Traducido de Daily Mail por TierraPura.org

Científicos estadounidenses y chinos planeaban crear un nuevo coronavirus antes de que estallara la pandemia, según muestran las propuestas filtradas. 

El mes pasado, una solicitud de subsidio presentada a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (Darpa) reveló que un equipo internacional de científicos había planeado mezclar datos genéticos de cepas similares para crear un nuevo virus.

La solicitud de subsidio se hizo en 2018 y se filtró a Drastic, el grupo de análisis de orígenes pandémicos.  

“Compilaremos datos de secuencia/ARNseq de un panel de cepas estrechamente relacionadas y compararemos los genomas de longitud completa, buscando SNPs únicos que representen errores de secuenciación. 

Los genomas candidatos de consenso se sintetizarán comercialmente utilizando técnicas establecidas y ARN de longitud genómica y electroporación para recuperar los virus recombinantes”, afirma la solicitud.

Esto daría como resultado un virus que no tiene un ancestro claro en la naturaleza, según declaró un experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a The Telegraph.

El experto, que pidió al periódico que no publicara su nombre, dijo que, si se hubiera llevado a cabo un método de este tipo, podría explicar por qué nunca se ha encontrado una coincidencia cercana en la naturaleza para el Sars-CoV-2.

El virus más parecido que se encuentra en la naturaleza es la cepa Banal-52, registrada en Laos el mes pasado. Comparte el 96,8% del genoma del Covid-19. 

Hasta ahora no se ha encontrado ningún ancestro directo, que se espera que comparta alrededor del 99,98%. 

El experto de la OMS dijo a The Telegraph que el proceso detallado en la solicitud crearía “una nueva secuencia de virus, no una coincidencia del 100% con nada”.

“Luego sintetizarían el genoma viral a partir de la secuencia computarizada, creando así un genoma de virus que no existe en la naturaleza pero que parece natural, ya que es el promedio de los virus naturales”.

“Luego ponen ese ARN en una célula y recuperan el virus a partir de él”. 

“Esto crea un virus que nunca ha existido en la naturaleza, con una nueva ‘columna vertebral’ que no existía en la naturaleza pero que es muy, muy parecida, ya que es la media de las columnas vertebrales naturales”, dijo el experto.

La propuesta fue rechazada y la base de datos de cepas virales del Instituto de Virología de Wuhan se desconectó unos 18 meses después, lo que impidió comprobar en qué estaban trabajando los científicos.

Los científicos del instituto han negado sistemáticamente haber creado el coronavirus en su laboratorio.

La propuesta de solicitud de subvención fue presentada por el zoólogo británico Peter Daszak en nombre de un grupo, que incluía a Daszak EcoHealth Alliance, el Instituto de Virología de Wuhan, la Universidad de Carolina del Norte y la Duke NUS de Singapur, informó The Telegraph. 

Los expertos declararon al periódico que la creación de un virus medio “ideal” podría haber formado parte del trabajo para crear una vacuna que funcione para todos los coronavirus. 

El mes pasado, se supo que Estados Unidos había financiado una investigación similar a la esbozada en la propuesta de subvención de 2018. 

Los archivos obtenidos por The Intercept como parte de una solicitud de la Oficina de Información Pública (FOI) para profundizar en la posible raíz de COVID y si EE.UU. tuvo algún papel en ella mostraron que en 2014, el Instituto Nacional de Salud (NIH) aprobó una subvención de 666.000 dólares anuales durante cinco años (3,3 millones de dólares) para EcoHealth Alliance, una organización de investigación estadounidense, sobre el coronavirus del murciélago. 

EcoHealth Alliance, en su propuesta a los NIH, reconocía que los riesgos que entrañaba eran “el mayor riesgo de exposición al SARS u otros CoV” entre el personal, que podría llevarlo fuera del laboratorio.

Los NIH les dieron el dinero de todos modos, algo que el Dr. Anthony Fauci se vio obligado a admitir al testificar ante el Congreso en mayo de este año. EcoHealth Alliance dio entonces 599.000 dólares del dinero al Instituto de Virología de Wuhan.

En aquel momento, y en repetidas ocasiones desde entonces, Fauci negó que la investigación constituyera lo que se conoce como investigación de “ganancia de función”. 

La investigación de ganancia de función es el término científico que se da a la investigación que cambia deliberadamente un organismo para darle nuevas funciones con el fin de probar una teoría. 

Cuando se aplica al estudio de los virus humanos, puede significar hacer que el virus sea más transmisible e incluso mortal para probar qué puede y qué no puede sobrevivir. 

Los documentos dejan claro que las afirmaciones del director de los NIH, Francis Collins, y del director del NIAID, Anthony Fauci, de que los NIH no apoyaron la investigación de ganancia de función o la mejora potencial de patógenos pandémicos en el WIV son falsas”, tuiteó Richard Ebright, biólogo molecular dedel director del NIAID, Anthony Fauci, de que los NIH no apoyaron la investigación de ganancia de función o la mejora potencial de patógenos pandémicos en el WIV son falsas”, tuiteó Richard Ebright, biólogo molecular de la Universidad de Rutgers. 

Ebright estudió los documentos y alegó que los científicos llevaron a cabo “la construcción -en Wuhan- de nuevos coronavirus quiméricos relacionados con el SARS que combinaban un gen de espiga de un coronavirus con información genética de otro coronavirus y confirmaron que los virus resultantes podían infectar células humanas”.

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