Por Carlos Esteban – gaceta.es

Joe Biden llegó a decir que había sido peor que el ataque japonés sobre Pearl Harbour o el atentado contra las Torres Gemelas del 11-S, la prensa lo calificó unánime como ‘intento de golpe de Estado’, sirvió como primer ‘impeachment’ de la historia norteamericana contra un ex presidente y la actual Administración lo usa descaradamente como base para legitimar cualquier cambio y para distraer de los indicios de fraude en las pasadas presidenciales.

Nos referimos, claro, al ‘asalto’ al Capitolio de un grupo de espontáneos entre los republicanos convocados por Donald Trump el día en que se certificaban en el congreso los votos de los delegados, el pasado 6 de enero.

Fue, sin duda, un espectáculo deplorable, pero con mucho más de ópera buffa que de tragedia. La prensa habló en seguida de cinco muertos, pero a medida que se empezaba a rascar, el número se tambaleaba: tres murieron de causas perfectamente naturales, como ataques al corazón (todos ellos entre los manifestantes trumpistas alejados del Capitolio); un agente de policía que supuestamente había muerto con el cráneo destrozado por el extintor que esgrimía un asaltante resultó que salió del lugar vivo e ileso, y murió horas después de causas poco claras. Solo quedó una víctima indudable, Ashli Babbitt, una joven ‘asaltante’ desarmada muerta de un tiro a bocajarro cuya ‘ejecución’ no ha sido investigada.

Y ahora un vídeo recién hecho público destroza la propia denominación de ‘asalto’, al mostrar a agentes del Capitolio invitando a los manifestantes a penetrar en las sedes de la soberanía popular.

Un agente, identificado en el vídeo y confirmado documentalmente como Keith Robishaw, aparece diciendo a Jacob Chansley, el aspirante a actor que ha pasado a la fama como “el hombre búfalo” por su ostentoso disfraz, que no van a impedir la entrada al grupo en el edificio. “No estamos en contra… tenéis que enseñarnos… nada de ataques ni asaltos, permaneced en calma”, advierte Robishaw. Chansley y otros líderes de la protesta aleccionan a la masa para que actúen pacíficamente. “Esto tiene que ser pacífico”, grita Chansley. “Tenemos derecho a reunirnos pacíficamente”.

El vídeo contradice directamente lo que alegan los fiscales del gobierno estadounidense en una acción judicial contra Chansley: “Robishaw y otros agentes calmaron hasta cierto punto a los manifestantes y les indicaron que se fueran por el mismo lugar por donde habían venido. Chansley se acercó al Agente Officer Robishaw y le gritó, entre otras cosas, que esta era su casa y que estaban allí para asaltar el Capitolio y para hacerse con los líderes del Congreso”.

Más tarde, se ve a Chansley entrando en las salas del Senado con un agente de policía a su espalda, dirigir a los manifestantes en un momento de oración y sentarse en el asiento del vicepresidente. (El tipo con camiseta amarilla es William Watson, un ‘camello’ en libertad bajo fianza, detenido en enero).

Chansley, por lo demás, no está acusado de asalto a un agente, sino que se enfrenta a cargos por allanamiento y conducta desordenada. Lleva en la cárcel desde enero, después de que se le denegase la fianza, aunque carece de antecedentes penales.

Lea también: El cuento del ‘golpe de Estado’ en el Capitolio de EEUU empieza a venirse abajo: ni armas ni disparos

American Greatness obtuvo el fragmento de 44 segundos de la grabación -parte de un vídeo mucho más largo que aún no se ha hecho público- de RMG News.

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