Aproximadamente hasta el 25 de enero, un año después del aislamiento de Wuhan -donde el coronavirus se desencadenó-, la enfermedad ha infectado a más de 100 millones de personas en todo el mundo con un número de muertes de más de dos millones.

A pesar de los grandes esfuerzos de los científicos para llegar a conocer a fondo este virus, cuándo llegará a finalizar la pandemia y cuántas personas más se convertirán en sus víctimas sigue siendo un misterio. Este es el caso, especialmente por las variantes más virulentas que han surgido en otros continentes.

Mirando cómo comenzó la enfermedad y dónde se ha propagado, hay una indicación muy clara de que la pandemia vino para el partido comunista chino (PCCh) y para quien tenga afinidad con él.

Según la cultura tradicional china, las plagas u otras desgracias pueden seguir a las malas acciones cometidas por la gente y/o sus gobernantes. El PCCh ha causado 80 millones de muertes, incluyendo 45 millones solo durante la Gran Hambruna China entre 1959-1961. El número de muertos incluso fue mayor que el número sumado de víctimas provocadas por los nazis y la Unión Soviética, dos de los regímenes más infames que causaron un daño tremendo a la sociedad en el último siglo. El primero mató a 6 millones de judíos y millones de otras víctimas, mientras que alrededor de 20 millones murieron a causa de los bolcheviques.

Con su naturaleza inherente de brutalidad, odio y mentiras, durante su movimiento anti derechista, el PCCh silenció a los intelectuales en la década de los cincuenta, aniquiló la cultura tradicional china en la década de los sesenta, abusó de la ayuda de Occidente en la década de los setenta para luego convertirse en la segunda economía más grande del mundo, destruyó el sueño de democracia de China en la década de los ochenta y comenzó a perseguir a Falun Gong en la década de los noventa incitando el odio de la gente contra los practicantes pacíficos que se esfuerzan por vivir según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser mejores personas.

Han pasado más de dos décadas, pero la persecución a Falun Gong o Falun Dafa, continúa sin tregua. En este tiempo, los practicantes de Falun Dafa nunca detuvieron sus esfuerzos por exponer las mentiras y la brutalidad del PCCh. Después de que se desató el coronavirus, sintieron aún más urgente informar al público cómo el PCCh ha estado usando tácticas similares en el mal manejo de la pandemia hacia las empleadas perseguidas por practicar Falun Dafa. Ellos también aconsejaron a las personas que rompieran sus vínculos con el PCCh para evitar ser responsabilizados por sus crímenes contra personas inocentes. Muchos de los que siguieron el consejo y expresaron su apoyo a Falun Dafa han sido bendecidos, incluidos aquellos que se recuperaron de la infección por coronavirus al recitar “Falun Dafa es bueno”.

Sin embargo, no todos fueron tan receptivos. Una vez le expliqué a un amigo la importancia de mantenerse en la tradición y la fe, en qué consiste Falun Dafa y por qué el PCCh movilizó el aparato estatal para reprimir a Falun Dafa, y mi amigo estuvo de acuerdo en renunciar al PCCh para evitar ser considerado responsable cuando llegue el momento de llevar al PCCh ante la justicia por sus crímenes contra personas inocentes. Cuando le aconsejé a su hija adulta que también renunciara al PCCh, esta mujer más joven descartó sin rodeos la idea y dijo: “Mientras tenga cosas para comer y un lugar donde quedarme, no me importan las cosas de los demás”.

Precisamente por la indiferencia de la gente, el PCCh ha estado persiguiendo a los practicantes de Falun Dafa desde julio de 1999 sin ninguna salvedad. Innumerables practicantes han sido arrestados, detenidos, sentenciados o incluso asesinados por sus órganos. En consecuencia, muchas familias han sido destruidas. Todo esto ha sucedido, porque los practicantes de Falun Dafa han persistido en crear conciencia sobre la persecución e informar a la gente de la bondad de Falun Dafa.

Muchas personas en Occidente pueden tener pensamientos similares a los de la hija de mi amigo y permanecer indiferentes a las amenazas y daños del PCCh. A medida que el PCCh dio incentivos a corto plazo, y promovió la ideología comunista, muchas empresas y gobiernos de todo el mundo se olvidaron de los abusos del PCCh a los derechos humanos y el pisoteo a la libertad religiosa, que son el fundamento de la sociedad libre.

La realidad es que, una vez que perdemos esos principios fundamentales, entramos en el camino de perderlo todo y es difícil dar marcha atrás. Por otro lado, esa conformidad de los ciudadanos chinos y la contemporización de Occidente, hacen que el régimen totalitario del PCCh sea aún más osado.

La pandemia es un caso que ejemplifica esto. El encubrimiento del brote por parte del PCCh permitió que el virus se extendiera a todos los rincones del mundo. A medida que la nueva ola de la pandemia está devastando al mundo, muchas personas y gobiernos han podido ver lo dañino del PCCh y han empezado a tomar medidas para contrarrestar las amenazas del PCCh.

Desde la publicación de Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista en 2004, los practicantes de Falun Dafa han ayudado a más de 371 millones de personas a renunciar al régimen del PCCh y a dirigirse hacia un futuro mejor. En cuanto más gente rechace al PCCh a nivel mundial, los esfuerzos conjuntos nos acercarán a la salud y la seguridad.

Fuente: Minghui.org

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