Fuente: La Gaceta de la Iberosfera
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha consolidado su estrategia para combatir la inmigración ilegal con un nuevo paquete de proyectos en África por valor de 1.200 millones de euros, respaldado por la Unión Europea (UE). Esta iniciativa, enmarcada en el ambicioso Plan Mattei, busca fomentar el desarrollo económico en el continente africano para abordar las causas estructurales de la inmigración ilegal. Los datos más recientes del Ministerio del Interior italiano, consultados por LA GACETA, confirman que estas medidas están funcionando: la inmigración ilegal en Italia ha descendido significativamente, con una reducción del 52% en los primeros seis meses de este año en comparación con 2023, y un impacto aún más notable en junio, consolidando a Italia como un referente en la gestión migratoria.
Un descenso sostenido en las llegadas ilegales
En los primeros seis meses de 2023, Italia registró más de 58.000 entradas ilegales. En el mismo período de 2024, esta cifra se redujo a 24.446, lo que representa un descenso del 57,84%. Hasta la fecha, en lo que va de 2025, se han contabilizado 28.000 llegadas ilegales, consolidando una tendencia a la baja que refleja la eficacia de las políticas implementadas por el gobierno de Meloni. Este éxito contrasta con el aumento de flujos migratorios en otras rutas, como las Islas Canarias en España o Grecia, donde las llegadas han crecido significativamente en los últimos años.
Particularmente notable es la caída en las entradas durante el mes de julio. Hace dos años, en junio de 2023, se registraron más de 15.000 llegadas ilegales. En contraste, hasta el 20 de junio de 2025, las autoridades italianas han contabilizado 5.578 entradas por la vía de la ilegalidad, lo que supone un descenso del 62,81% en comparación con el mismo mes de hace dos años. Este dato subraya el impacto de las medidas preventivas y los acuerdos internacionales impulsados por Italia.
Otro aspecto destacado es la reducción en las llegadas de menores extranjeros no acompañados (menas). En 2023, Italia registró la entrada de 18.000 menas una cifra que generó preocupación por la presión sobre los sistemas de acogida. En 2024, este número se redujo a 8.752, lo que representa un descenso del 51,38%. Esta caída refleja el éxito de las políticas de Meloni en desincentivar los flujos migratorios descontrolados, incluyendo los de los menas.
El Plan Mattei y la cooperación internacional
El anuncio de los proyectos por 1.200 millones de euros en África, firmado en un foro en Roma con la presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, refuerza el Plan Mattei, una estrategia integral que combina inversiones en educación, sanidad, agricultura, agua y energía para promover el desarrollo local y reducir la necesidad de emigrar. Entre los proyectos destaca el Corredor de Lobito, una iniciativa ferroviaria de 250 millones de euros que conectará puertos atlánticos con el interior de África, fomentando el comercio y la estabilidad económica en países como Angola, Tanzania, Zambia y la República Democrática del Congo.
Meloni ha defendido esta visión como una “nueva narrativa” para África, alejada de la explotación histórica y centrada en el potencial del continente. “El reto es que África pueda crecer y prosperar con sus recursos, dando un futuro a sus jóvenes y combatiendo las causas que los empujan a arriesgar sus vidas en manos de organizaciones criminales”, afirmó en rueda de prensa.
Medidas complementarias: acuerdos y externalización
Además del Plan Mattei, Italia ha implementado medidas contundentes para reducir la inmigración ilegal. Los acuerdos con países como Túnez, Libia y Egipto, respaldados por la UE, han sido clave para controlar las salidas de embarcaciones desde el norte de África. Por ejemplo, el pacto con Túnez, firmado en julio de 2023, ha reducido drásticamente las llegadas desde este país, que en 2023 representaba el 62% de los flujos hacia Italia. Este año, las llegadas desde Túnez son prácticamente insignificantes, según el Ministerio del Interior.
Otro pilar es el acuerdo con Albania para abrir dos centros de recepción de inmigrantes en Shengjin y Gjader, con capacidad para 3.000 inmigrantes ilegales. Aunque este proyecto ha enfrentado obstáculos legales, con tribunales italianos bloqueando traslados por considerar que países como Egipto o Bangladés no son seguros, Meloni insiste en su potencial para disuadir la inmigración ilegal.
En conclusión, las políticas de Giorgia Meloni han logrado lo que parecía imposible hace dos años: reducir la inmigración ilegal en más de un 50% y aliviar la presión sobre las costas italianas. El Plan Mattei, los acuerdos con países africanos y el modelo de externalización en Albania son piezas clave de una estrategia que, pese a las críticas, arroja resultados concretos.