Fuente: Mundo Libre Diario
La administración del presidente Donald Trump anunció la semana pasada un ambicioso plan nacional para proteger la agricultura, la seguridad alimentaria y la investigación agropecuaria de Estados Unidos frente a posibles interferencias y amenazas de actores extranjeros, con especial foco en contener la influencia de China.
El Plan Nacional de Seguridad Agrícola fue presentado el martes 8 de julio en la sede del Departamento de Agricultura (USDA) en Washington, en una conferencia encabezada por la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, junto al secretario de Defensa, Pete Hegseth; la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem; la fiscal general, Pam Bondi; y el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro. La iniciativa fue definida como una de las reformas de seguridad nacional más importantes en la historia reciente de la política agrícola estadounidense.
El plan establece una estrategia integral en siete áreas clave, que incluye limitar drásticamente la compra de tierras agrícolas por parte de extranjeros, rescindir contratos de investigación con ciudadanos de «países de preocupación» y reforzar la protección de infraestructuras críticas vinculadas a la producción de alimentos. Según adelantó Rollins, el presidente Trump firmará en los próximos días una orden ejecutiva para prohibir la adquisición de tierras agrícolas por parte de ciudadanos chinos y apoyar medidas legislativas para revertir propiedades ya adquiridas.
En la actualidad, se estima que ciudadanos chinos poseen más de 265.000 acres (unas 107.000 hectáreas) de tierras agrícolas en Estados Unidos, muchas de ellas cercanas a bases militares estratégicas. Autoridades estadounidenses advierten que estas adquisiciones podrían ser utilizadas para espiar investigaciones, lanzar ciberataques y atentar contra la infraestructura alimentaria, lo que representa una amenaza directa a la seguridad nacional.
«Nosotros alimentamos al mundo, lideramos al mundo y nunca permitiremos que adversarios extranjeros controlen nuestras tierras, nuestros laboratorios ni nuestro modo de vida», declaró Rollins durante la presentación. «Este plan pone a los agricultores, las familias y el futuro de América en primer lugar, exactamente donde deben estar. Bajo el liderazgo del presidente Trump, la agricultura estadounidense será fuerte, segura y resiliente», añadió.
El plan también prevé la cancelación inmediata de contratos y convenios de investigación del USDA con al menos 700 extranjeros de países considerados riesgosos, además de la baja de más de 550 entidades extranjeras con potencial de amenazar la seguridad agrícola nacional.
Por otro lado, se fortalecerán los programas federales de nutrición, como SNAP y WIC, para evitar fraudes extranjeros, y se implementarán nuevas medidas de bioseguridad contra amenazas biológicas a plantas y animales. Todas las políticas del USDA serán reorientadas para alinearse con la prioridad de «Estados Unidos primero», reforzando el control interno y reduciendo vulnerabilidades.
La iniciativa surge después de un caso judicial que generó alarma en junio, cuando dos investigadores chinos fueron acusados de intentar introducir un hongo altamente destructivo para cultivos en territorio estadounidense. Según la fiscal general Pam Bondi, ambos tenían vínculos con el Partido Comunista Chino (CCP). Pocos días después, otro ciudadano chino fue detenido por enviar materiales biológicos ocultos a Estados Unidos.
«Para nosotros, la seguridad agrícola es seguridad nacional», enfatizó Bondi. «El Departamento de Justicia continuará procesando a quienes amenacen la agricultura estadounidense, investigando casos de posible agroterrorismo y protegiendo a nuestros agricultores de amenazas ilegales, tanto internas como externas».
Con esta nueva hoja de ruta, el gobierno busca no solo blindar la producción alimentaria y el desarrollo tecnológico agrícola, sino también enviar un mensaje firme frente a posibles intentos de injerencia extranjera, especialmente de China, consolidando la agricultura como un pilar estratégico de la seguridad nacional.