Traducido de Life Site News por TierraPura
Más obscenidades eróticas del cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), antiguamente Congregación para la Doctrina de la Fe, ha sido reportada por el sitio web católico argentino El Wanderer , que describió el material recién descubierto como «no sólo pornográfico sino también detestable».
Los textos eróticos «repugnantes» están en línea con los libros de «teología» previamente conocidos del director del DDF, Cúrame con tu boca: el arte de besar y Pasión mística: espiritualidad y sensualidad , que utilizan imágenes pornográficas.
«¿Qué llevaría a un sacerdote católico a escribir sobre los detalles del orgasmo sexual, la fornicación y todo lo demás?», preguntó la comentarista católica Liz Yore en un podcast de LifeSiteNews cuando se publicaron esas obras. «El libro es lascivo, es excitante, carece de cualquier valor espiritual, moral o redentor. Es, francamente, pornografía extrema envuelta en una fina capa de misticismo cargada de erotismo lascivo».
Yore sugirió que las obras conocidas de Fernández podrían ser sólo la «punta del iceberg».
Resulta que ella tenía razón.
En uno de los libros recién descubiertos, ¿ Por qué no puedo terminar de sanar?, publicado en 2002, Fernández escribió lascivamente :
Un cuerpo puede ser impactante cuando se viste apropiadamente: ropa que despierta sensualidad al acentuar curvas interesantes, acordes con la forma del cuerpo. La sensualidad de hombros y brazos bronceados se realza con una camiseta. La elegancia se realza, disimulando el exceso de peso con un chaleco negro y mangas blancas. Un cuello al descubierto se vuelve más atractivo con un delicado collar, y así sucesivamente. Si, en un momento de insatisfacción, cuando alguien necesita encontrar algo que esperar o disfrutar, un cuerpo puede parecer impresionante, maravilloso, indispensable, entonces un cuerpo puede parecer algo impresionante, maravilloso, indispensable.
Luego se lamenta:
Pero luego, con la rutina y al descubrir otros cuerpos diferentes, uno se da cuenta de que esa masa de carne no tenía nada de extraordinario, que tiene imperfecciones, defectos y dolores como todos los cuerpos, que se deteriora y pierde su atractivo con el paso del tiempo.
En un segundo libro, titulado Teología espiritual: profundidad espiritual en acción (2005), escribió:
Consiste en explorar todo el cuerpo, prestando atención plena a un órgano a la vez. Es muy importante tener en cuenta que no se trata de «pensar» en ese órgano, imaginarlo o visualizarlo. Se trata más precisamente de «sentirlo», percibirlo con los sentidos. Se trata de experimentar con calma las sensaciones de cada órgano, sin juzgar si son buenas o malas, sino más bien intentando que ese órgano se relaje y libere tensión. Lo mejor es hacerlo más o menos en este orden: mandíbula, pómulos, garganta, nariz, ojos, frente (y todos los pequeños músculos faciales que pueda sentir), cuero cabelludo, cuello y nuca, hombros. Continúe con el brazo derecho, la muñeca y la mano derecha; el brazo izquierdo, la muñeca y la mano izquierda. Luego, explore la espalda. Continúe con: pecho, abdomen, cintura, caderas, pelvis, glúteos, genitales, pierna derecha, pierna izquierda, pie derecho, pie izquierdo. La clave es concentrarse lentamente en un punto a la vez, sin dejar que la imaginación se desvíe hacia otro órgano u otra idea, hasta que sintamos que todo el cuerpo tiene el mismo tono. No hay prisa.
En un tercer texto comentado por El Wanderer , Para liberarse de la ansiedad y la impaciencia (2009), volvió a utilizar la imagen del orgasmo para describir momentos en los que la vida se «vive al máximo»:
Cuando podemos detenernos y un objeto o persona capta nuestra atención por un instante, ese momento se vive al máximo. Cuando todo nuestro ser se unifica en una sola dirección, logramos un verdadero encuentro, una fusión, una unión perfecta, aunque solo sea por unos minutos. Esto no implica necesariamente quietud física, ya que esta experiencia también puede ocurrir en medio de la excitación de una actividad intensa.Esto ocurre, por ejemplo, durante un orgasmo entre dos personas que se aman.
«Una persona —sacerdote, obispo y cardenal, además— capaz de pensar, escribir y publicar párrafos tan abiertamente pornográficos tiene un grave problema», escribió el comentarista de El Wanderer . «Y es precisamente este problema, entre otras razones, lo que explica por qué fue el autor de la Fiducia Supplicans » , que permite la bendición «no litúrgica» de parejas irregulares y del mismo sexo.
«Ese documento maldito ha dado lugar no sólo a una enorme confusión dentro de la Iglesia, sino también a un escándalo y un dolor inconmensurables entre los fieles», declaró el autor de El Wanderer .
El problema del cardenal Fernández también explica el desprecio con el que trató gratuitamente a la Santísima Virgen María, negándole dos títulos utilizados por santos y papas —continuó el análisis—. ¿Por qué este horror a la virginidad y la pureza, virtudes eminentemente encarnadas en la Madre de Dios?
