Fuente: La Gaceta de la Iberosfera
Un transexual y antiTrump asesinó esta semana a dos menores de edad y dejó 17 heridos en un ataque a tiros en la iglesia de una escuela católica de Minnesota. Durante el ataque emergió un niño de 13 años, Javen Willis, que ayudó a proteger y guiar a sus compañeros hacia un lugar seguro.
Según recoge Infovaticana, ha relatado en una reciente entrevista que al escuchar los primeros disparos muchos pensaron que se trataba de fuegos artificiales o confeti, pero él comprendió rápidamente la gravedad de lo que ocurría: «En ese momento sólo pensé en tratar de mantener a todos lo más seguros posible. Les dije a mis dos amigos que se tiraran al suelo y se escondieran bajo el banco. Y, aunque sentí un estado de shock, sabía que tenía que proteger a cuantos pudiera».
Refugiado bajo el banco de la iglesia, Javen comenzó a rezar. Recé, dije algunas oraciones, y después comprendí que no podía pensar solo en mí. Sabía que con Dios de mi lado iba a estar bien. Así que salí a ayudar a mis compañeros, a tranquilizarlos y recordarles que todo iba a estar bien».
El joven recibió el sacramento del Bautismo apenas una semana antes del ataque. Su madre narró entre lágrimas la emoción de reencontrarse con él tras el tiroteo: «Sólo lloré. Dije gracias a Dios y le abracé. Fui una de las afortunadas que pudo volver a ver a su hijo».
Al salir del templo, Javen tampoco olvidó dar las gracias a los agentes que acudieron de inmediato a la emergencia: «No quería quedarme quieto pensando en lo ocurrido, así que les di las gracias. Porque, sin ellos, no sabemos lo mucho peor que podría haber sido».