Por Gabriela Serrentino – BLes.com

Recientemente, un video de un dron con un perro robot armado se hizo viral en las redes sociales chinas, sin embargo, hasta el momento no se ha confirmado si el video fue grabado durante ejercicios militares.

Los usuarios de redes sociales expresaron sus críticas hacia el gobierno chino, “los funcionarios chinos no saben cómo hacer un video publicitario adecuado”, “los soldados son más baratos que los perros robot”, “es estúpido, es grande”, y otros comentarios similares.

El video fue publicado hace unos días en la plataforma china Weibo por el usuario Kestrel Defense Blood-Wing, y estaría afiliado a la compañía fabricante de equipamiento militar china Kestrel Defense Blood Wing, la cual sería responsable del desarrollo del dron y del perro robot que se observan en la grabación.

La grabación comienza con un dron elevándose sobre el techo de un edificio, y acarreando algo consigo. Cuando el dron aterriza sobre el suelo, coloca al perro robot y el dron se retira. A continuación, se observa al robot, que está armado, levantándose sobre sus “patas” y comienza a caminar. El arma que lleva el robot parece ser una ametralladora ligera china QBB-97, conocida como tipo 95 LGM en Estados Unidos, según señala el medio de comunicación especializado The War Zone.

La cuenta de Weibo estaría afiliada a la compañía china Kestrel Defense, y ha publicado otros videos anteriormente mostrando equipamientos militares, tal como un radar perforador de paredes, pelotas de reconocimiento y exoesqueletos de combate.

En la publicación, el usuario Kestrel Defense Blood-Wing describió “Los perros de guerra que descienden del cielo, el asalto aéreo, los drones de alta resistencia Red Wing Forward entregan perros robot de combate, que pueden insertarse directamente en el eslabón débil detrás del enemigo para lanzar un ataque sorpresa o pueden colocarse en el techo del enemigo para ocupar las alturas de mando para suprimir la potencia de fuego. Y las tropas de tierra [pueden] llevar a cabo un ataque en pinza tridimensional contra el enemigo en el edificio”.

Aparentemente, estos drones y perros robots fueron diseñados con un fin específico: el ataque en áreas urbanas. Según la publicación, el objetivo es usarlos en despliegues, operaciones de asalto y en accesos a estructuras complejas, como los edificios altos en zonas urbanas.

Drones para monitorear pueblos y ciudades

Da Ji Yuan, un medio chino en el extranjero, reveló que con los brotes de covid-19 en algunas áreas de China, el PCCh implementó medidas de control de la población con el uso de drones en áreas urbanas.

Las órdenes de quedarse en casa del gobierno chino obligaron a la gente a permanecer encerrados por varios días, en muchos casos, sin alimentos ni suministros de primera necesidad. Varios residentes de comunidades, bajo estrictos encierros, reclamaban, a través de las redes sociales, la ayuda que el gobierno les había prometido y que nunca llegó. Sin embargo, el régimen sí envió cientos de drones para vigilar a los ciudadanos.

En Shanghái, en abril de este año, el gobierno envió drones que advertían a las personas para que no salieran de sus casas. “Controle el deseo de libertad de tu alma. No abra la ventana ni cante”, era uno de los mensajes transmitidos.

Los perros robot también circularon por las calles de Shanghái. “Ponte una mascarilla, lávate las manos, comprueba tu temperatura”, se escuchaba día y noche en la ciudad.

¿Drones chinos espías?

Este miércoles 5 de octubre, el gobierno de Estados Unidos puso en la lista negra a la empresa china de fabricación de drones DJI, alegando que la compañía mantiene vínculos estrechos con el Ejército Popular de Liberación.

DJI es una de las compañías líderes en la fabricación de drones. Sus productos se comercializan en todo el mundo y controla el 90% del mercado de drones comerciales.

Según un experto de ciberseguridad, Klon Kitchen, los drones de DJI “son fáciles de volar, pueden ser bastante pequeños y suelen ser más asequibles que las ofertas de la competencia”. Sin embargo, hay un problema: “al ser una empresa china, todos los datos recogidos por DJI deben ponerse a disposición del Partido Comunista Chino (PCCh), que puede añadir esta información a sus crecientes bases de datos sobre ciudadanos estadounidenses, infraestructuras críticas y otros objetivos prioritarios de espionaje”.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos había publicado un comunicado en 2020 advirtiendo: “El gobierno de los Estados Unidos está muy preocupado por cualquier producto tecnológico que lleve datos estadounidenses al territorio de un Estado autoritario que permita a sus servicios de inteligencia tener un acceso sin restricciones a esos datos o que abuse de ese acceso. (…)Esas preocupaciones se aplican con igual fuerza a ciertos dispositivos conectados a aeronaves comerciales no tripuladas fabricados en China, capaces de recoger y transferir datos potencialmente reveladores sobre sus operaciones y los individuos y entidades que los operan, ya que China impone obligaciones inusualmente estrictas a sus ciudadanos para apoyar las actividades de inteligencia nacional”.

Con estas medidas implementadas por el Departamento de Defensa, DJI está considerada como una empresa que colabora con el Ejército Popular de Liberación y esto abre la puerta para que Estados Unidos restrinja las transacciones comerciales de la compañía dentro del país.

El Departamento de Defensa “está decidido a poner de relieve y contrarrestar la estrategia de fusión militar-civil, que apoya los objetivos de modernización del Ejército Popular de Liberación, asegurando su acceso a tecnologías y conocimientos avanzados que son adquiridos y desarrollados por empresas, universidades y programas de investigación de la RPC [República Popular China] que parecen ser entidades civiles”, manifestó en un comunicado.

El Partido Comunista Chino sigue adelante con su objetivo de lograr la hegemonía mundial y desplazar a Estados Unidos del liderazgo global a cualquier precio. Sin embargo, Estados Unidos intenta poner un freno a los avances temerarios del PCCh, aunque a un ritmo no tan rápido como lo hace el partido comunista chino. ¿Estados Unidos aún estará a tiempo de impedirlo?

Por Gabriela Serrentino – BLes.com

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