Por Andrés Vacca

Un grupo de legisladores estatales de Pensilvania acaba de presentar un proyecto de ley que de aprobarse permitirá que inmigrantes ilegales e indocumentados, puedan obtener una licencia de conducir.

La Cámara de Pensilvania publicó el proyecto de ley 279, presentado por el Comité de Transporte y firmado por 27 representantes demócratas y 2 republicanos. El proyecto busca permitir que personas sin un número de seguro social, incluidas aquellas que viven en los Estados Unidos ilegalmente, obtengan una licencia de conducir o un permiso de aprendizaje.

Los patrocinadores del proyecto escribieron en un memorando publicado a finales de enero:

“En el acelerado mundo de hoy, una licencia de conducir es esencial para ganarse la vida, viajar con seguridad y vivir una existencia digna”. 

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Cuesta comprender que hay detrás de esta iniciativa. Si bien es innegable que una licencia de conducir es esencial para viajar con seguridad y trasladarse de forma autónoma, es aún más esencial que los ciudadanos que habitan un territorio lo hagan de forma legal y consten en los registros oficiales, para seguridad propia y la de los ciudadanos que habitan legalmente.

Por lo cual suena realmente contradictorio que una persona tenga el derecho de poseer una licencia de conducir, antes de tener la documentación necesaria para vivir, trabajar y trasladarse libremente independientemente del medio que utilice. 

Sin embargo, este grupo de legisladores, ante la gran problemática de la inmigración ilegal, optaron por comenzar por cuestiones secundarias como la de la licencia de conducir. 

“Para abordar este problema, planeo introducir una legislación que permita a las personas sin un número de seguro social solicitar una licencia de conducir o un permiso de aprendizaje utilizando alternativas seguras, como un número de identificación de contribuyente federal o cualquier combinación de documentos que demuestre de manera confiable el nombre y la fecha de nacimiento”, se puede leer en el memorando enviado el 21 de enero.

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En resumidas cuentas, el proyecto indica que cualquier persona con un pasaporte extranjero válido, documento de identificación consular o registro certificado de nacimiento, matrimonio, adopción o divorcio, podrían gestionar un permiso de conducir.

Los defensores del polémico proyecto asocian la posesión de la licencia de conducir como una cuestión realmente indispensable para el desarrollo, a tal punto que el representante estatal demócrata Danilo Burgos, uno de los propulsores del proyecto, dijo que tener una licencia de conducir es un “derecho humano”, según reportó Fox News.

Senadores republicanos mostraron su repudio a este tipo de iniciativas, tal es el caso de la senadora Marsha Blackburn quien informó que ella y otros senadores republicanos, incluidos los senadores Ted Cruz, Joni Ernst, Steve Daines, Jim Inhofe y Mike Braun presentaron paralelamente un proyecto llamado “Stop Green lighting Driver Licenses for Illegal Immigration” (basta de permisos de conducir para la inmigración ilegal), un proyecto de ley federal que apunta a frenar a aquellos estados que permiten a los inmigrantes ilegales obtener licencias de conducir.

“Ningún pueblo de Estados Unidos está a salvo de los criminales y terroristas si nuestras fronteras no están vigiladas y las leyes federales de inmigración no se cumplen plenamente”, dijo Blackburn en un comunicado. “Este país se rige por el estado de derecho. No debemos recompensar a los extranjeros ilegales con licencias de conducir cuando no siguen el proceso legal adecuado”.

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