Por Rafa Gómez-Santos Martín – GateWayHispanic.com
Una denuncia de extrema gravedad sacude a Estados Unidos y genera repercusiones inmediatas en todo el mundo. El exoficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Kirakou, afirmó públicamente que el llamado «Estado profundo» probablemente destruyó los archivos del caso Epstein, uno de los escándalos de explotación y corrupción de élites más sensibles de las últimas décadas.
La declaración fue transmitida en el programa del periodista Jesse Watters, en la cadena Fox News, este lunes por la noche. En su cuenta oficial de X, Watters publicó el fragmento de la entrevista, que ya acumula millones de visualizaciones:
“El Estado profundo probablemente destruyó los archivos. Ellos protegen a los suyos”, dijo Kirakou, exanalista de inteligencia y figura clave en denuncias previas sobre operaciones encubiertas de la CIA.
Esta afirmación no sólo revive el escándalo del fallecido financiero Jeffrey Epstein —acusado de liderar una red internacional de tráfico sexual con vínculos en las altas esferas del poder político, empresarial y cultural—, sino que plantea serias dudas sobre el grado de infiltración y corrupción dentro de las estructuras institucionales.
Epstein murió en 2019 bajo custodia federal en circunstancias aún cuestionadas. Desde entonces, sectores de la opinión pública y líderes conservadores han exigido transparencia total sobre sus vínculos, registros y la supuesta «lista negra» de personalidades involucradas. Sin embargo, varios documentos clave han permanecido clasificados o “perdidos”.
De confirmarse esta destrucción de pruebas, estaríamos ante un atentado flagrante contra el Estado de Derecho, la justicia y la confianza pública. Voces conservadoras ya exigen una investigación independiente y sanciones ejemplares para los responsables.
Según cifras oficiales del Departamento de Justicia, hasta 2023 solo se ha judicializado el 12% de los nombres mencionados en los testimonios de víctimas relacionados con la red de Epstein. Esto alimenta la percepción creciente de impunidad selectiva y manipulación institucional.
El orden y el respeto a la ley —pilares esenciales para la estabilidad de cualquier sociedad civilizada— no pueden quedar supeditados a intereses oscuros ni a pactos de silencio. Es imperativo que el Congreso, el sistema judicial y las autoridades federales actúen con firmeza, transparencia y sin concesiones.
Esta denuncia reabre una herida profunda en el corazón del tejido social estadounidense, y pone en jaque la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. La familia, la justicia y la verdad merecen ser defendidas. Y esta vez, el país no puede mirar hacia otro lado.