Fuente: La Gaceta de la Iberosfera
El terrorismo islamista sigue golpeando el corazón cristiano de África. De acuerdo con una información publicada por La Razón este martes, el Estado Islámico (Daesh) difundió un comunicado en el que asegura haber asesinado a seis cristianos e incendiado una veintena de casas en la aldea de Mazinz, situada en la región de Ituri, al noreste de la República Democrática del Congo.
«Con la ayuda de Alá, los soldados del Califato atacaron con ametralladoras a los cristianos infieles en la aldea cristiana de Mazinz… asesinando a seis cristianos e incendiando unas 20 de sus casas», afirma el texto difundido por el grupo terrorista, citado por La Razón.
El diario señala que los ataques forman parte de una campaña de violencia sistemática contra comunidades cristianas perpetrada por el brazo africano del Estado Islámico, activo tanto en el Congo como en Mozambique, donde las organizaciones yihadistas han extendido su control en los últimos años.
En el norte de Mozambique, la situación humanitaria es igualmente alarmante. Alrededor de 100.000 personas han tenido que huir de sus hogares en las provincias de Cabo Delgado y Nampula desde finales de septiembre. Los ataques de insurgentes islamistas, identificados como Al Shabab —grupo vinculado al Estado Islámico desde 2021—, se dirigen principalmente contra poblaciones cristianas y civiles desarmados.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que unas 23.000 personas desplazadas han llegado ya a la ciudad de Mueda, en Cabo Delgado, donde MSF ha reforzado su presencia para atender a los refugiados. «Muchos de los que llegan han tenido que huir varias veces durante los ocho años de conflicto», explicó el supervisor de MSF, Pedro Basílio.
Desde 2017, más de 2.000 personas han muerto en los ataques de los islamistas de Al Sunnah wa Jama’ah (ASWJ), según el proyecto internacional ACLED, mientras las autoridades locales reconocen que la amenaza yihadista se ha consolidado en el este y sur del continente africano.
Los últimos comunicados de los terroristas refuerzan la estrategia del Estado Islámico de expandir su influencia en África Central y Austral, golpeando con brutalidad a comunidades cristianas indefensas.
