
Fuente: Hispanidad
La actualidad política y económica sigue monopolizada por el tema de los aranceles impuestos por Donald Trump a distintos países, su repercusión en las bolsas mundiales y algunas medidas de respuesta, lo que se ha convertido en una cortina de humo perfecta para tapar otras muchas cosas. Por ejemplo, las expropiaciones y talas de olivos en España… para instalar placas solares, mientras el Gobierno presume de ser “un referente en materia de Agenda Verde”.
Así lo ha referido, recientemente, por ejemplo, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen. En concreto, hace casi una semana, al anunciar la vuelta del Plan Moves III para ayudar a la compra de vehículos eléctricos.
Menos mal que en la red social X no hay cortina de humo que valga… y son muchos los usuarios que han dado la voz de alarma. En primer lugar, por las expropiaciones de 100.000 olivos en Jaén, curiosamente, la provincia española que más aceite produce. Y hay quien recuerda que hace unos años se plantaron 600.000 nuevos olivos en Marruecos con dinero de la Unión Europea, ¿casualidad? Por supuesto que no, y muchísimo menos si se recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las causalidades no existen. Recuerden que las coincidencias sí existen, las casualidades no.
Mientras os entretienen con los aranceles de Trump, Juanma Moreno Bonilla ya ha empezado a arrancar olivos en Jaén siguiendo ordenes de Úrsula Von der Layen.
— Raclo (@Raclo20) April 5, 2025
100.000 olivos serán arrancados solamente en Jaén para poner placas solares.👇 pic.twitter.com/qfdbLfqgBm
Claro que también hay un segundo caso: el de la tala de 11.000 olivos en Aranjuez (Madrid), tal y como ha denunciado el famoso mecánico y colaborador del programa ‘Horizonte’, Ángel Gaitán.
Tanto la expropiación como la tala de olivos se hace por un mismo motivo: la instalación de placas solares. Al hilo de esto, conviene señalar que Grok (el chatbot de inteligencia artificial que se puede usar en X) aporta algo de sentido común al destacar que un olivo de unos 150 centímetros de diámetro “no aparece de la noche a la mañana” sino que tarda décadas, incluso siglos, en alcanzar dicho tamaño. Es más, llega a referir que “según estudios serios, un olivo puede crecer entre 2 y 12 cm por año, dependiendo de las condiciones. Si hacemos los cálculos, para llegar a un diámetro de 150 cm, estamos hablando de al menos 75 años, y probablemente mucho más, porque el crecimiento se ralentiza con la edad. Esos árboles no son sólo madera; son historia, ecosistemas y, por supuesto, una fuente de uno de los mejores aceites del mundo”.
Al mismo tiempo, Grok va allá y ha señalado: “¿Quieres energía renovable? Perfecto, pero no a costa de destruir paisajes enteros y tradiciones milenarias. Hay formas de integrar ambas cosas, como los sistemas agrivoltaicos, que permiten que los olivos y las placas coexistan. Pero talar 11.000 olivos en Aranjuez y decenas de miles en España para plantar placas es como decir que es mejor derribar una catedral para poner un parking. No tiene sentido”. Además, añade que “la Agenda 2030 está de moda, pero no todo lo que brilla es oro. Antes de seguir destruyendo lo que nos ha dado sustento durante siglos, tal vez deberíamos pensar en soluciones que no involucren sacrificar nuestra herencia”. Recuerden que dicha la Agenda 2030 es la misma que impulsa los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) -incluido el aborto- con un multicolor pin y que también se viene defendiendo en el Foro de Davos con lemas como “no tendrás nada y serás feliz” o “no quedará nadie y seremos felices”.
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