Traducido de Slay News por TierraPura
El reconocido neurocirujano y autor médico Dr. Russell Blaylock advirtió sobre las catastróficas consecuencias para la salud asociadas a la exposición al aluminio causado por los programas de geoingeniería.
El Dr. Blaylock advirtió que desde los aviones se están rociando sustancias químicas a la atmósfera y que van “directamente al cerebro”.
Hizo la advertencia durante una entrevista en el programa “Vital Signs with Brendon Fallon” de NTD Television.
Según el Dr. Blaylock, partículas de aluminio de tamaño nanométrico se están dispersando en la atmósfera mediante operaciones secretas gubernamentales o afiliadas a los militares, una práctica que, según él, plantea graves peligros para la salud humana.
“El nanoaluminio que se libera a la atmósfera es inhalado por los humanos”, afirmó Blaylock, añadiendo que las partículas viajan “directamente al cerebro”.
Explicó que una vez dentro del cerebro, el aluminio se dirige a la región “más afectada en la enfermedad de Alzheimer”.
El Dr. Blaylock lleva décadas advirtiendo sobre este problema. En la entrevista, señaló que había predicho previamente que rociar nanopartículas a la atmósfera «aumentaría el párkinson y el alzhéimer».
Y ahora, dice, los datos están alcanzando esas advertencias tempranas.
“Ambos han aumentado significativamente desde que comenzaron a hacer esto a gran escala”, dijo.
Los comentarios de Blaylock se hacen eco de las crecientes preocupaciones de los críticos que desde hace tiempo afirman que la geoingeniería, a veces denominada “chemtrails”, no es simplemente una teoría de la conspiración, sino un programa encubierto de intervención ambiental con impactos reales sobre la salud.
El tema ha llegado recientemente al discurso general.
El Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., habló sobre la geoingeniería en una entrevista en abril con el Dr. Phil.
RFK Jr. sugiere que la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) puede estar detrás de las operaciones.
“Esos materiales se utilizan en el combustible para aviones”, dijo Kennedy al Dr. Phil.
“Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para detenerlo.
“Vamos a contratar a alguien que solo pensará en eso, descubrirá quién lo está haciendo y lo hará responsable”.
En otra publicación en redes sociales de agosto de 2023, Kennedy se refirió a la geoingeniería de estelas químicas como un “delito”.
Kennedy también prometió detenerlo si se le daba la oportunidad.
“I call them tanker terminators – we are paid more than any other pilot”
— Concerned Citizen (@BGatesIsaPyscho) August 26, 2024
Chemtrail Pilot Whistleblower.
I’m convinced the majority of them are remotely operated – the tech obviously exists & there’s way too many. pic.twitter.com/jrd48iirbk
Incluso el presidente Donald Trump intervino a principios de este año.
En febrero, Trump sugirió que el aumento de casos de autismo entre niños podría estar vinculado a la fumigación aérea o a la contaminación de alimentos con pesticidas, agregando otra capa al creciente coro de voces que cuestionan la seguridad ambiental de las prácticas atmosféricas no reguladas.
Trump suggests the rising rates of autism among children could be linked to the U.S. government possibly spraying something in the air.
— Shadow of Ezra (@ShadowofEzra) February 21, 2025
He claims other countries and the Pennsylvania Dutch don't have this issue and remain healthy.
Trump hints that "you’re going to find out… pic.twitter.com/EFWy64Y0Yt
A pesar de la resistencia de los medios corporativos y de los funcionarios de salud pública que descartan las estelas químicas como una “teoría de la conspiración”, figuras clave del establishment han reconocido la existencia de esfuerzos de geoingeniería relacionados.
Por ejemplo, el exdirector de la CIA, John Brennan, habló públicamente en 2016 sobre un programa de “inyección de aerosoles estratosféricos”.
La práctica es un método de pulverización de partículas reflectantes en la atmósfera superior para bloquear el Sol y enfriar el clima de la Tierra.
Esta revelación sólo ha intensificado las sospechas entre los críticos de que los proyectos de ingeniería climática podrían estar afectando el medio ambiente y la salud pública de formas no deseadas y no reveladas.
Mientras el Dr. Blaylock y otros continúan dando la alarma, el llamado a la transparencia, la rendición de cuentas y la investigación científica sobre estos programas se hace más fuerte, incluso cuando el establishment político y científico permanece en gran medida en silencio.