Redacción Tierra Pura
Quince países emitieron el 21 de noviembre de 2025 una declaración conjunta ante Naciones Unidas en la que expresan una “profunda y continua preocupación” por denuncias de graves violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen chino. El pronunciamiento, presentado en Nueva York, reúne a Albania, Australia, Chequia, Estonia, Israel, Japón, Letonia, Lituania, Macedonia del Norte, Palau, Paraguay, San Marino, Ucrania, Estados Unidos y el Reino Unido.
De América Latina, Paraguay fue el único país que se adhirió a la declaración.
La declaración cita informes considerados creíbles que describen detenciones arbitrarias, trabajo forzado, vigilancia masiva y restricciones severas a la libertad religiosa y cultural. Según el documento, estos abusos afectan de forma específica a uigures y otras minorías musulmanas, cristianos, tibetanos, practicantes de Falun Gong, entre otros grupos. También se denuncian prácticas como la separación de menores de sus familias mediante internados estatales, episodios de tortura y la destrucción de patrimonio cultural.
Los países firmantes manifestaron además preocupación por el deterioro de las libertades civiles y del estado de derecho en Hong Kong, mencionando la persecución extraterritorial de críticos y el uso de órdenes de arresto contra personas que viven fuera del territorio.
El documento señala que la censura estatal y el control del flujo de información —tanto en línea como fuera de Internet— sirven para reprimir al periodismo, a defensores de derechos humanos y a abogados, contribuyendo a un clima en el que la disidencia es castigada.
La declaración insta a la República Popular China a liberar a todas las personas detenidas por ejercer derechos fundamentales y a cumplir con sus obligaciones internacionales. Asimismo, exhorta a los Estados miembros de la ONU a continuar señalando estas violaciones y a promover mecanismos de responsabilidad.








