiera cómoda con mi cuerpo, ni significativamente se opusieron o hicieron preguntas; sólo afirmaron”, dijo Jane en una declaración a The Epoch Times.

En una declaración escrita a “Resist the Mainstream”, Grace Lidinsky-Smith, detransicionista y presidenta de la institution Gender Care Consumer Advocacy Network (GCCAN), advirtió de los peligros de las intervenciones médicas demasiado precipitadas en casos de disforia de género.

“Casos como el de Kayla son el resultado inevitable cuando los médicos abdican de su responsabilidad de realizar evaluaciones e investigaciones exhaustivas sobre salud mental. A pacientes jóvenes como Kayla se les da gato por liebre y se enfrentan a graves consecuencias para toda la vida tras evaluaciones demasiado precipitadas. Por desgracia, dadas las tendencias actuales en torno a la atención sanitaria a transexuales, donde cualquier tipo de evaluación se considera un “control de acceso” perjudicial, espero oír más casos trágicos como éste en el futuro.”

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