Fuente: La Gaceta de la Iberosfera

El Instituto Municipal de Educación del Ayuntamiento de Barcelona ha reconocido que ya no se sirve cerdo en las guarderías de la capital catalana porque «una comida inclusiva que excluye alimentados que comen los no musulmanes es discriminación», según la respuesta oficial enviada a una ciudadana que consultó directamente al consistorio. Esta política, argumentan desde el organismo municipal, tiene como objetivo adaptarse a «motivos culturales y religiosos», buscando una alimentación «más inclusiva y ajustada a la diversidad» de los menores escolarizados en estos centros.

La controversia se desató después de que la exdiputada Sonia Sierra cuestionase públicamente en redes sociales la ausencia de cerdo en los menús escolares, compartiendo además un enlace del propio Ayuntamiento en el que se explicita que en las escuelas infantiles de titularidad municipal no se incluye ni carne de cerdo ni productos derivados. «¿Nos podéis explicar, por favor, por qué no se sirve cerdo en las escuelas infantiles?», planteó Sierra.

A raíz de su publicación, la polémica ha ido ganando protagonismo en redes sociales, generando una oleada de comentarios críticos. Muchos usuarios señalan que esta decisión responde al hecho de que «la mayoría de los niños en esas escuelas son de origen marroquí«, mientras que otros acusan directamente al Ayuntamiento de ceder ante las exigencias del islam y de “dar la espalda a las costumbres alimentarias tradicionales”.

Eva García, otra usuaria, también se dirigió al consistorio para aclarar el motivo de esta exclusión en los menús. Compartió la contestación institucional, en la que se detalla que la medida forma parte de las directrices establecidas por la Instrucción sobre la diversidad alimentaria en los centros educativos de la ciudad. La respuesta oficial, sin embargo, no ha hecho más que alimentar la indignación de quienes consideran que se está «penalizando» a los niños que no tienen restricciones alimentarias por motivos religiosos.

Algunos sectores ya hablan de «sometimiento institucional» a dogmas religiosos y denuncian que se está produciendo un proceso de erosión de las tradiciones catalanas. No es la primera vez que una situación de este tipo desata controversia. En Lérida, por ejemplo, el Ayuntamiento tuvo que rectificar hace un tiempo tras haber retirado el cerdo del menú del comedor social para ofrecer exclusivamente carne halal, una decisión que fue recibida con fuertes críticas.

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