Fuente: Voz Media
Por Leandro Fleischer
Combatientes alineados con el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) están llevando a cabo una serie de ataques brutales contra comunidades cristianas en el centro y sur de África, con especial énfasis en Mozambique, informó FOX News. Estos actos, descritos como un «genocidio silencioso» por el Middle East Media Research Institute (MEMRI), una organización sin fines de lucro con sede en Washington, D.C., incluyen decapitaciones, incendios de iglesias y hogares, y desplazamientos masivos de población.
Según MEMRI, la Provincia del Estado Islámico en Mozambique (ISMP, por sus siglas en inglés), una división administrativa de ISIS, publicó recientemente 20 fotos que muestran cuatro ataques a «aldeas cristianas» en el distrito de Chiure, en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique.
Las imágenes revelan a terroristas de ISIS saqueando aldeas, quemando una iglesia y varias casas, y decapitando a un miembro de lo que los yihadistas consideran «milicias infieles» y a dos civiles cristianos. Las fotos también muestran los cuerpos de varios miembros de estas milicias, según el análisis de MEMRI.
Alberto Miguel Fernández, vicepresidente de MEMRI y exdiplomático estadounidense, describió estos actos como una «guerra brutal y salvaje» que ocurre en las sombras y que, según él, es frecuentemente ignorada por la comunidad internacional.
En declaraciones a FOX News, Fernández advirtió que los grupos yihadistas están en posición de tomar el control de varios países en África, lo que representa un peligro no solo para las comunidades locales, cristianas y musulmanas por igual, sino también para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Ataques en la República Democrática del Congo
En un ataque reciente el 27 de julio, la Provincia del Estado Islámico en África Central (ISCAP, por sus siglas en inglés) documentó un asalto contra la aldea cristiana de Komanda, en la provincia de Ituri, en la República Democrática del Congo. Los combatientes afiliados al Estado Islámico abrieron fuego en una iglesia católica y quemaron casas, tiendas, vehículos y pertenencias, dejando al menos 45 muertos, según MEMRI. Fernández explicó que el objetivo de estos grupos es «eliminar comunidades cristianas«, mientras que a los musulmanes se les da la opción de unirse a ellos o enfrentarse a la aniquilación.
Desplazamientos masivos y decapitaciones
En Mozambique, la Agencia de Migración de las Naciones Unidas informó que los ataques de insurgentes en Cabo Delgado desplazaron a más de 46.000 personas en solo ocho días el pasado mes de julio, de las cuales casi el 60% eran niños. Aunque los informes de la ONU mencionan los ataques, no han detallado las muertes ni especificado que los cristianos son los principales objetivos. Sin embargo, MEMRI reportó que al menos nueve cristianos fueron asesinados en ataques separados en Cabo Delgado durante ese período, incluyendo la captura y decapitación de seis de ellos en la aldea de Natocua, en el distrito de Ancuabe, el 22 de julio.
Por su parte, la organización benéfica cristiana internacional Barnabas Aid señaló que, según el Terrorism Research & Analysis Consortium, otros tres cristianos fueron asesinados en el distrito de Chiure los días 24 y 25 de julio.
Mozambique lleva al menos ocho años enfrentando una insurgencia de militantes afiliados al Estado Islámico en el norte, y las fuerzas ruandesas han sido desplegadas para apoyar al país en la lucha contra estos grupos. Los yihadistas también han sido acusados de secuestrar niños para usarlos como trabajadores o soldados.
Una amenaza con escasa atención mundial
Fernández destacó que la Administración Trump ha sido «refrescantemente dura» contra el terrorismo yihadista, pero señaló que los eventos en África suelen recibir menos atención en comparación con el Medio Oriente. También advirtió sobre la amenaza de la ideología yihadista, que busca expandirse en territorios más débiles tras la derrota de ISIS en Siria e Irak durante el primer mandato de Trump. Según él, es crucial derrotar completamente a estos grupos en África para deslegitimar su narrativa.
Irán pide ayuda al Talibán para atrapar a presuntos colaboradores de la inteligencia británica que sirvan de ‘moneda de cambio’ en las negociaciones nucleares
Teherán ha solicitado al Talibán acceso a una base de datos filtrada con los nombres de miles de afganos que colaboraron con el Reino Unido durante la prolongada guerra en Afganistán, con la esperanza de identificar a presuntos espías del MI6, según informó el diario británico The Telegraph. Esta maniobra, liderada por los Guardianes de la Revolución iraníes, busca utilizar a estos colaboradores como moneda de cambio en las renovadas negociaciones nucleares con potencias europeas, en medio de la amenaza de Reino Unido, Alemania y Francia de reimponer sanciones internacionales a Irán antes de fin de mes si no se logra un nuevo acuerdo nuclear.
De acuerdo con The Telegraph, la base de datos contiene los nombres de 25.000 afganos que trabajaron con el Ejército británico o estuvieron vinculados a los servicios de inteligencia del Reino Unido, incluyendo soldados de Afganistán y funcionarios del Gobierno de Kabul que colapsó en 2021 tras la rápida reconquista del Talibán.
La filtración ocurrió accidentalmente en febrero de 2022, cuando un soldado británico envió por error el archivo completo a contactos afganos en el Reino Unido, en lugar de una versión reducida. Aunque el Talibán obtuvo la lista ese mismo año, el Gobierno británico no fue consciente de la filtración hasta agosto de 2023. Como respuesta, Londres evacuó a unos 900 afganos de alto riesgo incluidos en la lista, junto con 3.600 de sus familiares, a un costo de aproximadamente 2.700 millones de dólares. Esta operación, mantenida en secreto bajo una orden de restricción de publicación levantada el mes pasado, desató una gran controversia en el Reino Unido.
Un alto funcionario iraní citado por The Telegraph confirmó que el objetivo es capturar a presuntos espías del MI6 para usarlos como ventaja en las negociaciones nucleares. Según el reporte, ya existe cooperación entre Irán y el Talibán, evidenciada por la deportación el pasado fin de semana de un afgano incluido en la lista, expulsado de Irán a Afganistán. Este individuo, cuya esposa, hijo enfermo y dos hijas permanecen en Irán, relató al diario cómo fue detenido en la calle, esposado y enviado a un campo de deportación. «Supliqué, les dije que mi vida estaría en peligro en Afganistán. Grité ‘¿dónde están los derechos humanos?’, pero no les importó. Me enviaron directamente al otro lado de la frontera», afirmó, añadiendo que ahora se esconde en Kabul por temor a represalias del Talibán.
El Talibán, por su parte, reconoció tardíamente la importancia de la lista filtrada, según The Telegraph. Una fuente del Gobierno afgano indicó que la organización ordenó detener al mayor número posible de personas mencionadas en la base de datos, buscando también obtener «cartas de negociación» con Londres.