Traducido de Breitbart.com por TierraPura.org 

Un trabajador de la sanidad municipal de la ciudad de Shangrao, en el sureste de China, golpeó hasta la muerte al perro de una mujer con una palanca el viernes, mientras la mujer estaba sometida a una cuarentena estatal por coronavirus fuera de su residencia, informó el lunes Taiwán News, citando las imágenes de las cámaras de seguridad del interior de la casa de la mujer que captaron el incidente.

Las imágenes de seguridad muestran a dos personas con trajes blancos para materiales peligrosos acercándose a un corgi mientras éste se acobarda detrás de la mesa del comedor en el apartamento de su dueño. Se ve a uno de los trabajadores sanitarios no identificados blandiendo una palanca de hierro hacia el perro. El mismo trabajador golpea entonces al corgi con fuerza en la cara con la barra de hierro. El perro intenta protegerse detrás de las patas de la mesa, pero los dos trabajadores mueven la mesa del comedor para que el perro no tenga dónde esconderse. A continuación, el perro es fotografiado tratando de escapar a una habitación adyacente del apartamento y pronto sale corriendo del encuadre.

“En una entrevista de vídeo con un medio de comunicación local, la dueña del perro, identificada sólo por su apellido Fu, dijo que presenció la paliza a través de una aplicación de su teléfono conectada a la cámara de seguridad de su casa y utilizó un altavoz integrado en la cámara para rogar a los trabajadores que dejaran a su perro en paz, pero sus súplicas fueron ignoradas”, relató el 15 de noviembre el Wall Street Journal (WSJ).

“La Sra. Fu dijo que oyó llorar al perro fuera de la cámara y que más tarde vio a los trabajadores llevarse una bolsa amarilla después de que cesaran los gemidos. Según el informe, se pudo ver sangre en el suelo”.

El 12 de noviembre, Fu subió a Weibo, la plataforma de microblogging controlada por el gobierno chino, las trágicas imágenes de los últimos momentos de su amado corgi, como parte de su relato personal del incidente. En un texto adjunto, Fu escribió que las autoridades de la ciudad de Shangrao ordenaron a todos los residentes de su complejo de apartamentos que entrarán en cuarentena por coronavirus en un hotel cercano sin sus mascotas a última hora del 11 de noviembre. El edicto se produjo después de que las autoridades sanitarias de la ciudad detectaron un nuevo caso de coronavirus en el complejo residencial de Fu. Fu dijo que “confirmó varias veces con el personal de la comunidad que su perro no sería retirado ni sacrificado”, según el WSJ. La propietaria añadió que dio negativo en las pruebas de coronavirus mientras estaba en cuarentena obligatoria. Ni Fu ni el gobierno de la ciudad de Shangrao han indicado que el corgi mascota de Fu haya sido sometido a pruebas de coronavirus.

El vídeo de la horrible paliza del corgi circuló con fuerza por las redes sociales chinas entre el 12 y el 13 de noviembre, cosechando un gran número de visitas y críticas. El gobierno municipal de Shangrao respondió a las reacciones emitiendo un comunicado a través de su cuenta oficial de Weibo en la noche del 13 de noviembre. El comunicado decía que el trabajador sanitario no identificado que fue visto golpeando al perro con una palanca había sido relevado de su puesto.

Tras ofrecer a Fu una disculpa superficial por el incidente, el gobierno de Shangrao afirmó que los trabajadores municipales entraron en el apartamento de la mujer para desinfectar su casa en un esfuerzo por prevenir la propagación del coronavirus. El comunicado detalla fríamente cómo el personal sanitario promulgó una “eliminación inofensiva” del corgi mascota de Fu. El término en mandarín “también podría traducirse como ‘manipular [algo] para hacerlo inofensivo'”, señaló What’s On Weibo el 14 de noviembre.

Los funcionarios sanitarios chinos supuestamente han matado a las mascotas de las personas detenidas a la fuerza en las cuarentenas estatales por el coronavirus en al menos otras dos ocasiones en las últimas semanas, aunque en Weibo abundan las denuncias de que los trabajadores de la ciudad han matado a varias otras mascotas en circunstancias similares.

“Este mes, una residente de Chengdu, en el suroeste de China, denunció en la plataforma de medios sociales Xiaohongshu que sus gatos fueron asesinados después de ser trasladados de su casa a la cuarentena”, informó el South China Morning Post el 12 de noviembre.

“Según la ley china, los animales salvajes o el ganado infectado durante una pandemia pueden ser sacrificados. Pero los gatos y los perros no están catalogados como ganado”, señalaba entonces el periódico.

Funcionarios de la ciudad de Harbin, en el noreste de China, aplicaron la eutanasia a tres gatos domésticos el 28 de septiembre, después de que éstos dieran positivo en el test del coronavirus mientras su dueño se encontraba en un campo de cuarentena estatal.

“A pesar de los llamamientos del propietario, los tres gatos fueron sacrificados en lo que se ha considerado una medida dura y extrema por parte de las autoridades chinas para controlar la propagación de la enfermedad”, informó entonces el diario británico Independent.

Los expertos creen que los animales domésticos presentan un riesgo extremadamente bajo de transmitir el coronavirus a los humanos.

“En este momento, no hay pruebas de que los animales desempeñan un papel significativo en la propagación del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, a las personas”, escribieron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. el 5 de octubre.

“Hasta ahora, en toda la pandemia, no ha habido informes confirmados de contagio entre gatos y humanos”, declaró a Reuters el 29 de septiembre Vanessa Barrs, profesora de la City University de Hong Kong especializada en salud y enfermedades animales.

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