El Gobierno alemán financia manuales de entrenamiento para militantes de ‘Antifa’ mientras Trump y Orbán declaran al grupo como «organización terrorista»

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Por Santiago Carranza Vélez – gaceta.es

Mientras varios países europeos han comenzado a clasificar a Antifa como organización terrorista, Alemania ha tomado el camino contrario: financiarla con dinero público. Una investigación del periodista Stefan Frank en el medio Achse des Guten («Eje del Bien») revela que el Gobierno federal alemán, a través de su Ministerio de Familia, Mayores, Mujeres y Juventud, financió en 2024 un manual de entrenamiento para militantes antifascistas, descrito por Frank como una auténtica «guía para matones de Antifa».

El documento, titulado «Los nazis odian estos trucos: 20 reflexiones sobre cómo combatir el extremismo de derechas«, fue publicado dentro del programa estatal «Democratie Leben!» («Vive la Democracia»), una iniciativa presentada oficialmente como «pedagógica». Sin embargo, el propio texto deja claro su propósito militante: está dirigido a «Queridos colegas, queridos antifascistas», y afirma basarse en la «experiencia colectiva del movimiento antifascista».

En sus páginas, el folleto justifica el uso de la violencia y defiende el papel de Antifa frente a quienes, según sus autores, «quieren demonizar y deslegitimar» su causa. «El antifascismo es absolutamente necesario», proclama el documento, en alusión directa a las críticas que el movimiento recibió tanto de Donald Trump, quien quiso designarlo como organización terrorista, como del exjefe de inteligencia alemán Hans-Georg Maaßen, que pidió su prohibición.

La polémica no termina ahí. El medio Nius ha revelado que el Gobierno alemán también otorgó más de 70.000 euros en subvenciones a la editorial Unrast, responsable del libro «Consejos y trucos para antifas y antirracistas«, publicado en 2023. El volumen, que luce el logotipo de Antifa en su portada, incluye recomendaciones sobre el uso de armas de defensa —como sprays de pimienta, bastones telescópicos, electroshocks y pistolas de gas—, así como instrucciones para lanzar objetos desde edificios ocupados o organizar «manifestaciones de cristales rotos«, en las que se destruyen escaparates y propiedades privadas.

La referencia a los «shards-of-glass demos» (manifestaciones de los «cristales rotos») evoca inevitablemente la Kristallnacht, la «Noche de los Cristales Rotos» de 1938, cuando los camisas pardas del régimen nazi destrozaron comercios judíos en toda Alemania.

Las subvenciones fueron concedidas por la Comisaría de Cultura y Medios del Gobierno alemán, actualmente bajo control de la CDU, el partido del canciller Friedrich Merz. En su portal oficial, la oficina describe a Unrast como una editorial dedicada a publicar «teoría social antifascista y feminista», así como novelas y cómics con perspectiva política.

Estas revelaciones han generado indignación dentro y fuera de Alemania, donde críticos advierten que el Estado está financiando grupos radicales con un historial de violencia callejera, mientras reprime a movimientos conservadores y patrióticos bajo acusaciones de «extremismo de derechas».

El periodista Stefan Frank resume la paradoja con ironía: «Mientras Alemania presume de combatir el extremismo, su propio gobierno paga a quienes lo practican en nombre de la democracia».

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