Por Andrés Vacca – BLes.com

La República Popular de China posee una enorme reserva de agua gracias a la gigantesca masa de glaciares depositada en la meseta tibetana. Del deshielo de estos nacen 10 de los principales ríos que atraviesan el continente asiático, fuente de vida durante milenios de toda la región. 

Pero en las últimas décadas, éstos ríos en China han proporcionado algo más que agua dulce: se han convertido en una fuente primordial de energía, alimentando a más de 20 mil represas construidas por el régimen comunista desde 1950. Entre las cuales se incluye a la más grande del mundo, la polémica presa de las Tres Gargantas en el río Yangtze.

La supuesta intención del régimen chino de reemplazar la combustión de carbón por energía hidroeléctrica no es gratis. Las miles de represas, muchas de las cuales resultaron defectuosas, provocaron inundaciones que dejaron ciudades enteras bajo el agua, además causaron desastres medioambientales destruyendo flora y fauna en regiones enteras.

El asunto de las represas también está desatando graves conflictos con países vecinos, quienes denuncian verse afectados por las intervenciones del régimen chino en ríos de los que dependen 18 países asiáticos y más de dos mil millones de personas.

Según serias acusaciones, durante los últimos años el régimen chino ha retenido más agua que nunca en sus represas río arriba, provocando que los países abajo sufrieran sequías sin precedentes, provocando cambios erráticos y devastadores en los niveles de agua del continente.

Ciertas acusaciones aseguran que China podría utilizar sus represas como arma geopolítica para “cerrar el grifo” y generar inestabilidad económica y política en los países que dependen del normal comportamiento de estos ríos.

El conflicto más grande que tiene el régimen chino sobre este asunto en la actualidad es con India, país limítrofe al Sur Oeste del país.

Recientemente el Partido Comunista Chino (PCCh) anunció la construcción de una represa que dejaría pequeña a las Tres Gargantas, se trata de un proyecto que podría significar la mega obra hídrica más grande de la historia, la cual se llevaría a cabo en el Yarlung Zangbo, un río que fluye de oeste a este desde el Tíbet a través de China antes de ingresar la región de Arunachal Pradesh de la India y, finalmente, convertirse en el río Brahmaputra.

El PCCh no sólo tiene un problema de agua que afecta su relación con los países vecinos, sino también a nivel nacional. El régimen se enfrenta a un grave desequilibrio entre el agua disponible y la población; mientras miles de ríos en China han desaparecido, en parte por causa de las represas, la industrialización y la contaminación han echado a perder gran parte del agua restante.

Entre el 80% y el 90% del agua subterránea y la mitad del agua de los ríos de China están contaminadas y no son aptas para consumo humano, según publicó Bloomberg en un informe.

Más de 20 mil represas en China ¿Recurso energético o arma geopolítica?

Durante las últimas décadas, sobre todo durante los últimos treinta años, el régimen chino ha estado construyendo una serie de represas en la cuenca superior del río Mekong. Lo que ha provocado grandes preocupaciones sobre todo en los países que dependen del flujo de este río: Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam. 

Durante la temporada de lluvias del año 2019, todos estos países se vieron afectados por una sequía histórica, a pesar de haber tenido grandes lluvias y temperaturas normales que permitieron un deshielo adecuado. Lo cual solo se pudo explicar cuando se confirmó que el régimen chino estaba reteniendo casi todo el flujo de agua en sus represas.

Posteriormente se confirmó que en la estación seca, el régimen chino estaba liberando el agua que no había largado durante la estación húmeda, generando fuertes inundaciones y por tanto un desequilibrio anti natural que afectó a todos los países involucrados.

Cabe destacar que gran parte del desarrollo y sustento económico de estos países dependen del normal flujo de agua del río Mekong.

El estudio publicado por Eyes on Earth en 2020, utiliza evidencia física de medidores de ríos de la Comisión del Río Mekong y procesos de detección remota para confirmar definitivamente las preocupaciones de larga data de que la sequía en curso está relacionada con la política de gestión del agua de China.

Cuando el régimen liberó toda el agua acumulada logró generar una gran cantidad de energía eléctrica aunque provocando un verdadero caos debido a las inundaciones río abajo. Los hallazgos ahora están disponibles y los países afectados están intentando negociar una distribución más equitativa de los recursos hídricos.

El régimen chino trata los datos sobre el flujo de agua y las operaciones hidroeléctricas como un secreto de estado. Esta falta de transparencia permitió a China establecer una narrativa de sufrimiento compartido debido a la sequía.

Las autoridades chinas declararon que fue la falta de lluvia la principal causa de sequía, asegurando que incluso China lo había padecido. Sin embargo los hallazgos posteriores probaron que la afirmación era completamente falsa.

Paralelamente existe un gran temor de que ante la escasez de agua potable en China, sus autoridades decidan encauzar el flujo natural del río Mekong, para lograr una distribución más “eficiente” dentro del país, lo que podría directamente dejar sin agua a los países que se encuentran río abajo, agravando mucho más la situación.

Las Tres Gargantas

La famosa represa de las Tres Gargantas está ubicada a lo largo del curso del río Yangtze, en el interior de China. Desde su instalación en el año 2012, la hidroeléctrica más grande del mundo, despertó grandes polémicas sobre todo por el impacto que genera en el medioambiente y además porque no ha solucionado el problema de las inundaciones que prometía que iba a hacer, incluso los críticos afirman que lo ha empeorado.

Desde que se proyectó la mega obra hubo grandes detractores. “Una de las principales justificaciones para la Presa de las Tres Gargantas fue el control de inundaciones, pero 20 años después de su finalización, tenemos la inundación más alta en la historia registrada…El hecho es que no puede prevenir estos eventos severos”, David Shankman, geógrafo de la Universidad de Alabama que estudia las inundaciones chinas, dijo a Reuters.

Huang Wanli, un hidrólogo chino, se había opuesto a la idea de la Presa de las Tres Gargantas desde que se propuso por primera vez, advirtiendo que la obra de ingeniería terminaría causando desastres. Sin embargo, el PCCh lo deshonró y lo encarceló.

En julio de 2021, las fuertes lluvias pusieron a prueba nuevamente el sistema de represas de China, y como muchos lo habían anunciado los desastres no tardaron en llegar. Al menos tres presas se derrumbaron por completo y otra fue dinamitada ante su inminente derrumbe.

A pesar de que el régimen comunista pretendió minimizar el caos, fue imposible que no trascendiera que cientos de miles de personas debieron ser evacuadas de sus hogares y que los muertos se contaban por docenas en las regiones más afectadas.

Las presas de Yongan y Xinfa, ubicadas en la ciudad de Hulun Buir, se derrumbaron por completo y la misma suerte corrió la presa de Guojiaju. Las consecuencias fueron catastróficas.

En ese contexto los ojos de los ciudadanos y del régimen estaban puestos sobre la presa de las Tres Gargantas, la enorme estructura retiene el agua a 91 metros sobre el nivel del río en su capacidad máxima. Esto equivale a un peso aproximado de 42 mil millones de toneladas concentradas.

Millones de personas viven río abajo de la represa en muchas ciudades importantes como Wuhan, Nanjing y Shanghai, ubicadas a lo largo del río Yangtze. Un colapso de la mega represa provocaría una catástrofe de dimensiones inconcebibles.

Algunos críticos denunciaron que imágenes satelitales evidenciaban un desplazamiento de la represa y otros testigos afirman que vieron importantes grietas que podrían significar un debilitamiento de su estructura. 

Las lluvias cesaron y la represa finalmente no colapsó pero dejó una sensación de gran temor sobre lo que podría suceder a futuro.

Y lo más sorprendente de todo es que a pesar de que la presa de las Tres Gargantas no cumplió con su objetivo de evitar inundaciones, provocó un desastre medioambiental y debieron trasladar a más de un millón de ciudadanos para poder construirla, ahora el régimen chino está planificando la creación de una represa que sería de una envergadura incluso mucho mayor.

El régimen chino anuncia la construcción de la represa más grande del mundo

Resulta realmente difícil expresar la magnitud de la meseta tibetana. Sus montañas se extienden a través de un sinfín de kilómetros y sus picos acarician el cielo, abrazados por miles y miles de toneladas de hielo y nieve.

Además de la belleza natural del entorno que forma la meseta tibetana, es fuente de vida de un quinto de la población mundial. Es tan grande la reserva de agua que se almacena en las alturas del Tíbet que los especialistas lo suelen llamar el Tercer Polo, en referencia a la Antártida y al Ártico, las dos principales reservas de agua dulce del mundo. 

Esta codiciada región y fuente de agua dulce de todo el continente asiático, se encuentra en territorio chino y limita con Bután, Nepal y la India.

A finales del año 2021, mientras el mundo concentraba sus preocupaciones en la pandemia del virus del PCCh, el régimen chino anunció que buscaría explotar el potencial hidroeléctrico de los tramos inferiores del Yarlung Tsangpo, un río que nace en lo alto del Tíbet y luego cruza la frontera hacia la India.

El anuncio se hizo como parte del décimo cuarto plan quinquenal del gobierno, una serie de directrices que detallan las prioridades económicas y sociales de China. La polémica no tardó en despertarse, sobre todo cuando trascendió que se trataría de una represa que sería incluso mucho más grande que la ya polémica Tres Gargantas. 

La India y China tienen un conflicto de larga data por la división fronteriza justamente en la región del Tíbet. La noticia de la represa no hizo más que aumentar la tensión entre ambas naciones.

Los expertos creen que podría ser la megaestructura más arriesgada jamás construida. La ubicación no solo es propensa a provocar enormes aludes de tierra y algunos de los terremotos más poderosos jamás registrados, sino que también está precariamente cerca de la disputada frontera entre India y China, lo que provocó el aumento de la tensión entre ambas naciones..

Como era de esperar, los detalles del proyecto no fueron anunciados pero sí trascendió que incluiría la perforación de un enorme túnel en medio de las montañas con el objetivo de desviar el gran caudal de agua y hacerlo descender en picada a través del túnel para finalizar atravesando las turbinas lo que generaría una enorme cantidad de energía.

Los medios chinos informaron que el jefe de PowerChina, la compañía que se cree que encabeza el proyecto, dijo que el cañón tenía el potencial de generar más de 60 gigavatios de energía, eso es tres veces la producción de la presa de las Tres Gargantas.

Los riesgos de llevar a cabo semejante proyecto son enormes desde varios aspectos. Por un lado por la complejidad de realizar una mega obra a esas altitudes, y sobre todo teniendo en cuenta lo difícil que resulta acceder a esa zona tan inhóspita, a lo que se suma la volatilidad geológica del área, es una de las zonas sísmicas más activas del mundo, por lo que cualquier obra allí podría implicar enormes desprendimientos de tierra que arrasarían con pueblos enteros.

Sin embargo, algunos expertos aseguran que el régimen chino tiene la capacidad para llevar a cabo la obra y que las trabas más grandes que hoy ponen un freno son las dificultades en torno a los asuntos políticos que genera el proyecto.

Resulta por lo menos polémico que el régimen chino posea la llave para abrir o cerrar a su antojo una de las fuentes de agua dulce más grandes del mundo, con todo lo que ello implica para los millones de habitantes que habitan río abajo.

Fuerte disputa entre India y el régimen chino en el Tíbet

El mega proyecto anunciado por China está ubicado justamente en una zona reclamada por India y ocupada por China. Desde 1960 que ambos países han disputado por correr para un lado y para otro la línea fronteriza, incluso llegando a enfrentamientos armados entre bandos de ambos lados en la región. 

En junio de 2020, estalló un violento enfrentamiento en el valle de Galwan, al norte de la frontera, que resultó en las primeras muertes relacionada con un combate entre los dos países desde 1975.

Fuentes indias han indicado que el número de muertes de soldados chinos superó los 40, mientras que las víctimas mortales del ejército indio llegaron a 20. Si bien esto encendió las alarmas mundiales ante la posibilidad de un conflicto bélico de mayor envergadura, la situación no pasó a mayores, aunque el régimen chino continuó desplegando una gran cantidad de tropas en la región que aún permanecen allí.

La idea de una mega represa a pocos kilómetros de la línea fronteriza entre China y Arunachal Pradesh en la India ha causado angustia y despertado el temor de que China esté tratando de utilizar el agua como arma cortando o desviando el flujo del preciado río Yarlung Tsangpo.

¿Por qué insiste China con la creación de represas?

Si bien es cierto que la creación de represas le da un poder enorme al régimen chino sobre el control de las reservas de aguas dulces, por una cuestión lógica las autoridades nunca van a asumir que ese es el argumento principal para el desarrollo de las mismas porque deberían enfrentarse a las críticas de la comunidad internacional, que con seguridad lo condenaría.

En cambio el discurso oficial indica que la creación de nuevas represas representa un factor clave en sus esfuerzos para alcanzar las emisiones máximas de carbono para 2035 y convertirse en carbono neutral para 2060.

Para hacer eso, el país deberá dejar de depender del carbón. Actualmente, más del 60 por ciento de la energía de China proviene de sus centrales eléctricas de carbón con emisiones intensivas, y todavía está construyendo más.

Los informes sugieren que la energía potencial de la polémica represa en el río Yarlung Tsangpo podría estar entre 40 y 60 gigavatios, lo que sigue siendo una cantidad mínima en relación a lo que se requiere para alcanzar la neutralidad de carbono anunciada.

En este contexto los críticos se preguntan y con razón, ¿Cuál es el costo que se debe estar dispuesto pagar para lograr esa supuesta neutralidad de carbono?, ¿Realmente el régimen chino estará midiendo seriamente esta relación de costo beneficio en la creación de represas o sus verdaderos propósitos son otros?

Problemas de agua potable

Con una reserva incalculable de agua como la que tiene China en la meseta del Tibet. parece inconcebible que un país tenga problemas de acceso al agua potable. Sin embargo, bajo el régimen comunista chino esto no solo es posible, sino que es una compleja realidad.

Como se mencionó anteriormente, miles de ríos han desaparecido en China, y al mismo tiempo la mayor parte del agua subterránea está contaminada por la actividad industrial y no resulta apta para su consumo.

Esta no es solo la advertencia de los medios occidentales, como lo expresó un artículo a principios de 2021 en The Hill: “China está drásticamente escasa del agua que necesita para mantener su economía”. De hecho, es algo que las autoridades chinas conocen muy bien y dicen estar luchando para solucionar. 

En 2005, el primer ministro Wen Jiabao afirmó que la escasez de agua amenazaba la “supervivencia misma de la nación china”. Un ministro de recursos hídricos anunció que China debe “luchar por cada gota de agua o morir”.

La situación de los recursos hídricos de China es particularmente grave. China representa el 20% de la población mundial, pero sólo aporta el 7% de agua dulce potable. El recurso hídrico mundial per cápita es de 12.900 metros cúbicos. Los recursos hídricos per cápita de China son solo 2300 metros cúbicos, que es menos de una cuarta parte. 

China está catalogado como uno de los 13 países pobres en agua por las Naciones Unidas. Regiones enteras sufren una escasez de agua más grave que el árido Oriente Medio. 

Se pueden escuchar muchas razones que explican en parte la alarmante situación que vive el pueblo chino respecto al acceso al agua potable, pero si se quiere resumir las causas del conflicto sin duda encontraremos que la degradación de la moral por parte del PCCh, la corrupción extrema, la mala planificación y la explotación desmedida de los recursos hídricos han provocado la realidad, posiblemente irreversible, que se vive hoy en el país asiático y sus afectados vecinos. 

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