Por Oriana Rivas – Panampost
La incursión de la rapera Nicki Minaj en la política de Estados Unidos, a favor del conservadurismo, es quizás uno de los episodios más inesperados de este 2025 en el mundo del espectáculo. Aunque la artista tenía meses pronunciándose en contra la masacre de cristianos en Nigeria –al punto de ofrecer un discurso en la Casa Blanca para agradecer al presidente Donald Trump por su posición al respecto–, fue su aparición en la conferencia AmericaFest, organizada por Turning Point USA, en Arizona, la que ahora saca de quicio a los progresistas.
La postura de la rapera es otra muestra del declive de la ola «woke» en Hollywood, la cual, promovida por el Partido Demócrata para conseguir votos, logró la adhesión de numerosos artistas hacia lo «políticamente correcto». Nicki Minaj estuvo entre ellos cuando, en 2018, criticó medidas migratorios de la primera Presidencia de Trump. Sin embargo, hace dos días, durante el evento conservador, dijo a Erika Kirk, viuda del activista Charlie Kirk, que “él [Trump] le ha dado a mucha gente la esperanza de que existe la posibilidad de vencer a los malos y ganar y hacerlo con la cabeza en alto”.
¿Qué cambió a Nicki Minaj? Ella asegura que comenzó a asistir a una iglesia en Nueva York. Además, en 2021 ya manifestaba su rechazo a la imposición de vacunas en el marco de la pandemia por el coronavirus. Pero la gota que rebasó el vaso parece haber sido la persecución religiosa en Nigeria, donde grupos yihadistas han matado a más de 100.000 cristianos en los 16 años que han transcurrido desde 2009, según cifras de la Sociedad Internacional de Libertades Civiles y Estado de Derecho (InterSociety). “Nunca más nos silenciarán; hablaremos en nombre de los cristianos donde quiera que estén en este mundo”, declaró Nicki Minaj. Por supuesto, la furia de colectivos LGBT y otros grupos izquierdistas estalló.
Fracasa intento de boicot contra Nicki Minaj
Si algo no perdona el progresismo en Hollywood es que alguien que una vez comulgó con sus ideas prefiera mudarse a la acera contraria tras darse cuenta de las contradicciones propias de esta agenda. Nicki Minaj no es la excepción y ahora es acusada «de cambiar de valores, lealtades y comunidades, uniéndose a MAGA y Turning Point USA, mientras abandonaba a los fans negros y queer que construyeron su legado», dijo una activista en redes sociales.
Y es que la artista desafía al progresismo. «Si naces niño, sé niño. No hay nada malo en ser niño», dijo ante una multitud en el AmericaFest. También apuntó contra la teoría crítica de la raza: «Solo porque quiero que las niñas negras se crean hermosas, no significa que tenga que menospreciar a las niñas rubias y de ojos azules», agregó.
Nicki Minaj también se refirió a Gavin Newsom, gobernador demócrata de California, y uno de los mayores defensores del cambio de sexo en menores de edad en Estados Unidos. «Imagínate ser el tipo que se postula queriendo ver a niños trans… Ni siquiera un adulto trans se postularía con eso. Los adultos normales quieren ver niños seguros y felices». Es decir, la rapera ha levantado la voz de tal manera que no faltan los llamados a boicotear su música. El exhorto ha sido inútil, ya que según distintos reportes, está recibiendo mayor cantidad de reproducciones en los principales servicios de música en comparación con otras cantantes como Megan Thee Stallion y Cardi B juntas.
Respecto a la plataforma X, Nicki Minaj ganó más de 30.000 seguidores luego de su aparición sobre el escenario con Erika Kirk. Por ende, cabe preguntarse, ¿la posición de la rapera es el preámbulo a que otras figuras del mundo del espectáculo se aparten de la agenda progresista? La respuesta sin duda llegará el próximo año.
