Traducido de Breitbart.com por TierraPura.org

Los editores del Wall Street Journal publicaron una crítica mordaz al Papa Francisco, en la que afirman que el pontífice socavó la autoridad moral de la Iglesia al complacer al Partido Comunista Chino (PCCh).

El caso en cuestión es el acuerdo secreto con el PCCh, que fue renovado este sábado 22 de octubre. El pacto es sobre el nombramiento de obispos en China, que desde su inicio en 2018 solo permitió la ordenación de 6 obispos, a pesar de las 36 sedes episcopales vacantes.

El resultado principal del acuerdo fue, “silenciar las críticas del Vaticano a los abusos de los derechos humanos”, señalan los editores en el artículo de opinión, “desde el genocidio de los uigures musulmanes hasta la persecución política del cardenal Joseph Zen en Hong Kong”.

El Papa Francisco, “que es tan crítico con Estados Unidos y el capitalismo, guarda silencio sobre China”, afirma el ensayo. “Esto es una vuelta a la fallida Ostpolitik del Vaticano de los años 60 y 70, cuando Roma silenció las críticas a la Unión Soviética y a sus satélites de Europa del Este”.

De hecho, durante sus casi ocho años como Papa, Francisco ha evitado cuidadosamente hacer o decir cualquier cosa que pudiera interpretarse como una crítica al liderazgo chino, incluyendo la represión del PCCh contra las iglesias cristianas, su brutal represión al movimiento prodemocrático de Hong Kong y el terrible genocidio de los uigures musulmanes en la región de Xinjiang.

En cuanto a esto último, los informes sugieren que más de un millón de uigures están recluidos en campos de concentración en el territorio autónomo de Xinjiang, donde son sometidos a pruebas genéticas, trabajos forzados, extracción de órganos, tortura y abortos forzados.

Cada año, en Navidad y de nuevo en Pascua, el Papa lee una letanía de abusos de los derechos humanos y situaciones de sufrimiento e injusticia en todo el mundo, y ya resulta casi cómico observar cómo hace un recorrido en torno a China como si allí no ocurriera nada problemático.

En su bendición navideña de 2020, por poner un ejemplo de los muchos que hay, Francisco recordó a los sufridos pueblos de Siria, Irak y Yemen, a los yazidíes, a los israelíes y palestinos, al pueblo libanés, a Ucrania, a Burkina Faso, a Malí y Níger, a Etiopía, a Mozambique, a Sudán del Sur, a Nigeria y a Camerún, a Chile y Venezuela, a Filipinas y a Vietnam.

En este recorrido virtual por el sufrimiento y la injusticia, se omitió de alguna manera a China, como ocurre cada vez que el pontífice realiza este ejercicio.

En el ensayo del lunes, los editores del Wall Street Journal marcan un contraste despectivo entre la valentía del Papa Juan Pablo II en su denuncia de los abusos de la Unión Soviética y la pusilanimidad de Francisco ante el continuo atropello de los derechos humanos y la libertad religiosa por parte de China.

Mientras que el Papa Juan Pablo comenzó su papado con el mensaje “No tengáis miedo”, afirma el ensayo, el “lema actual del Vaticano es: tened miedo”.

Al dar al PCCh un pase libre en su mal comportamiento criminal, el Papa Francisco “comprometió la autoridad moral de la Iglesia Católica”, declara.

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