Traducido de Slay News por TierraPura
Las élites globales han dado un paso importante hacia un régimen de gobernanza digital coordinado, ya que funcionarios europeos y canadienses revelaron nuevos acuerdos que vinculan los sistemas de identidad digital, la infraestructura de inteligencia artificial y el control de la información en línea, todo bajo el lema familiar de «confianza» e «integridad de la información».
El cambio no llegó a los titulares, pero sus implicaciones son enormes.
Dos nuevos memorandos de entendimiento, uno sobre credenciales digitales y servicios de confianza y otro sobre inteligencia artificial, vinculan a Canadá y la Unión Europea a una colaboración más profunda en todo, desde billeteras de identidad digital hasta espacios de datos compartidos para construir sistemas avanzados de inteligencia artificial.
Es el último paso en un creciente esfuerzo transnacional para estandarizar los marcos de identidad digital y normalizar los ecosistemas de información gestionados por los gobiernos en las naciones occidentales.
Identificaciones digitales transfronterizas
El acuerdo sobre credenciales digitales establece un foro para experimentos conjuntos, estándares técnicos armonizados y la prueba de «billeteras de identidad digital».
Estas billeteras sirven como contenedores de software para credenciales verificadas y aprobadas por el gobierno, lo que permite a las personas autenticarse en sistemas públicos y privados.
En resumen, sirve como una infraestructura de identificación digital transfronteriza.
Los funcionarios de la UE han estado impulsando desde hace tiempo la Cartera de Identidad Digital Europea (EUDI), que tiene como objetivo brindar a cada ciudadano de la UE una identidad digital unificada reconocida por los sistemas gubernamentales y comerciales.
Canadá, aunque está detrás de Europa, ya ha sentado las bases a través de su Marco Fiduciario Pancanadiense y múltiples proyectos piloto provinciales.
Esta nueva asociación sugiere que cualquier sistema de identificación digital federal canadiense no se construirá de forma aislada, sino que estará alineado con marcos globales como las Credenciales Verificables del W3C y los estándares eIDAS de Europa.
Gobernanza de la IA y compartición masiva de datos
El memorándum sobre inteligencia artificial es igualmente amplio.
Se requiere un “diálogo estructurado sobre espacios de datos”, entornos controlados donde las organizaciones comparten datos bajo reglas de gobernanza unificadas.
Estos ecosistemas de datos compartidos se presentan como herramientas para la innovación y «modelos de IA avanzados para el bien público».
Pero también amplían el intercambio transfronterizo de datos personales y de comportamiento, lo que plantea preguntas obvias sobre el consentimiento, la vigilancia y quién controla en última instancia estos enormes conjuntos de datos.
El plan va más allá, ya que Europa y Canadá «acelerarán la adopción de IA en sectores estratégicos», unificarán enfoques regulatorios y coordinarán estándares para la computación de alta capacidad y la infraestructura de entrenamiento de IA, sincronizando esencialmente cómo ambas regiones construyen, gobiernan e implementan poderosas herramientas de IA.
La agenda del control de la información
Quizás la sección más preocupante de la asociación se refiere a la promesa de «cooperar para mejorar la integridad de la información en línea».
Los gobiernos también se comprometieron a invertir en iniciativas para dar forma a los ecosistemas mediáticos «fortaleciendo los medios independientes mediante el apoyo al periodismo local».
En la superficie, se presenta como una campaña contra la «manipulación de información extranjera».
Pero en la práctica, la «integridad de la información» se ha convertido en una palabra de moda política utilizada para justificar la gestión narrativa en lugar del debate abierto.
Este lenguaje se ha extendido ahora a todas las instituciones occidentales.
Naciones Unidas lo adoptó en su Informe de Riesgo Global de julio de 2025, donde calificó la “desinformación y la información errónea” como una de las amenazas más graves sobre la Tierra, por delante de muchos riesgos tangibles.
El nuevo grupo de trabajo de la ONU, anunciado en el mismo informe, está diseñado explícitamente para monitorear cómo las narrativas no autorizadas podrían interferir con su agenda política, incluida la Agenda 2030.
La misión es clara: mantener el dominio narrativo, no facilitar un discurso más libre.
El informe señaló que los gobiernos, las ONG, las corporaciones y otras partes interesadas apoyan abrumadoramente las acciones estatales coordinadas y las coaliciones de múltiples partes interesadas para gestionar los flujos de información pública.
Llamativamente ausente de las recomendaciones: cualquier llamado a ampliar la libertad de expresión, aumentar la transparencia o empoderar a los ciudadanos para desafiar las reivindicaciones institucionales.
La dirección del viaje es inequívoca: hacia una estructura de gestión de la información centralizada y globalizada.
La reunión de Montreal: coordinación silenciosa a puerta cerrada
El Consejo de Asociación Digital UE-Canadá se reunió en Montreal el 8 de diciembre, copresidido por el Ministro de Inteligencia Artificial e Innovación Digital de Canadá, Evan Solomon, y la Vicepresidenta Ejecutiva de la Comisión Europea, Henna Virkkunen.
Esta reunión puso en práctica compromisos anteriores de la Asociación Digital UE-Canadá de 2023 y de la Asociación Estratégica del Futuro de 2025, lo que marca una importante aceleración de la gobernanza digital transfronteriza.
Lo que esto significa de cara al futuro
La colaboración entre la UE y Canadá no se limita a la innovación o la conveniencia. Representa un cambio más amplio hacia:
• sistemas de identificación digital interoperables a nivel mundial
• gobernanza coordinada de la IA y el intercambio de datos
• El «apoyo» de los medios de comunicación financiados por el Estado está vinculado a los controles de la información.
• un creciente marco internacional para la gestión narrativa bajo el disfraz de la «integridad»
Aunque los funcionarios presentan estos programas como promotores de la confianza y la seguridad, la tendencia subyacente revela un creciente apetito por una supervisión centralizada de la identidad, los datos y la expresión en las democracias occidentales.
No se preguntó al público si quería ese futuro.
Simplemente se están incorporando, un memorando a la vez.









