Saqueos, incendios y destrozos aparecen en titulares sobre lo ocurrido en las calles de las ciudades principales de España. Hechos que ya estarían en su segundo día de desarrollo y sumen en caos al territorio.

Lo que comenzó como una protesta legítima contra las medidas de control del Gobierno, cuyos nuevos dictámenes condenarían a los ciudadanos a otros seis meses de cautiverio, así como de estancamiento económico, terminó en vandalismo. Los referentes del Gobierno socialista culpan a la «extrema derecha».

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El portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, abiertamente acusó a Vox de alentar los disturbios. Pretende equiparar a la derecha con la tercera posición (fascismo y nazismo) y así presionar al PP y Ciudadanos, la centro-derecha, a romper todo vínculo con Vox.

Echenique busca así equiparar manifestaciones cívicas y pacíficas, como el 12 de octubre, con terrorismo y disturbios. De esa manera, se limita la libertad de reunión, de circulación y expresión de todo español opositor al Gobierno de coalición socialista.

PanAmPost se comunicó con el periodista Javier Villamor, que se encuentra en España, para conocer la situación más en detalle, que ha llevado a la detención de al menos 33 personas, tras varios días de manifestaciones:

¿En qué consisten los disturbios que afectan ya a varias ciudades?

Los disturbios en principio eran manifestaciones realizadas por la ciudadanía contra las políticas del Gobierno sobre el confinamiento, estado de alarma durante seis meses y ciertas políticas económicas.

Nos encontramos con que la actualidad es muy diferente. Dicen los medios que son de extrema derecha y la realidad es que son de extrema izquierda, anarquistas, etc., junto a musulmanes que son los llamados «menas» menores no acompañados, sobre todo en ciudades de la parte de Catalunya.

Están extendidos por toda la ciudad, por todo España. Es cierto que no todas las ciudades tienen la misma composición. La gente que se manifiesta, pero realmente es la gente que está harta. Hay mucha gente que condena la violencia.

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Yo creo que la violencia es la única solución que tienen muchos ciudadanos, para soltar todo lo que tienen dentro. Teniendo en cuenta que no te dejan trabajar, no te dejan salir por la noche porque hay un toque de queda de 12:00 de la noche a 6:00 de la madrugada.

Te van a encerrar seis meses más en casa por un decreto ley completamente ilegal. Te van a encerrar seis meses con el estado de alarma, saltándose toda la Constitución, porque los partidos separatistas, terroristas, socialistas y comunistas del Gobierno han votado a favor de un estado de alarma de seis meses sin control parlamentario. La gente está harta.

Diversos medios reportan la presencia de neonazis, ¿las imágenes condicen el relato?

Muchos medios de comunicación dicen que estos son manifestantes negacionistas y de extrema derecha.

Están siempre primero con el negacionismo para asociar al negacionismo del Holocausto, algo de un peso del subconsciente brutal y «extrema derecha», es decir, para que todos lo que aquellos que se manifiestan en las calles rompiendo el mobiliario contra el orden público son la extrema derecha.

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Realmente casi, casi todos, son de extrema izquierda y, como te había dicho, musulmanes que son los menos que están en ciertas regiones.

Habrá seguramente alguien de «extrema derecha», por supuesto, la sociedad de compleja y plural, pero quien lleva la batuta cantante son miembros de extrema izquierda, como así ha reconocido la Policía en ciudades como Santander y Logroño. Por lo tanto, las imágenes no coinciden con el relato. Se ve claramente que son musulmanes.

¿Qué finalidad cree que tienen los disturbios?

La finalidad del principio es manifestarse contra lo que está ocurriendo, es decir, es una especie de levantamiento legítimo popular frente a la tiranía del Gobierno. Sin embargo, inmediatamente fue corrompido por elementos violentos que se dedican a romper mobiliario urbano, los trabajos, oficinas y tiendas de personas comunes.

Ahora los medios de comunicación favorables al poder hegemónico lo utilizan contra aquellos que intentan manifestarse contra el Gobierno. Es decir, es una especie de autogolpe, por así decirlo, en el que los cachorros de la izquierda y los soldados de la izquierda atacan las calles, para después los medios progresistas vender la idea de que los que atacan son la extrema derecha, para echar la culpa a la extrema derecha. Así, por ejemplo, Hitler atacaba la frontera.

Asimismo, para justificar la Segunda Guerra Mundial o los comunistas, se han hecho autoatentados. Muchísimos. Incluso Estados Unidos en su historia lo ha aplicado, lo mismo este Gobierno. Es una técnica que desgraciadamente funciona.

¿Qué mensaje enviaría a los españoles y cuál a los hispanoamericanos sobre lo sucedido?

Hay dos lecturas. Yo creo que estamos llegando a un punto, no solo en España, sino en toda nuestra querida Hispanoamérica, que las políticas del Gobierno nada tienen que ver con políticas sanitarias y sí tienen que ver con políticas de represión de la sociedad, de la represión del pueblo.

Es decir, es necesario todos estos estados de alarma indefinidos, esa destrucción de la economía deliberada para poder implantar un nuevo régimen a nivel global. Todas esas políticas, casualmente, son exactamente iguales en todos los países, independientemente de su capacidad industrial o económica.

El mensaje es: no nos sintamos mal si en cualquier momento tenemos que aplicar la violencia. La violencia es legítima de ciertos postulados, sobre todo cuando el Gobierno te asfixia económicamente, te asfixia la libertad de expresión. No te deja vivir, no te deja salir a la calle, no te deja hablar libremente, te persigue y redes sociales te quieren meter en la cárcel por delitos de odio. Ahí la violencia es legítima.

Ahora bien, si vamos a aplicar la violencia en cualquier momento y no hablo de la violencia contra el mobiliario urbano o contra las posesiones de las personas humildes que trabajan, tenemos que tener en cuenta que va a haber elementos díscolos ultra violentos que van a utilizar eso para su beneficio a favor de otros.

Tampoco hay que ser ingenuos. A veces las fuerzas de seguridad del Estado aprovechan esas ocasiones también para reprimir a los manifestantes.

No estoy diciendo que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en España tengan la culpa. Estas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado obedecen órdenes. Entonces hay que saber, como ha ocurrido en Venezuela y en otros regímenes totalitarios, como el poder utiliza a las fuerzas de represión, para justificar actos de aún más represión contra el pueblo. Entonces, no tengamos miedo de expresar lo que tenemos que decir, de defender nuestros derechos más básicos cueste lo que cueste.

Por lo tanto, tenemos que saber manejar nuestras fuerzas. Creo que está llegando a un punto en que ya no es solo suficiente hablar, aunque hablando consigamos ayudar mucho a la gente a tener más información, a modificar su pensamiento, a darse cuenta de lo que está ocurriendo.

Hay que empezar a movilizarse. Hay que empezar a llegar a mucha gente que solo consume televisión. Por lo tanto, no va a tener una fuente de información independiente, como puede ocurrir a través de las redes sociales.

Hay que empezar a alzar la voz. Yo sé que el miedo a perder lo que tenemos puede ser paralizante. Pero si no nos movilizamos lo poco que tenemos, lo vamos a perder. Ese es el objetivo de la Agenda Global 2030, según el Foro Económico Mundial. Que nadie posea nada. Un comunismo estatal para las masas con un oligopolio para las élites. Y lo están llevando a cabo a la perfección.

Por Mamela Fiallo Flor para Panam Post

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