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Apenas queda un lugar en el planeta –y fuera de él– que China no considere en disputa, y eso incluye los polos norte y sur: la Antártida y el Ártico.

Las ambiciones de China en el Ártico incluyen: En 2018, China emitió su primer documento de política ártica, “La política ártica de China” y con cara de circunstancias se declaró a sí misma, “Estado cercano al Ártico”, que deseaba una “Ruta de la Seda Polar”. De hecho, China se encuentra a unos 3.000 kilómetros del Círculo Polar Ártico [1] . Su “Ruta de la Seda Polar” crearía nuevas rutas marítimas que unirían Asia y Europa a través del Ártico, como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, una gigantesca iniciativa de desarrollo, infraestructura e inversión que busca aumentar drásticamente la influencia global de China haciendo que los países de todo el mundo sean cada vez más dependientes de China.

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La Ruta de la Seda Polar también parece muy impulsada por el deseo de China de tener más acceso al petróleo, el gas y otros recursos naturales en la región ártica. Groenlandia, por ejemplo, juega un papel clave en los planes de China para la Ruta de la Seda Polar, porque se estima que el territorio autónomo, una parte de Dinamarca, tiene los depósitos no desarrollados más grandes del mundo de materiales de tierras raras, además de uranio y una cantidad sustancial de petróleo y gas reservas que se cree se encuentran frente a sus costas. Los materiales de tierras raras son componentes necesarios en la construcción de equipos tan diversos como aviones de combate, sistemas de armas, turbinas eólicas y vehículos eléctricos, entre otros. Están disponibles en diferentes ubicaciones geográficas, pero son difíciles de procesar. El año pasado, China produjo el 90% de los materiales de tierras raras del mundo.

En su nuevo plan quinquenal para 2021-2025, China reafirmó que continuará trabajando en su “Ruta de la Seda Polar” y “participará en la cooperación pragmática en el Polo Norte”. También afirmó que “aumentaría su capacidad para participar en la protección y utilización del Polo Sur”  [Antártida].

Los objetivos comerciales y militares de China en la Antártida recibieron solo una mínima atención internacional. Alexander B. Gray, investigador principal en Asuntos de Seguridad Nacional del Consejo de Política Exterior de Estados Unidos, escribió en marzo:

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“Mientras que los designios de China sobre el Ártico provocaron una creciente alarma en la comunidad internacional, sus maquinaciones en otra región global -la Antártida- siguen siendo comparativamente poco conocidas. Esto es un error porque las ambiciones antárticas de China son tan peligrosas como sus pretensiones en el Polo Norte. Además, se ven agravadas por el hecho de que Estados Unidos y sus aliados más cercanos a la Antártida, Nueva Zelanda y Australia, siguen sin saber lo que esta haciendo Pekín sobre el terreno”.

El derecho internacional -el Tratado Antártico de 1959 y el Protocolo de Madrid de 1991 sobre la protección ambiental de la Antártida- protege la Antártida. El tratado proclama que el continente debe utilizarse exclusivamente con fines pacíficos y prohíbe cualquier medida de carácter militar. Además, la Antártida está “protegida como espacio natural por su valor estético y científico” con la prohibición de la minería.

Sin embargo, China no es conocida por su estricta adhesión al derecho internacional. Incumplió repetidamente no solo el derecho internacional, sino sus propios compromisos, al apoderarse, construir y luego militarizar tanto islas artificiales como reales, como en el archipiélago Spratly, en el Mar del Sur de China, y en su represión ilegal de Hong Kong, zona que debía dejar en paz hasta 2047, por mencionar solo dos ejemplos recientes.

China tiene una amplia gama de intereses comerciales y militares en la Antártida. “La Antártida, rica en recursos, es extremadamente importante para el gobierno chino”escribió la profesora Anne Marie Brady en un informe de 2017 para el Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI por sus siglas en inglés).

“En 1984, durante la primera expedición antártica de China, el personal de la Armada del EPL, ayudó a establecer la primera estación antártica de China, un hecho que no se reconoció debidamente en el informe de China al Comité Científico de Investigaciones Antárticas en ese momento. En años recientes, el personal del EPL participó repetidamente en el programa antártico de China sin que se indique su presencia en el informe anual de China en virtud del Tratado Antártico”.

“Las estaciones de investigación polar de China desempeñan un papel crucial para ayudar al EPL a mejorar las capacidades de su sistema de mando, control, comunicaciones, computadoras, inteligencia, vigilancia y reconocimiento (C4ISR), sincronización de misiles y posicionamiento de misiles a través del sistema de satélites BeiDou [una tecnología dual civil-militar, el equivalente chino del GPS por sus siglas en inglés].

“Otro aspecto de los intereses científicos antárticos relacionados con el ejército de China es la física de la atmósfera superior y la teledetección satelital, utilizada para la exploración de minerales y petróleo, estudios marinos, reconocimiento militar y cartografía”. 

“Los investigadores del Instituto de Investigaciones Polares de China (PRIC por sus siglas en inglés) estiman que hay 500 mil millones de toneladas de petróleo y entre 300 y 500 mil millones de toneladas de gas natural en el continente antártico, además de un potencial de 135 mil millones de toneladas de petróleo en el Océano Austral. En 2009, el personal de PRIC declaró que ‘cuando todos los recursos del mundo se hayan agotado, la Antártida será un tesoro mundial de recursos’”.

Según los informes, China está engañando al público internacional sobre sus intenciones en la Antártida. “China adopta un mensaje sobre temas antárticos para audiencias extranjeras y otro diferente para audiencias nacionales”según Brady.

“En noviembre de 2014, los medios chinos tradujeron mal deliberadamente las palabras de Xi. Acababa de pronunciar un discurso, sobre la agenda polar de China, con el entonces primer ministro australiano Tony Abbott, de pie a su lado, Xi dijo: ‘La parte china está lista para trabajar continuamente con Australia y la comunidad internacional para comprender mejor, proteger y explotar la Antártida [con mucho énfasis]. Pero el periódico oficial en inglés del Partido Comunista Chino, China Daily, informó que Xi expresó el interés continuo de China en cooperar con Australia y otras naciones para ‘conocer, proteger y explorar la Antártida’ (énfasis agregado)”.

Tanto Rusia como China lucharon para relajar las prohibiciones sobre la extracción de recursos en la Antártida. “Un número significativo de expertos chinos cree, contrariamente al derecho internacional, que el Protocolo de Madrid expira en 2048, junto con la prohibición de la minería en la Antártida”, escribió Alexander B. Gray.

“Esto indujo a los funcionarios chinos a especular abiertamente sobre el continente austral como una fuente potencial de elementos de tierras raras, petróleo y gas, entre otros. La pesca, estrictamente regulada en el Océano Antártico en virtud al Protocolo, y por la que China tiene una merecida reputación mundial de comportamiento ilegal y desagradable, se convertiría en una batalla campal. El comportamiento que el mundo observó en África y el sudeste asiático durante años puede llegar al Polo Sur en los próximos años”.

Aunque el Protocolo de Madrid no caduca, una de las partes puede solicitar una conferencia para revisar su funcionamiento y posiblemente modificarlo:

“Si, después de transcurridos 50 años, alguna de las Partes Consultivas del Tratado Antártico así lo solicita, se celebrará una conferencia tan pronto como sea posible para revisar el funcionamiento de este Protocolo”.

“En 30 años”según el profesor Klaus Dodds de la Universidad Royal Holloway de Londres, “el Tratado Antártico se volverá modificable y el destino de un continente podría estar en juego”.

El 8 de marzo, la agencia de noticias Xinhua, la agencia oficial de noticias del Partido Comunista Chino (PCCh), publicó una breve noticia, que simplemente decía que “la máxima legislatura de China formulará una ley sobre actividades y protección ambiental en la Antártida en 2021”, sin más detalles. Probablemente no sea demasiado descabellado asumir que lo que se esconde detrás de la preocupación del PCCh por la “protección ambiental en la Antártida” resultará ser un deseo de explotación ambiental.

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