Traducido de The Defender por TierraPura
Por Melissa Smith y Meleni Aldridge
Vivimos en una era de conectividad tecnológica sin precedentes. Desde smartphones hasta smart house, el 5G e Internet de las Cosas (IoT) promete comunicación instantánea y automatización sin fisuras.
Pero debajo de la hábil comercialización de la llamada » Cuarta Revolución Industrial» yace una verdad más aleccionadora: estamos saturando nuestro medio ambiente, nuestros cuerpos y toda la vida en este hermoso planeta con una red invisible de radiación electromagnética, cuyos efectos a largo plazo permanecen subexplorados y subestimados.
En la carrera por la hiperconectividad y el dominio tecnológico, parece que estamos pasando por alto algo esencial: que somos seres eléctricos, finamente sintonizados con las frecuencias de la naturaleza. No la sopa artificial de señales que ahora nos rodean y lanzando el delicado equilibrio que la naturaleza tan exquisitamente diseñó en el caos.
5G: Territorio no preparado para la exposición humana
La quinta generación de tecnología inalámbrica, 5G, no es simplemente la actualización de 4G nos hemos llevado a creer. En cambio, introduce ondas milimétricas (mmWaves) en las telecomunicaciones convencionales, frecuencias en el rango de 30-300 gigahercios (GHz) que nunca antes se habían utilizado a tal escala con fines de consumo.
Los defensores argumentan que estas olas pueden transportar grandes cantidades de datos a distancias cortas, ideales para redes urbanas densas y ciudades inteligentes. A medida que la implementación de la tecnología mmWave aumenta el ritmo, se están utilizando grandes eventos para mostrar las velocidades de los rayos para seducir al público para que abrace su adopción.
Sin embargo, la investigación científica a largo plazo, particularmente en las condiciones del mundo real, la evaluación de los impactos biológicos de la exposición a mmWave en las personas y en el planeta, es prácticamente inexistente.
Estas ondas, que penetran en las capas superiores de nuestra piel, concentran la energía en la piel y los ojos, causando potencialmente un calentamiento localizado o efectos sutiles y no térmicos. Dado que la piel es el órgano más grande del cuerpo y la interfaz inmunológica primaria, tal estrés localizado también tiene implicaciones sistémicas.
El principio de precaución, ampliamente utilizado en Europa, es una piedra angular de la ciencia responsable y exige que hagamos una pausa e investigue antes de cubrir comunidades, flora y fauna con frecuencias no probadas.
Entonces, por qué la prisa? Podría ser porque mmWaves se puede desplegar casi en cualquier lugar de la Tierra, expandiendo aún más el alcance de las grandes tecnologías y su resultado final? O podría ser que también podrían ser utilizados para el control de multitudes en un mundo cada vez más autoritario?
El uso de mmWaves para el control de multitudes no es de ciencia ficción futurista. Ya está en uso. Las ondas miligerómetro, específicamente en el rango de frecuencias de 95 GHz, han sido utilizadas por los EE.UU. y otros militares para el control de multitudes no letales a través de una tecnología conocida como Sistema de Denegación Activa.
El Sistema de Denegación Activa es un arma de energía dirigida desarrollada por los EE.UU. Departamento de Defensa y trabaja emitiendo ondas millimétricas de alta frecuencia que penetran en los 0,4 mm exteriores de la piel humana y calientan rápidamente el tejido superficial para crear una intensa sensación de ardor. Literalmente te sientes como si estuvieras en llamas.
Tecnología en la mira
En Estados Unidos, los esfuerzos de cabildeo de los gigantes de las telecomunicaciones están remodelando el panorama legislativo para facilitar el rápido despliegue de antenas 5G y mmWave mientras eluden la supervisión de la comunidad.
Bajo la Orden 18-133 de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y otras disposiciones relacionadas, las empresas ahora pueden instalar antenas de 5G de celular en farolas, escuelas y hogares con poca o ninguna supervisión de planificación local.
La nueva legislación propuesta busca codificar esto entre los estados, despojándose de las comunidades del derecho a objetar, exigir datos de seguridad o incluso ser informadas de las instalaciones.
En algunas zonas, las antenas han aparecido a pocos metros de los dormitorios (un estudio reciente publicado en Medinsk Access documenta los daños a la salud humana tras la instalación de un mástil 5G en un bloque de pisos), sin obligación de consulta.
Esto plantea profundas preocupaciones éticas sobre el consentimiento informado, las protecciones de la salud pública y la erosión de los procesos democráticos locales, ya que se prioriza el beneficio sobre la salud de las personas.
A nivel federal en los Estados Unidos, la Sección 40002 ha sido deslizada silenciosamente en HR 1, la Ley de Ley de Federal Communications Commissionl a Ley de la Mujer, el presidente Donald Trump.
La flagrante falta de respeto a las personas perjudicadas por las tecnologías que se han convertido en parte integral de la vida cotidiana se ilustra claramente con las advertencias de las empresas tecnológicas a sus accionistas de los posibles daños a la salud humana y el riesgo significativo de las acciones de clase que siguen.
Pero no comunican esto al público, que son sus usuarios finales. Las aseguradoras clasifican los riesgos de la radiación 5G y la radiación electromagnética al mismo nivel que el asbesto, lo que lleva a muchos a añadir cláusulas de exclusión a sus pólizas.
Los problemas de salud que se barren debajo de la alfombra
Los campos electromagnéticos (EMF) son invisibles, inodoro y silenciosos, lo que los hace fáciles de ignorar. Estudios y organismos reguladores financiados por la industria, como la Organización Mundial de la Salud, a menudo afirman que no hay pruebas consistentes de daño en los niveles de exposición actuales. Pero cavamos más profundo, y la narrativa cambia.
La Comisión Internacional sobre la Protección contra la Radiación no Ionizante clasifica a los FEM como posible carcinógeno de clase 2B. Estudios emblemáticos, como Estados Unidos. El Programa Nacional de Toxicología y el Instituto de Ramazzini de Italia, encontraron evidencia de cáncer (por ejemplo, gliomas y schwannomas del corazón) en roedores expuestos a EMFs.
Tres recientes críticas, Frank et al., Di Ciaula et al. y Hardell & Nilsson publicados por expertos internacionales, muestran que una reciente revisión de la Organización Mundial de la Salud de la radiación de los teléfonos móviles declarando que los teléfonos móviles no representan un peligro para la salud, es inseguro debido a errores críticos, omisiones y conflictos de intereses.
Tales hallazgos plantean grandes preocupaciones sobre el 5G, que utiliza frecuencias más altas, mucho menos estudiadas y ya sabemos de qué mmWaves son capaces a través de su uso militar.
La ausencia de estudios exhaustivos específicos para el 5G, especialmente en mmWaves, nos deja atrapados en la red de un peligroso experimento no sólo con la salud humana como el conejillo de indias sino el de los habitantes del medio ambiente que nos rodea, desde plantas e insectos hasta animales más grandes, vida marina, delfines, ballenas y más allá. El progreso digital y tecnológico, independientemente del riesgo.
Una llamada de atención: no se trata sólo de la dosis
Toxicología de viejo adagio, la dosis hace que el veneno sea muy correcto, pero tiene que tener en cuenta la totalidad de la exposición, ni una sola exposición a la vez. Las exposiciones modernas son crónicas, de bajo nivel y de varias capas.
Incluso los llamados niveles de seguridad pueden dañar a las poblaciones sensibles cuando se agravan por:
- La totalidad de la exposición a las frecuencias de radio y electromagnética.
- dietas deficientes en nutrientes.
- Productos químicos sintéticos.
- Estresamiento crónico.
- Pobre sueño.
La respuesta biológica depende de la frecuencia, la duración y la vulnerabilidad individual. Sin embargo, los reguladores se aferran a modelos obsoletos que no reflejan la totalidad de nuestra realidad del siglo XXI.
Lo que la mayoría de la gente no se da cuenta es que el 5G no está reemplazando las redes existentes; se está capa encima de ellas. 2G, 3G, 4G, Wi-Fi, Bluetooth, contadores inteligentes, wearables, dispositivos domésticos conectados, bombillas, coches, satélites e incluso juguetes.
Cada nuevo dispositivo se suma al campo electromagnético ambiente que ahora habitamos. El resultado es un baño continuo de radiación de bajo nivel, a menudo conocido como electrosmog.
Las evaluaciones de seguridad actuales no tienen en cuenta esta carga acumulada, centrándose en un dispositivo o frecuencia a la vez. Sin embargo, la mayoría de nosotros vivimos en ambientes donde estamos continuamente bañados en un cóctel de radiación pulsada y de bajo nivel de docenas de fuentes superpuestas día y noche.
Muchos estudios revisados por pares apuntan a efectos nocivos no térmicos como:
- Estres oxidativo
- Daños de ADN
- Disfunción del esperma
- Trastornos neurológicos
- Permeabilidad de la barrera del cerebro-sangre
La realidad es que ahora habitamos hogares, lugares de trabajo y espacios públicos que funcionan como cámaras gigantes de microondas, con una evaluación regulatoria cero de la exposición acumulativa y crónica.
Teléfonos vs otros dispositivos: que emite más?
Cuando la gente piensa en la radiación, a menudo sólo piensa en los teléfonos inteligentes. Mientras que los teléfonos emiten altos niveles de radiación cuando están en uso, el cuadro de exposición total es más complejo.
Dispositivos conectados constantemente como routers Wi-Fi, medidores inteligentes, electrodomésticos habilitados para Bluetooth, televisores inteligentes y wearables emiten pulsos 24/7, a menudo mientras están cerca del cuerpo o durante nuestro tiempo regenerativo corporal durante el sueño.
A diferencia de los teléfonos móviles, que reducen la salida cuando no están en uso, muchos dispositivos IoT emiten a intervalos regulares independientemente de la actividad.
La exposición acumulada de decenas de dispositivos de este tipo en un hogar moderno puede superar fácilmente la de una llamada telefónica. Sin embargo, los reguladores siguen probando las emisiones de forma aislada, ignorando los efectos agregados.
Eféridee de dispositivos inalámbricos comunes
1. Smartphone (4G/5G) Android; iPhone
- SAR (W/kg): 0,2-1,6
- Power Density (-W/m2): 100-10.000 (a 0.1-1 m)
- Características de Emisiones: Señales de RF continuas/pulsadas (700 MHz-100 GHz para 5G MMWaves). Alto SAR debido a la proximidad cercana al cuerpo durante las llamadas o el uso de bolsillo.
- Notas de Salud/Exposición: Exención personal más alta debido a la proximidad. 5G MMWaves puede aumentar los efectos localizados de la piel/ojo; datos limitados a largo plazo (Di Ciaula, 2018).
- SAR (W/kg): N/A*
- Potencia Densidad de energía (W/m2): 10-1.000 (a 1-5 m)
- Características de Emisiones: Señales continuas de 2.4/5 GHz, a menudo varias bandas. Exposición ambiental significativa en hogares/oficinas.
- Notas de Salud/Exposición: Contribuye a electrosmog acumulativo, especialmente en entornos multidispositivo. Las señales pulsadas pueden aumentar el impacto biológico (Kostoff et al., 2020).
- SAR (W/kg): 0,1-0.5
- Densidad de energía (W/m2): 10-500 (a 0.5-2 m)
- Características de Emisiones: señales Wi-Fi de 2,4/5 GHz, a menudo pulsadas. La SAR es relevante cuando se utiliza en el regazo.
- Notas de salud/exposición: Exposición moderada; proximidad durante el uso (por ejemplo, en la vuelta) aumenta el riesgo. Los efectos no térmicos están mal estudiados.
- SAR (W/kg): 0,001-0,1
- Densidad de energía (W/m2): 1-100 (a 0.01-0,1 m)
- Características de Emisiones: Señales de baja potencia de 2,4 GHz, continuas durante el uso. Cerca de la cabeza/oreja.
- Notas de salud/exposición: El contacto bajo de la RAE pero prolongado del oído plantea preocupaciones para los tejidos sensibles (por ejemplo, nervios cerebrales y auditivos).
- SAR (W/kg): N/A*
- Densidad de energía (-W/m2): 1-100 (a 1-10 m)
- Características de Emisiones: Señales de RF pulsadas (900 MHz-2,4 GHz), ráfagas intermitentes. Instalado fuera de las casas.
- Notas de salud/exposición: Emisiones excedentarias vinculadas a síntomas de hipersensibilidad electromagnética (EHS); riesgos crónicos de exposición de bajo nivel poco claros.
6. Smartwatch
- SAR (W/kg): 0.05-0.2
- Densidad de energía (W/m2): 1-50 (at 0.01-0.1 m)
- Características de Emisiones: Señales de baja potencia de 2,4 GHz o 5G, continuas debido al contacto con la piel.
- Notas de Salud/Exposición: El contacto constante de la muñeca aumenta la exposición acumulada. Efectos a largo plazo en la piel/tejidos desconocidos.
Notas de sección
- SAR (tasa de absorción específica): Medido en vatios por kilogramo (W/kg), refleja la energía de RF absorbida por el cuerpo. Los valores se basan en los límites de FCC (1.6 W/kg en los EE.UU., 2.0 W/kg en Europa) y los datos del fabricante. Dispositivos como routers Wi-Fi y medidores inteligentes tienen SAR insignificante debido a la distancia de uso típica (*N/A).
- Densidad de energía: Medido en microvatios por metro cuadrado (W/m2), refleja la intensidad ambiental de EMF a las distancias de uso típicas. Los valores son estimaciones de estudios (por ejemplo, Urbinello et al., 2014) y varían en función de la configuración del dispositivo y el entorno.
La sección anterior revela la carga oculta de electrosmog de los dispositivos que utilizamos diariamente. Los teléfonos inteligentes, con su alta SAR y su proximidad al cuerpo, son los mayores contribuyentes a la exposición personal, mientras que los routers Wi-Fi y los contadores inteligentes amplifican los niveles de EMF ambiente en nuestros hogares.
Las poblaciones vulnerables, como los niños o aquellos con hipersensibilidad electromagnética, enfrentan riesgos desproporcionados. Como ANH International ha argumentado durante mucho tiempo, el principio de precaución debe guiar nuestro enfoque hasta que estudios independientes y a largo plazo aclaren el verdadero impacto de este electrosmog.
La carga invisible: FEM y contaminantes químicos en un cóctel tóxico
Los humanos modernos están ahora expuestos a cientos de productos químicos sintéticos diariamente, desde pesticidas hasta retardantes de llama y microplásticos. Por separado, los FEM también son estresantes conocidos. Pero lo que sucede cuando estas dos exposiciones interactúan?
La verdad es que no lo sabemos, porque no están estudiados juntos. La toxicología regulatoria tiende a probar una variable a la vez, en condiciones a corto plazo, y a menudo en modelos adultos sanos. Pero el mundo real es desordenado.
Vivimos con una carga tóxica sinérgica, y existe la creciente preocupación de que los FEM puedan amplificar los efectos de los contaminantes químicos mediante:
- Desviando la función de membrana celular.
- Debilitamiento de enzimas de desintoxicación.
- Aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica.
- Elevar el estrés oxidativo.
- Todo esto carga la capacidad de biotransformación del cuerpo – su capacidad de neutralizar y excretar toxinas.
Más allá de los humanos: el peaje ecológico
El ambiente no es inmune. Los estudios han documentado impactos en:
- Abejas y otros insectos: desorientación y colapso de colonias.
- Aves: navegación y perturbación de nidificación.
- Plantas: anomalías en el crecimiento bajo exposición crónica.
- Microbios del suelo: esencial para la agricultura y la salud de los ecosistemas.
Así como una vez ignoramos los efectos sutiles de los pesticidas, nos arriesgamos a repetir la historia con la contaminación digital esta vez con radiación invisible.
Hora de recuperar la soberanía sanitaria en un mundo digitalmente saturado
Mientras Big Tech, las compañías de telecomunicaciones y reguladores capturados compiten por cubrir la Tierra en radiación, desde ciudades hasta granjas rurales y espacio exterior, la pregunta no se convierte en nosotros, pero debemos hacerlo?
Nos corresponde a nosotros exigir:
- Los principios de precaución deben restablecerse en la política medioambiental y sanitaria.
- Revisión científica independiente de las normas de seguridad de los sistemas de seguridad de los sistemas de gestión de los
- Control comunitario sobre la ubicación de antena 5G.
- Transparencia en la legislación y cabildeo corporativo.
- Soporte para aquellos con electrohiposensibilidad y sensibilidad química.
No necesitamos rechazar el progreso de la tecnología. Pero debemos insistir en la seguridad, la transparencia y la elección.
La infraestructura invisible que construimos hoy dará forma al futuro biológico de las generaciones venideras. Es hora de que dejáramos de confiar ciegamente y empezáramos a elegir conscientemente.
Nos aseguramos de construirlo con ojos y corazones abiertos de par en par.