Celeste Caminos – Mundo Libre Diario
En una extensa entrevista con el comentarista político Tucker Carlson, el Secretario de Salud de EE. UU. apuntó contra el gran «negocio» de la salud, señalando que las grandes empresas farmacéuticas ejercen presión para mantener a las personas enfermas.
«Los médicos están ganando dinero manteniéndonos enfermos, los hospitales están ganando dinero manteniéndonos enfermos, las empresas farmacéuticas están ganando dinero manteniéndonos enfermos», afirmó.
Para Kennedy, todo el sistema está diseñado para que «todos ganen dinero manteniéndonos enfermos», aunque aclaró que no necesariamente se trata de un plan deliberado o malintencionado, sino de un entramado de incentivos que terminan favoreciendo la enfermedad por sobre la salud.
Incentivos financieros en la atención sanitaria
Robert F. Kennedy Jr. también advirtió sobre la existencia de «incentivos perversos» que distorsionan la práctica médica en Estados Unidos. Según él, gran parte de los ingresos de muchos pediatras dependen de las vacunas: se estima que el 50% de sus ganancias proviene directamente de ellas. Además, las aseguradoras, como Blue Cross y otras, ofrecen generosas bonificaciones a los médicos si logran que un porcentaje alto de sus pacientes esté completamente vacunado.
Kennedy afirmó que, por este motivo, si un paciente quiere modificar el calendario de vacunación o retrasar alguna dosis, muchos pediatras se niegan a atenderlo, temiendo perder esos incentivos económicos. En sus palabras: «Si su pediatra le dice que quiere ir con calma con las vacunas o que quiere un calendario ligeramente diferente, lo echará de su consultorio porque está poniendo en riesgo la estructura de bonificaciones.»
Kennedy también criticó la creciente corporativización de la medicina. Hace veinte años, solo el 20% de los médicos trabajaba para grandes corporaciones; hoy, ese porcentaje asciende al 80%. «Esa corporación les dice: ‘No nos importa lo que le pase a su paciente. Nos importa cuántos ingresos generen’», explicó.
Además, comentó que los médicos jóvenes salen de las universidades con deudas enormes y se ven obligados a priorizar la generación de ingresos para poder sobrevivir profesionalmente.
Incentivos financieros detrás de las vacunas
En relación con el calendario de vacunación infantil, Kennedy aseguró que detrás de cada nueva vacuna aprobada existen enormes intereses económicos. Según él, si una farmacéutica logra incluir una vacuna en el calendario oficial, eso le asegura alrededor de mil millones de dólares anuales en ingresos. «Si logras que tu vacuna se ajuste al calendario, generalmente representa unos mil millones de dólares al año para tu empresa, porque ahora tienes un mercado atrapado sin ninguna desventaja», señaló.
Kennedy detalló el proceso: «El gobierno federal suele diseñar las vacunas. Los NIH las diseñaban y las entregaban a la farmacéutica. Esta luego las procesaba con el ACIP, primero con la FDA, luego con el ACIP y obtenía la recomendación. Si se lograba esa recomendación, se obtenían mil millones de dólares en ingresos por arrendamiento al final del año, cada año, para siempre.»
Asimismo destacó que el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) nunca rechazaba ninguna vacuna y que muchas estaban destinadas a enfermedades que ni siquiera eran contagiosas. Puso como ejemplo la vacuna contra la hepatitis B, recomendada para todos los recién nacidos en Estados Unidos, aunque el riesgo real de infección para un bebé sano de un día de vida es extremadamente bajo.
«Sabes, recomiendan la vacuna contra la hepatitis B para bebés desde la primera hora de vida, el primer día de vida… pero el riesgo para un bebé de un día era de 1 en 7 millones», subrayó. Además, ironizó: «Muy pocos de ellos son promiscuos, muy pocos están involucrados en la prostitución o la drogadicción».
Kennedy enfatizó que muchas de estas vacunas no evitan la transmisión de enfermedades y que el argumento para imponerlas es muy débil. Para él, proteger la salud pública implica también prevenir enfermedades crónicas y, según advirtió, «nadie negará que [las vacunas] pueden causar enfermedades crónicas, lesiones crónicas que duran toda la vida».