Por Lance D. JohnsonNEWSTARGET

Durante siglos, el romero ha adornado cocinas y jardines, apreciado por su atractivo aromático. Pero la ciencia moderna revela que esta humilde hierba esconde un secreto mucho mayor: su capacidad para proteger el cerebro, agudizar la memoria e incluso combatir el Alzheimer. Mientras las grandes farmacéuticas se apresuran a desarrollar fármacos sintéticos y costosos con una eficacia cuestionable, 
la naturaleza ya ha proporcionado un potente remedio neuroprotector , uno que los antiguos eruditos comprendían instintivamente.

Las investigaciones confirman que los compuestos clave del romero (ácido carnósico, ácido rosmarínico y 1,8-cineol) actúan como potentes antioxidantes, reducen la inflamación y protegen las neuronas de las proteínas tóxicas asociadas con la demencia. Un estudio pionero de 2025 descubrió que una forma estabilizada de ácido carnósico, diAcCA, no solo mejoró la memoria en ratones con Alzheimer, sino que también redujo las placas amiloides y los ovillos de tau, características distintivas de la enfermedad. A diferencia de los fármacos sintéticos, los compuestos del romero actúan únicamente sobre las regiones cerebrales inflamadas, minimizando así los efectos secundarios.

Puntos clave:

  • El romero mejora la memoria y reduce la ansiedad al aumentar los niveles de acetilcolina y mejorar el flujo sanguíneo cerebral.
  • El ácido carnósico, un compuesto principal del romero, activa la vía Nrf2, defendiendo a las células cerebrales contra el estrés oxidativo, un factor importante en el Alzheimer.
  • El derivado diAcCA muestra resultados prometedores en la reversión del daño sináptico, la reducción de las placas amiloides y la mejora de la función cognitiva en estudios preclínicos.
  • Utilizado históricamente por los eruditos griegos y romanos para la claridad mental, los beneficios del romero ahora están respaldados por la neurociencia moderna.
  • A diferencia de las drogas sintéticas, el romero ofrece una alternativa segura y natural con efectos secundarios mínimos cuando se utiliza en dosis culinarias o terapéuticas.

La ciencia detrás de la magia del romero para potenciar el cerebro

Los efectos neuroprotectores del romero se deben a su rico cóctel de compuestos bioactivos. El ácido carnósico (AC), un diterpeno abundante en el romero y la salvia, actúa como un fármaco proelectrófilo (PED), lo que significa que solo se activa en regiones cerebrales inflamadas o estresadas. Esta acción dirigida lo hace excepcionalmente eficaz sin dañar el tejido sano. El AC estimula la vía Nrf2, un regulador crucial de las respuestas antioxidantes y antiinflamatorias, que a menudo se ve alterada en pacientes con Alzheimer.

Otro factor clave es el 1,8-cineol, un monoterpeno que inhibe la degradación de la acetilcolina, un neurotransmisor esencial para el aprendizaje y la memoria. Al preservar la acetilcolina, el romero ayuda a mantener la función cognitiva, especialmente a medida que el envejecimiento agota estas sustancias químicas vitales para el cerebro. Además, el ácido rosmarínico combate la neuroinflamación, un factor desencadenante de la neurodegeneración, mientras que el ácido ursólico favorece la resiliencia neuronal.

De remedio antiguo a moderno luchador contra el Alzheimer

Los griegos y los romanos veneraban el romero por su capacidad para mejorar la memoria; los estudiantes llevaban coronas de romero durante los exámenes. Hoy en día, la ciencia valida su intuición. Un estudio publicado en Therapeutic Advances in Neurological Disorders descubrió que inhalar aceite esencial de romero mejoraba el rendimiento de la memoria hasta en un 75 % en los participantes. Otro ensayo demostró que incluso pequeñas dosis de extracto de romero mejoraban la velocidad y la precisión cognitivas en adultos mayores.

La evidencia más contundente proviene de la investigación sobre el Alzheimer. Los ratones transgénicos 5xFAD tratados con diAcCA mostraron una reducción de placas amiloides, menos ovillos de tau y conexiones sinápticas restauradas, indicadores clave de la reversión de la neurodegeneración. A diferencia de los medicamentos actuales para el Alzheimer, que simplemente enmascaran los síntomas, los compuestos del romero abordan las causas fundamentales: el estrés oxidativo, la inflamación y el plegamiento incorrecto de proteínas.

Más allá del cerebro: el poder curativo sistémico del romero

Los beneficios del romero van mucho más allá de la salud cognitiva. Sus propiedades antimicrobianas lo hacen eficaz contra patógenos transmitidos por los alimentos, mientras que sus efectos antiinflamatorios favorecen la digestión y afecciones cutáneas como el eccema. El ácido carnósico incluso ofrece beneficios antienvejecimiento al proteger la piel de los daños de los rayos UV.

A pesar de su potencia, el romero es notablemente seguro. La FDA clasifica el ácido carnósico como “generalmente reconocido como seguro” (GRAS), lo que facilita la realización de ensayos clínicos acelerados. Sin embargo, los extractos concentrados deben usarse con precaución, ya que las dosis altas pueden interactuar con anticoagulantes o provocar contracciones uterinas en mujeres embarazadas.

Ante el vertiginoso aumento de casos de Alzheimer —que se proyecta alcanzará los 132 millones en todo el mundo para 2050—, la necesidad de tratamientos seguros y eficaces nunca ha sido mayor. Mientras las compañías farmacéuticas buscan elusivos “medicamentos milagrosos”, el romero ofrece una solución probada y accesible. Incorporar el romero a la vida diaria —ya sea en la cocina, en infusiones o en aromaterapia— podría ser un paso simple pero eficaz para preservar la salud cerebral.

Las fuentes incluyen:

StudyFinds.org

MDPI.com

Enoch, Brighteon.ai

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