Por Joana Campos – Gateway Hispanic
El Parlamento de los Países Bajos ha aprobado por abrumadora mayoría una moción del líder conservador Geert Wilders para clasificar a Antifa como una organización terrorista, un paso valiente que obliga al gobierno a actuar de inmediato.
Esta decisión, tomada este jueves (18 de septiembre 2025), sigue el liderazgo del presidente Donald Trump, quien el miércoles (17 de septiembre) declaró a Antifa como una «gran organización terrorista» en respuesta al cobarde asesinato del activista conservador Charlie Kirk. ¡Europa occidental por fin despierta al peligro de estos matones enmascarados que siembran el caos bajo el pretexto antifascista!
El asesinato de Kirk, fundador de Turning Point USA y voz inquebrantable de la libertad, ocurrió el 10 de septiembre en Utah a manos de un extremista de izquierda, Tyler Robinson, de 22 años.
Trump, desde su visita oficial en Londres, no dudó: «Me complace informar a nuestros muchos patriotas de EE.UU. que estoy designando a ANTIFA, un desastre radical de izquierda, enfermo y peligroso, como una importante organización terrorista», posteó en Truth Social, un mensaje que ya suma millones de interacciones.
Esta designación, aunque simbólica por ahora debido a limitaciones legales en EE.UU., envía un mensaje global: la violencia de la izquierda no será tolerada.
Esta votación es un triunfo épico. Antifa, ese movimiento descentralizado de anarquistas que ha justificado vandalismo en disturbios como los de 2020 tras George Floyd, representa la podredumbre de la agenda progresista: financiada por multimillonarios como Soros, promueve la censura y la agresión física contra disidentes.
El Parlamento neerlandés, con su coalición de centroderecha, obliga ahora al Ejecutivo a expandir vigilancia, desmantelar redes y endurecer penas, un modelo que Trump impulsó en 2019 con senadores como Ted Cruz.
¡Basta de impunidad para este movimiento que son los verdaderos violentos modernos!
Esta moción no solo valida la visión profética de Trump –quien desde 2020 advirtió sobre estos extremistas– sino que inspira a naciones como Alemania y Francia, plagadas de choques antifa.
El gobierno holandés debe responder pronto, potencialmente redefiniendo la seguridad contra el extremismo doméstico. ¡Qué orgullo ver a Europa emular a América Primero!
La izquierda, hipócrita y violenta, enfrenta su Waterloo: sus «héroes» expuestos como terroristas.
Trump lo inició, Wilders lo acelera, y el sentido común conservador prevalece. Países libres, ¡sigan el ejemplo ya! No más concesiones al caos radical que amenaza nuestra civilización.