Fuente: La Derecha Diario

Este lunes 7 de noviembre, el gobierno de Jair Bolsonaro informó que el Ministerio de Defensa presentará el miércoles su propia auditoría de las elecciones presidenciales de segunda vuelta, llevadas a cabo el pasado domingo 30 de octubre.

El resultado preliminar de las elecciones fue informado en cuestión de horas, gracias al sistema veloz pero poco transparente de voto electrónico que tiene Brasil. El resultado, aunque apretado, fue claro: el ex presidente y criminal convicto Lula da Silva era electo por el 50,8% de los votos.

Sin embargo, denuncias de votos faltantes y maniobras oscuras del Tribunal Superior Electoral (TSE), llevaron a que un grupo de investigadores privados, bajo el nombre de “Brazil Was Stolen“, utilizando datos públicos del proceso electoral, redactaran un informe donde demostraron que hubo anomalías en la votación.

El grupo, que tuvo que presentar su análisis desde Argentina de la mano del consultor político Fernando Cerimedo porque en Brasil el presidente del TSE, el izquierdista Alexandre de Moraes, prohibió el cuestionamiento del resultado bajo amenaza de prisión, no denuncia a priori que hubo fraude, pero pide al TSE que investigue y brinde explicaciones sobre estas anomalías.

La respuesta del TSE no fue transparente, y en vez de publicar una respuesta a las preguntas planteadas por el informe, decidió bajar la base de datos pública utilizada por el grupo y re-lanzarla al día siguiente con varias modificaciones a sus entradas.

Ahora es el turno del Ministerio de Defensa, muy prestigioso en Brasil y con una trayectoria intachable en la historia política de Brasil, de presentar su propia auditoría del proceso electoral. Si este informe también cuestiona el resultado de la elección, o por lo menos plantea anomalías como el estudio de “Brazil Was Stolen”, el TSE deberá dar una respuesta concreta, ya que a las Fuerzas Armadas no las puede amenazar con prisión.

El propio juez Moraes dijo que aquellos que no acepten el resultado preliminar de las elecciones “serán tratados como delincuentes y tendrán que hacerse responsables“.

Por el momento, Jair Bolsonaro no se ha expresado sobre estos informes privados, y por el momento solo se dignó a agradecer a los 59 millones de votantes y pedirle a sus manifestantes que no bloqueen las rutas.

Según los reportes, el presidente se reunió este lunes por la mañana con su ministro de Defensa, Paulo Sérgio Nogueira, y un equipo técnico de las Fuerzas Armadas, y se le presentó el informe que se hará público este miércoles cuando sea oficialmente presentado ante el TSE.

No hay antecedentes para lo que podría ocurrir si se encuentran discrepancias entre el resultado de la auditoría de las Fuerzas y el resultado de conteo rápido que certificó el tribunal electoral. Algunos especulan con que se pueden anular las elecciones y llamar a un nuevo proceso, mientras que otros aseguran que algo así jamás pasaría con el jefe de la banda todavía en su silla, Alexandre de Moraes.

Lo más cercano que hubo en Latinoamérica fueron las elecciones del 2019 en Bolivia, cuando el Tribunal Electoral de ese país no pudo esconder más el evidente fraude de Evo Morales para evitar una segunda vuelta contra su contrincante Carlos Mesa, y las Fuerzas Armadas pidieron que se repita el proceso electoral.

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