Por Oriana Rivas

Falta poco para que comience el juicio político contra Donald Trump. La acusación con la que tanto insistieron los demócratas desde la Cámara de Representantes continuará esta semana en el Senado sin muchas expectativas de que se dicte responsabilidad política contra el expresidente de Estados Unidos.

La inconstitucionalidad y la falta de apoyo rodean el proceso. En días previos, una moción dejó en evidencia que faltan votos para emitir una condena. Solo 55 senadores votaron a favor del impeachment cuando se requieren 67 votos. El juicio prácticamente «está muerto», según palabras de Rand Paul, quien presentó la moción previa en la Cámara alta para declarar el juicio como inconstitucional.

Aún así, como lo dictan las leyes estadounidenses, tanto la parte acusadora como la defensa están listas para enfrentar un nuevo juicio político contra Donald Trump bajo la acusación de «incitación a la insurrección» por supuestamente haber promovido el caos en el Congreso el pasado 6 de enero. La disputa legal podría extenderse por semanas.

La parte acusadora

Fue Nancy Pelosi, en su cargo como presidente de la Cámara de Representantes, quien eligió a siete congresistas que harán el papel fiscales en el Senado. Ellos argumentarán el caso ante la Cámara alta, mientras que los senadores actuarán como jurados, después de eso los abogados del expresidente tendrán la oportunidad de desarrollar la defensa, explica CNN.

Recientemente estos siete fiscales exhortaron a Donald Trump a testificar en persona durante el impeachment. El congresista demócrata Jamie Raskin, jefe del grupo, no dudó en darle un plazo: desde el lunes 8 hasta el jueves 11 de febrero.

Raskin dijo que si Trump se negaba a declarar, ellos se iban a «reservar todos los derechos, incluido el derecho a establecer en el juicio que su negativa a testificar respalda una fuerte deducción adversa respecto a sus acciones (e inacción) el 6 de enero de 2021».

A pesar de las amenazas del legislador, los «fiscales» del juicio político no tienen una autoridad independiente para citar a Trump a declarar si se niega a hacerlo, reseñó EFE.

En todo caso, el exmandatario rechazó esa convocatoria. “El presidente no testificará en un proceso inconstitucional”, argumentó su asesor principal Jason Miller. En efecto, abogados y congresistas ya han explicado que el juicio no es válido porque Trump ya no es presidente. La Constitución solo hace referencia a funcionarios en el cargo.

En vista de que Trump ya no está en la Casa Blanca, los demócratas apuntan a una inhabilitación que le impida participar en futuras elecciones. Otro escenario, es que sea «censurado». Susan Collins, senadora que votó a favor de continuar el juicio, estaría trabajando con el senador demócrata de Virginia, Tim Kaine, en la alternativa que solo sería simbólica.

La defensa de Trump

Jason Miller adelantó cómo actuará la defensa de Trump, entregando pruebas que lo desligan del atentado contra el Capitolio ocurrido el pasado 6 de enero.

«Colocaremos imágenes en las que se puede ver que el ataque al Capitolio ya estaba comenzando antes de que el presidente Trump incluso comenzara su discurso», dijo al canal Newsmax, según una nota de Washington Examiner.

La protesta pacífica y verbal es algo que el asesor de Trump destaca del discurso que el expresidente ofreció ese día en Washingtong DC. «Tendría que ser tan tonto para haber visto al presidente Trump durante los últimos cinco años y no darse cuenta de que es el presidente más pro ley y orden de todos los tiempos y que deplora cualquier tipo de violencia de la mafia», dijo.

Añadió que presentarán una cronología de los eventos de ese día, para refutar cualquier afirmación de que Trump es responsable de los hechos violentos. «Hemos visto informes públicos de la policía, del FBI y de todo tipo de otros medios de que gran parte de esta planificación se hizo con mucha anticipación», aseguró.

Una alianza insólita

A pocos días de comenzar el impeachment ocurrió un hecho por de más relevante. La revista Time publicó un artículo en el que expone toda una conspiración de empresas, personas de poder, sindicatos y redes sociales que apuntaron a evitar un segundo mandato de Donald Trump.

De cierta manera, Trump estaba en lo correcto, es la premisa de la revista en esa publicación. Desde sindicatos hasta el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, crearon una red para modificar sistemas de votación, cambiar leyes, dirigir la cobertura en los medios y controlar el flujo de información. Llegó a tal nivel que incluso creaban memes para redes sociales que incitaban a que se contara cada voto de las elecciones presidenciales.

En lugar de reconocerlo como un fraude, los participantes dicen que lo hicieron para «fortificar» las elecciones y  supuestamente «defender la democracia».

Como consecuencia, Donald Trump deberá enfrentar un nuevo juicio tras ofrecer un discurso en el que denunciaba  algo que resultó ser cierto. El expresidente, llamó a la calma ante los lamentables hechos ocurridos en el Congreso.

Fuente: panampost.com

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