Un importante estudio confirma que las vacunas contra el COVID-19 actúan como desencadenantes de paros cardíacos

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Traducido de Slay News por TierraPura

Un grupo de destacados científicos alemanes ha confirmado que las “vacunas” de ARNm contra el COVID-19 son responsables de un aumento mundial de paros cardíacos mortales.

El estudio descubrió que la agregación intracelular de las subunidades de la proteína de pico en las células cardíacas juega un papel clave en el desarrollo de miocarditis y otros eventos cardíacos inflamatorios relacionados después de la vacunación.

Sus hallazgos revelan que las inyecciones de ARNm actúan como un “desencadenante” de paros cardíacos.

El nuevo estudio fue dirigido por el Dr. Rolf Schreckenberg y su equipo de la Universidad Justus-Liebig de Gießen y la Facultad de Medicina de Hannover.

Sus hallazgos fueron publicados en la reconocida revista médica Frontiers in Immunology.

Los investigadores profundizaron en el comportamiento molecular de las proteínas de pico producidas por las vacunas de ARNm, como las de Pfizer/BioNTech y Moderna.

Para explorar cómo se comportan las proteínas de pico dentro de las células después de administrar las vacunas de ARNm, los investigadores transfectaron cardiomiocitos humanos (células del músculo cardíaco) junto con otras líneas celulares humanas (células HEK-293 y HeLa) con BNT162b2 de Pfizer/BioNTech y ARNm-1273 de Moderna.

Su objetivo era rastrear la expresión de la proteína Spike, cómo las células procesaban las proteínas y la posterior formación de subunidades de proteínas.

El equipo analizó específicamente cómo los monómeros de la proteína de pico eran escindidos por una enzima llamada furina en subunidades y luego cómo estas subunidades interactuaban dentro de las células.

Las “vacunas” de ARNm de Pfizer y Moderna estimularon a las células a producir dos versiones del monómero de proteína de pico, pequeñas unidades de proteína que inician una respuesta inmune.

El estudio descubrió que la enzima furina escindió eficientemente estos monómeros en subunidades S1, la parte de la proteína de pico que se sabe que desencadena la inmunidad.

Sin embargo, hubo inconsistencias con la formación de las subunidades S2, otro componente crucial de la espiga, que variaba dependiendo del tipo de célula y la “vacuna” específica utilizada.

El estudio observó luego que, a las pocas horas de recibir la inyección, las proteínas de pico comenzaron a agruparse en agregados grandes y pegajosos dentro de las células.

Estos agregados no eran aleatorios sino que seguían patrones específicos dependiendo del tipo de célula.

Esto fue preocupante, pero los hallazgos fueron particularmente preocupantes en el caso de las células cardíacas humanas o cardiomiocitos.

En estas células del corazón, los grupos de proteínas de pico no permanecieron inactivos, sino que provocaron una alteración significativa.

Las proteínas agrupadas obstaculizaron el crecimiento celular, desencadenaron estrés oxidativo e iniciaron una respuesta inflamatoria, todos ellos signos que se observan típicamente en la miocarditis en etapa temprana, una afección que implica la inflamación del músculo cardíaco.

Quizás el descubrimiento más preocupante se produjo cuando el estudio examinó el destino de los componentes de la proteína de pico.

Mientras que la subunidad S1, la pieza clave que estimula la respuesta inmune, pudo escapar de las células y trasladarse al entorno circundante, los demás componentes de la proteína de pico, incluidos los agregados pegajosos, permanecieron atrapados dentro de las células del corazón.

Esto plantea serias preguntas sobre cómo el cuerpo procesa y maneja estas proteínas de pico después de la vacunación, particularmente en individuos susceptibles.

Los hallazgos del estudio revelan que este mecanismo actúa como desencadenante de la miocarditis y otros eventos cardíacos que se han reportado después de la “vacunación” con ARNm.

El equipo de investigación sugiere que la agregación de proteínas de pico dentro de las células cardíacas es el factor que contribuye a problemas cardíacos mortales posteriores a la vacunación, como la miocarditis.

Este hallazgo es parte de un creciente cuerpo de investigación que cuestiona los efectos a largo plazo de la producción de proteína de pico y su impacto potencial en la salud humana.

Este estudio se suma a la creciente preocupación sobre el potencial daño cardíaco causado por las “vacunas” de ARNm.

Los fabricantes de “vacunas” y las autoridades sanitarias deben seguir monitoreando estos riesgos y garantizar la transparencia a medida que haya más datos disponibles.

La necesidad de más investigaciones sobre los efectos a largo plazo de estas vacunas sigue siendo crítica, en particular a medida que surgen más datos sobre su impacto en diferentes grupos de edad y condiciones de salud subyacentes.

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