
Por Alan Lu para RFA – Radio Free Asia traducido por Tierra Pura.info
TAIPÉI, Taiwán – El derrumbe de un rascacielos construido en China en Bangkok ha reavivado antiguas preocupaciones sobre la seguridad en la construcción y la capacidad de Pekín para supervisar los estándares de calidad en sus proyectos en el extranjero. Sin embargo, en China, esas conversaciones se silenciaron rápidamente.
Hace poco más de un mes, un terremoto de magnitud 7,7 sacudió Myanmar y países vecinos, incluyendo Tailandia. Entre los daños se encontraba un edificio de oficinas de 32 plantas en Bangkok que se derrumbó por completo. El edificio estaba siendo construido por el Grupo de Ingeniería Ferroviaria No. 10 de China, filial de una empresa estatal china, como parte de una iniciativa conjunta.
(Ver el Vídeo: Un edificio se derrumba en Bangkok tras el terremoto de Myanmar (RFA) en el articulo original)
La noticia del colapso se extendió rápidamente por las redes sociales chinas, donde los usuarios comenzaron a cuestionar la integridad estructural de los proyectos liderados por China en el extranjero. Pero el debate no duró mucho. Se eliminaron publicaciones, se filtraron los resultados de búsqueda e incluso se eliminaron discretamente las noticias oficiales.
Por ejemplo , un artículo titulado “Edificio en auditoría en construcción se derrumba por un terremoto, contratista tailandés enfrenta una crisis de liquidez”, publicado por el medio chino Sina Finance , fue eliminado del sitio web de la plataforma después de una breve permanencia.
Medios estatales chinos como el Diario del Pueblo y CCTV publicaron informes sobre el colapso el mismo día, pero los enlaces a los informes dejaron de estar accesibles al poco tiempo de su publicación.
Las búsquedas de palabras clave relacionadas con el colapso en las plataformas de redes sociales chinas tampoco arrojaron resultados, lo que sugiere que se ha eliminado o suprimido contenido relevante en línea.

Proyecto ‘Tofu-dreg’
La construcción de las nuevas instalaciones para la agencia de auditoría estatal de Tailandia fue supervisada por el grupo de ingeniería China Railway No. 10, propiedad estatal, que obtuvo el contrato de construcción en 2020 como parte de un consorcio, según Seatao, un sitio chino que informa sobre el plan de infraestructura global Belt & Road de Beijing, o Iniciativa de La Franja y la Ruta, como se lo conoce en español.
Se indicó que la torre de 32 pisos fue el proyecto de construcción más grande realizado por el grupo. El consorcio incluyó a la constructora tailandesa Italian-Thai Development Company.
Dos días después del colapso, el ministro de Industria de Tailandia, Akanat Promphan, quien inspeccionó el lugar, declaró que la causa del derrumbe del edificio podría deberse a materiales defectuosos, un diseño deficiente o una construcción deficiente, por lo que se abrió una investigación gubernamental.
Wang Kuo-Chen, investigador adjunto de la Institución Chung-Hua de Investigación Económica de Taiwán, comparte una opinión similar.
“Ninguno de los edificios circundantes en Bangkok se derrumbó, solo ese”, dijo. “Además, la forma en que se derrumbó fue extremadamente dramática; quedó pulverizado en lugar de inclinarse hacia un lado. Esto es una señal clásica de construcción deficiente y recortes de costos”, dijo Wang, utilizando la expresión “proyecto de escoria de tofu”.
La frase deriva de “tofu dregs” (restos de tofu) -un alimento blando y desmenuzable-, que se usa para referirse a estructuras mal construidas, débiles y propensas a derrumbarse.
En el verano de 1998, China sufrió graves inundaciones y, durante su inspección de los diques rotos en Jiujiang, el ex primer ministro chino Zhu Rongji criticó airadamente el muro de contención colapsado, calificándolo de “proyecto basura”.
Desde entonces, el término se ha adoptado ampliamente en los medios de comunicación chinos para describir construcciones deficientes, a menudo asociadas con corrupción y fallos regulatorios. También se usó ampliamente para referirse a los edificios que se derrumbaron en el terremoto de Sichuan de 2008.
“En los últimos años, el llamado milagro del ferrocarril de alta velocidad y los avances tecnológicos de China han eclipsado gradualmente la imagen de proyectos de baja calidad”, afirmó Wang. “Sin embargo, el derrumbe de este edificio de auditoría ha recordado que la reputación de la alta tecnología podría ser solo una exageración”.
La Embajada de China en Tailandia no ha respondido a la solicitud de comentarios de Radio Free Asia.
Censura de larga data
Pero las ideas, incluidas las de Wang, no prosperan en China. Pekín tiene una larga tradición de controlar estrictamente el discurso público tras accidentes graves, especialmente aquellos relacionados con la calidad de la construcción y la seguridad pública.
A raíz de incidentes mortales, las discusiones en línea suelen ser rápidamente censuradas, se bloquean palabras clave, se eliminan publicaciones en redes sociales y se restringe severamente la cobertura de noticias.
Después de una explosión de gas en 2021 en Shiyan, provincia de Hubei, que mató a 25 personas, las publicaciones que exigían responsabilidades fueron rápidamente eliminadas y las discusiones en línea fueron silenciadas.
De manera similar, cuando un hotel que estaba siendo utilizado como sitio de cuarentena por COVID-19 se derrumbó en Quanzhou en 2020, matando a 29 personas, las autoridades eliminaron las publicaciones que cuestionaban las prácticas de construcción y la supervisión de la seguridad.
Un deslizamiento de tierra en Shenzhen en 2015, provocado por una pila de desechos de construcción, y el colapso en 2009 de un edificio de apartamentos de 13 pisos recién construido en Shanghai, también dieron lugar a la censura en línea de publicaciones que destacaban fallas regulatorias.
Uno de los ejemplos más destacados sigue siendo el terremoto de Sichuan de 2008, donde el derrumbe de edificios escolares deficientemente construidos provocó la indignación pública. Los padres que exigieron respuestas fueron silenciados y la información independiente se vio rápidamente restringida.
Tzeng Wei-Feng, investigador asociado del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional Chengchi de Taiwán, dijo que la amplia cobertura mediática del colapso del rascacielos de Bangkok probablemente supondrá un duro golpe para la reputación de China en el desarrollo de infraestructura del sudeste asiático.
En los últimos años, China ha ampliado significativamente sus inversiones en infraestructura y construcción en el sudeste asiático, principalmente a través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta, también conocida como BRI, que tiene como objetivo promover los intereses económicos de China a nivel mundial.
“Las naciones del sudeste asiático podrían reevaluar sus colaboraciones con empresas chinas y analizar los detalles del proyecto con más cuidado”, afirmó Tzeng.
Editado por Taejun Kang y Stephen Wright.
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