Por Andrés Vacca – Bles.com

Las autoridades del régimen comunista chino en Beijing generaron alarma y confusión en toda la población cuando este lunes 27 de junio anunciaron que la estricta política de “COVID cero” estaría vigente durante los próximos cinco años, incluidas las pruebas masivas obligatorias y las restricciones de viaje.

Cuando las medidas sumamente estrictas en varias ciudades chinas se están volviendo insoportables y la población está a la espera de nuevos anuncios que relajen las medidas de confinamiento y control, un anuncio oficial presentado nada menos que por el jefe del Partido Comunista Chino (PCCh) en Beijing, Cai Qi, informó este lunes que las medidas continuarían durante los “próximos cinco años”.

El anuncio fue publicado por el medio estatal de propaganda comunista Beijing Daily, el artículo parafrasea el informe del funcionario Cai Qi sobre los “esfuerzos continuos” de Beijing a la luz de la política de cero COVID. El informe destaca la estrategia de prevención de epidemias de Beijing y hace referencia a que continuaría durante los próximos años.

Cai Qi señaló que las autoridades sanitarias en Beijing promoverán pruebas de ácido nucleico normalizadas, rigurosas inspecciones en la entrada y salida de los pueblos vecinos y en lugares públicos, y advirtió sobre la prevalencia del control y prevención social rigurosos.

La ciudad “aplicará pruebas regulares PCR de alta calidad y controles en puntos clave, inspeccionará de forma estricta las entradas en comunidades residenciales, centros laborales e instituciones públicas”, agrega el informe luego de aclarar que “En los próximos cinco años, con decisión y sin reparos, Beijing hará un buen trabajo en normalizar los controles de prevención de pandemia”.

Impacto en las redes sociales

Rápidamente la gente comenzó a manifestarse en las redes sociales al respecto, publicando su conmoción al recibir la noticia. Miles de internautas manifestaron temor y confusión sobre como impactaría en sus vidas el hecho de continuar bajo las estrictas normas de encierro durante otros cinco años.

Los internautas de todo el país se preguntaban también si los requisitos se limitarían a la ciudad de Beijing o el resto del gran territorio nacional también adoptaría la continuidad de las medidas de encierro

Tal fue el impacto en torno a esa polémica frase de tan solo cuatro palabreas; “Los próximos cinco años”, que la editorial del periódico que reprodujo el discurso de Cai Qi, apenas unas horas después de su publicación eliminó la controvertida oración que hacía referencia al período de tiempo.

La versión actual del Beijing Daily ya no contiene la frase “en los próximos cinco años”. Y paralelamente la popular red social Weibo censuró por completo la temática eliminando la etiqueta “los próximos cinco años”.

Al buscar la frase en la plataforma china ahora se muestra un aviso indicando que el tema no puede mostrarse “de acuerdo a leyes, regulaciones y políticas relevantes”, un mensaje de error habitual para temas eliminados por los censores de la aplicación, supuestamente por “atentar” contra los intereses del estado.

Luego de que se editó la publicación en el periódico estatal, y se suprimieran en las redes sociales los comentarios respecto a “los próximos cinco años”, pareciera que los ánimos se han calmado en la web, aunque el boom de comentarios al respecto apenas surgió la noticia dan fe del hartazgo de la población china respecto a las draconianas medidas anti COVID impuestas durante los últimos meses por el PCCh.

Beijing bajo las más estrictas pautas de encierro

Las autoridades del PCCh de Beijing, siguiendo las directivas implementadas en otras grandes ciudades de China tras el supuesto aumento de casos de la variante Ómicron del virus del PCCh, impusieron desde finales de abril rigurosas pautas de encierro para su población.

En consecuencia, miles de edificios fueron bloqueados por las autoridades sanitarias, al igual que restaurantes, cines, gimnasios, centros comerciales, escuelas, universidades y demás espacios públicos.

El gobierno de Beijing exigió a sus casi 22 millones de habitantes que se llevaran a cabo testeos de COVID obligatorios, e incluso el primero de mayo se anunció que sólo aquellas personas con una prueba de ácido nucleico negativa realizada durante los últimos 7 días estaría habilitada para utilizar el transporte público.

Cuando a finales de abril se detectaron en la capital china unos 200 casos de COVID positivo, fue suficiente para que se despertara una enorme paranoia en el gobierno y se activaran los protocolos de COVID cero.

Según el medio taiwanés Sanlin TV el 17 de mayo, alrededor de 60.000 policías armados han estado haciendo guardia en Beijing en las últimas dos semanas. Los comentaristas del medio televisivo aseguraron que la medida es muy inusual. También dijeron que este ha sido el mayor número de policías armados que jamás haya ingresado a Beijing desde 1949.

El video también muestra a personas haciendo largas filas en las veredas. Los residentes estaban esperando para realizarse las pruebas obligatorias de ácido nucleico. A muchos de ellos se los puede ver con sus manos detrás de sus espaldas mientras la policía armada supervisa todo el proceso hasta que ingresan a la sala de testeos.

Política de COVID cero, a contra mano del mundo

Mientras el mundo entero finalmente está dejando de lado la pandemia, el régimen chino no desiste en su lucha por imponer el terror a la población en relación con el virus.

Por más que abunda la información científica que asegura que poco se puede hacer para evitar la transmisión de la contagiosa variante Ómicron, el régimen chino ordenó el estricto confinamiento de millones de ciudadanos por un supuesto rebrote del virus en varias ciudades, yendo en contra de la tendencia mundial de flexibilización de las restricciones.

En ciudades como Shanghái las autoridades no pueden garantizar la entrega de alimentos y artículos de primera necesidad para la supervivencia, y en consecuencia durante ciertos períodos se vivió una desesperada ola de agravios, saqueos y suicidios en lo que por el momento fue la ciudad más afectada por las medidas orwellianas del régimen.

Durante el peor período de confinamiento en Shanghái se han publicado videos impactantes que muestran gritos desgarradores de los rascacielos de la ciudad en los que se puede escuchar a los residentes gritando desesperados porque sus familias se mueren de hambre y no reciben ayuda.

El régimen comunista chino ha sido acusado desde que comenzó la pandemia por haber escondido información respecto al origen del virus y las medidas implementadas para impedir su transmisión en primera instancia.

Hoy prevalece una gran desconfianza sobre la información brindada por el PCCh, tanto fuera como dentro de China. Por su falta de transparencia no es posible saber a ciencia cierta si realmente existen muchos o pocos casos activos del virus, si la situación sanitaria es realmente desesperante o simplemente los pocos casos detectados son utilizados como argumento por el régimen para profundizar sus acciones de control y represión social.

Pero sí es posible afirmar con certeza que su población, sobre todo en las grandes ciudades, está padeciendo estrictas normas que les impiden desarrollar su vida normalmente, asistir a sus trabajos, estudios, visitar familiares e incluso poniendo en riesgo su supervivencia por la imposibilidad de acceder a ciertos insumos básicos como alimentos y medicamentos.

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