Traducido de breibart.com por TierraPura.org
La Agencia Brasileña de Regulación de la Salud (Anvisa), que aprueba el uso de fármacos, acusó el lunes al régimen chino de ser “no transparente” en el desarrollo de su principal vacuna contra el virus de Wuhan.
El Partido Comunista está promoviendo “CoronaVac”, una vacuna candidata de la empresa china Sinovac, como alternativa a las vacunas candidatas internacionales. Está compitiendo con una vacuna estadounidense de la empresa Pfizer, que recientemente recibió la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA), y con un competidor de Moderna que se espera que reciba pronto la aprobación. Anvisa, el análogo de la FDA en Brasil, ha permitido a Sinovac realizar ensayos en Brasil que actualmente se encuentran en la fase tres, la última antes de la aprobación.
Anvisa condenó a la empresa china por no proporcionar suficiente información para que Brasil apruebe de forma segura la vacuna candidata en su posición de “líder internacional en el proceso de evaluación de CoronaVac”.
La declaración de Anvisa sobre la posible aprobación de emergencia de la vacuna sigue a una disputa muy pública entre el presidente Jair Bolsonaro y el gobernador del estado de Sao Paulo, Joao Doria, quien intentó comprar una gran cantidad de dosis de CoronaVac sin la aprobación presidencial. Bolsonaro, que se ha opuesto repetidamente a importar la vacuna china y a usarla ampliamente en Brasil, detuvo la importación del producto chino después de que su ministro de salud aprobara la medida de Doria.
“El pueblo brasileño no será el conejillo de indias de nadie”, afirmó Bolsonaro en un comunicado en las redes sociales confirmando que había cancelado la orden.
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Bolsonaro también se ha burlado del gobernador por su apoyo a la vacuna, llamándola “la vacuna china de Joao Doria”.
El periódico brasileño O Globo, al informar sobre la declaración de Anvisa, señaló que se espera que Doria presione a Anvisa detrás de escena para que emita una aprobación de emergencia para CoronaVac.
“Esta vacuna ya ha recibido autorización de uso de emergencia en China desde junio de este año. Los criterios chinos para emitir autorizaciones para uso de emergencia en China no son transparentes y no hay información disponible sobre los criterios que utilizan actualmente las agencias chinas para tomar esta decisión ”, detalló Anvisa.
La declaración señaló además que solo China ha aprobado el producto Sinovac, por lo que no existe otra lista de criterios para aprobar el producto. Sin esta información, concluyó la agencia, aprobar la vacuna significaría “exponer a la población brasileña a riesgos que no serán monitoreados por la empresa que desarrolló la vacuna”.
Anvisa hizo una nota para enfatizar que su vacilación en emitir una aprobación de emergencia no tendría un impacto en el cronograma normal para aprobar un medicamento de este tipo y que no fue producto de “problemas geopolíticos”.
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Horas después de emitir la declaración inicial, Anvisa publicó un apéndice aclarando: “cuando dijimos que ‘los criterios chinos para emitir autorizaciones para uso de emergencia en China no son transparentes’, quisimos decir que no son públicos y no están disponibles en ese país en el sitio web de la agencia “.
El Instituto Butantan, una organización brasileña que está trabajando con Sinovac en el CoronaVac, anunció el lunes que ya no buscará la autorización de uso de emergencia, sino los medios convencionales de aprobación.
El gobierno de Bolsonaro ha anunciado públicamente planes para importar varias vacunas candidatas desarrolladas fuera de China. Según Agence France-Presse (AFP), Brasil planea importar al menos 70 millones de dosis de la vacuna Pfizer aprobada de Estados Unidos y 300 millones de una vacuna candidata desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
A pesar de los intentos de Doria de importar la vacuna candidata china, la resistencia a cualquier vacuna de China ha aumentado en Sao Paulo. En noviembre, cientos de personas tomaron las calles de la ciudad para protestar preventivamente contra cualquier regulación que obligue a los candidatos a vacunas fabricados en China y rechazar los productos fabricados en China. Doria había sugerido previamente la posibilidad de hacer obligatorio el producto chino.
Bolsonaro se ha opuesto abiertamente a exigir la toma de cualquier vacuna para el coronavirus chino y ha dicho que personalmente no se vacunará, ya que ya superó una infección por el virus PCCh (Partido Comunista chino). Algunos expertos médicos, sobre todo el experto estadounidense en enfermedades infecciosas, el Dr. Anthony Fauci, han sugerido que quienes hayan tenido el virus deben tomar la vacuna para expandir la resistencia de los anticuerpos. Los estudios aún no tienen una respuesta definitiva sobre cuánto tiempo los anticuerpos creados por una infección protegen a una persona de un segundo ataque del virus.
China tiene una historia larga y problemática de incidentes dañinos causados por sus compañías de vacunas. En noviembre, la ciudad de Lanzhou informó que había documentado más de 6.000 casos de una infección bacteriana en el último año causada por una fábrica de vacunas que filtró el patógeno, causando brucelosis. La fábrica, la planta biofarmacéutica de Lanzhou, utilizó desinfectantes vencidos para limpiar las estaciones de trabajo, lo que permitió que las bacterias prosperen.
Otra empresa china, Chengsheng Bio-Tech, presuntamente usó vacunas vencidas en casi 1 millón de niños chinos, dejándolos efectivamente inmunodeprimidos, a partir de 2018. El incidente provocó protestas generalizadas de los padres, incluidas algunas en las que los padres golpearon violentamente a funcionarios públicos por exponer a sus hijos al peligro de enfermedades infecciosas como la poliomielitis y la difteria.
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