Fuente: Mundo Libre Diario
En un artículo anterior, exploramos a Yu Wenhong, una figura del ámbito de la estética médica conocida por el “antienvejecimiento de alta gama”, y el misterio que rodea su “terapia de rejuvenecimiento con sangre”. En un video, ella presentó a clientes adinerados una supuesta “técnica revolucionaria” que, según afirmaba, revierte el envejecimiento: extraer vesículas extracelulares y proteínas funcionales de hombres jóvenes de entre 17 y 21 años e inyectarlas en clientes de mediana y avanzada edad para obtener un rejuvenecimiento rápido.
Aunque el video fue eliminado de Douyin (TikTok China), todavía circulaba ampliamente en X hasta el 14 de noviembre. En las imágenes filtradas, Yu Wenhong afirmaba con naturalidad que en Europa ya existen terapias antienvejecimiento populares que implican “la infusión de sangre joven”, y que la tecnología de su equipo va aún más lejos: pueden extraer las “vesículas” y “proteínas juveniles” que solo se encuentran en hombres jóvenes.
Ella afirmó que:
- Solo un médico en China conoce esta técnica.
- Su equipo “monopoliza” la tecnología.
- Solo puede usarse en su “Hospital Pengruili”.
- Los efectos son inmediatos: en una o dos semanas, potencia la función sexual masculina, retrasa el envejecimiento y hace que los pacientes luzcan al menos una década más jóvenes.
Pero la mayor pregunta entre los espectadores es: ¿de dónde proviene la sangre?
En el video, Yu Wenhong afirmó que controla una “empresa de productos sanguíneos que cotiza en bolsa y que vale más de 100.000 millones de yuanes”, la cual es “la única compañía autorizada para comprar sangre” y tiene aprobación del Ministerio de Salud de China (actual Comisión Nacional de Salud).
En otras palabras, aseguró tener permiso oficial y canales legales para obtener grandes cantidades de sangre de hombres jóvenes.
Sin embargo, el sistema legal de donación de sangre en China estipula claramente que:
- La sangre no puede comprarse ni venderse.
- Las donaciones son voluntarias.
- La sangre no se recolecta según edad o sexo, y mucho menos se limita a varones de 17 a 21 años.
Así que, si sus afirmaciones fueran ciertas —un suministro grande y estable de sangre para extraer vesículas, proveniente específicamente de hombres jóvenes—, ¿qué hay detrás? ¿Ciertos grupos de donantes, hospitales específicos, canales especiales o algo aún más inquietante?
Todo esto sugiere que la fuente de sangre es inusual, incluso escalofriante.
¿Quién autorizó exactamente esta “legalidad”?
Yu Wenhong enfatizó que tiene una empresa de sangre cotizada, aprobaciones oficiales y que la tecnología es “absolutamente legal”. Sin embargo, la ley china no tiene ninguna disposición que permita transfusiones con fines de antienvejecimiento o rejuvenecimiento, ni existe un sistema que permita a instituciones médicas extraer y vender vesículas de grupos específicos. Las empresas de productos sanguíneos normalmente producen derivados del plasma, no “terapias de antienvejecimiento con sangre juvenil”. Esto, en efecto, disfraza una práctica ilegal y éticamente dudosa como algo “autorizado legalmente”.
De manera sorprendente, nombró abiertamente a dos grandes accionistas:
- Kuok Hock Nien (郭鹤年), el hombre más rico de Malasia, bajo cuyo “Grupo Pengruili” se nombra su hospital.
- Haier Group, que, según ella, es otro de los accionistas principales.
Si es cierto, sería una revelación impactante.
¿Por qué es tan alarmante?
Expone tres realidades:
- La industria de la estética médica en China ya ha caído en una “zona gris de experimentación humana”.
- La enorme demanda del mercado del antienvejecimiento lleva a algunos a intercambiar dinero por “rejuvenecimiento biológico”.
- La obtención de sangre es extremadamente opaca.
Si la “sangre juvenil” realmente existe en grandes cantidades, podría involucrar:
- Grupos de donantes específicos,
- Flujos internos dentro de instituciones médicas,
- Hombres jóvenes, estudiantes o trabajadores migrantes sometidos a extracciones sin conocimiento público,
- O incluso compras ilegales de sangre.
Una revelación espeluznante desde el sudeste asiático
Un blogger que infiltró centros de estafa en el sudeste asiático reveló recientemente una verdad asombrosa: la “sangre juvenil” de la que habla Yu Wenhong supuestamente está vinculada a la extracción ilegal de células madre de bebés.
El blogger reveló que:
- Los centros de estafa no solo se dedican al fraude telefónico o en línea; la verdadera ganancia proviene del tráfico de bebés, embarazos artificiales y la extracción de células madre infantiles para obtener “sangre de rejuvenecimiento”.
- Las mujeres mayores de 40 años, atraídas a estos centros, son obligadas a embarazos artificiales, a veces llevando dos o tres embriones a la vez para maximizar el “suministro”.
- Los bebés se convierten en mercancías: se los mantiene en incubadoras para extraer sangre de cordón umbilical, células madre y factores de crecimiento, que son los materiales más caros del mercado negro.
Los precios son asombrosos:
- Un vial de material extraído = 5 millones de RMB
- Procesado en tres “tratamientos de rejuvenecimiento”, cada uno vendido por 15 millones de RMB
- Una extracción por bebé = 45 millones de RMB
Los bebés de 0 a 6 meses se consideran “material ideal” porque no ofrecen resistencia y son fáciles de controlar.
¿Por qué bebés?
Porque son más rentables que los órganos de adultos:
- Mercado negro de órganos adultos: ~100.000–150.000 dólares, alto riesgo, alto costo
- Material infantil: bajo costo (solo alimentación), sin resistencia, alta demanda, rotación rápida
¿A dónde va?
Los materiales extraídos ingresan a la industria del mercado negro de “sangre de rejuvenecimiento” en toda China y el sudeste asiático, vendidos a clientes adinerados para tratamientos antienvejecimiento que cuestan decenas de millones, incluidos:
- “Sangre de rejuvenecimiento”,
- “Plasma juvenil”,
- “Terapias de factores de crecimiento con células madre”.
Hace más de una década, supuestamente ya se habían expuesto operaciones similares en Pekín, donde se obligaba a mujeres a dar a luz continuamente para extraer material. Los centros de estafa en el sudeste asiático no son más que una réplica moderna, ahora más profesionalizada y comercializada.








