El gobierno del presidente Donald Trump reafirmó esta semana su compromiso con la libertad religiosa al emitir una nueva guía que protege el derecho de los empleados federales a expresar y practicar su fe en el lugar de trabajo, sin temor a represalias o discriminación.
El documento, publicado por la Oficina de Personal de la Administración (OPM, por sus siglas en inglés) y firmado por su director, Scott Kupor, establece que “los empleados federales nunca deberían tener que elegir entre su fe y su carrera profesional”.
La guía aclara que la Constitución de los Estados Unidos, junto con leyes federales como el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, otorgan una fuerte protección a la expresión religiosa, tanto privada como pública, de los ciudadanos, incluidos los empleados del gobierno. Esto incluye el derecho a portar objetos religiosos, participar en oraciones grupales fuera del horario laboral, o hablar de temas religiosos con compañeros de trabajo mientras no se incurra en acoso.
Libertad para rezar, predicar y expresarse
Entre los ejemplos específicos que la guía considera protegidos se incluyen:
- Leer la Biblia, portar crucifijos, o usar ropa con mensajes religiosos.
- Reunirse con otros empleados para rezar o estudiar textos sagrados, siempre que sea fuera del horario de trabajo.
- Conversaciones sobre fe entre empleados, incluso con el objetivo de persuadir, mientras se mantenga un tono respetuoso.
- Invitar a compañeros a servicios religiosos, incluso por parte de supervisores, sin consecuencias disciplinarias.
- Orar con el público, como en hospitales o parques nacionales, cuando sea una expresión personal y no parte del deber oficial.
En palabras de Kupor, esta medida “asegura que el lugar de trabajo federal no solo cumpla con la ley, sino que sea un espacio acogedor para los estadounidenses de todas las religiones”.
Revisión de políticas internas
El memorando exhorta a todas las agencias gubernamentales a revisar sus políticas internas para asegurar que respeten y protejan el derecho a la expresión religiosa. Las restricciones solo serán aceptables si la práctica en cuestión representa una carga excesiva para las operaciones del empleador, pero no podrán basarse en el simple desacuerdo de terceros.
La nueva política se basa en las órdenes ejecutivas emitidas por el presidente Trump en febrero y mayo de este año, que establecen una Comisión de Libertad Religiosa y buscan erradicar los prejuicios contra los cristianos en instituciones públicas.
Esta iniciativa representa un cambio significativo en la cultura burocrática federal, permitiendo que la fe tenga un lugar legítimo en la vida diaria de los servidores públicos.