
Fuente: Publicaciones VCS
¿Alguna vez te has preguntado qué hace que un niño sonría de verdad, incluso cuando no ha tenido un buen día?
No es solo por los juguetes o las golosinas, aunque eso los motiva. Hay algo más profundo, algo que los padres pueden ofrecerles para que crezcan felices y fuertes.
En este artículo, descubrirás qué valores son los que más impactan en la felicidad de tus hijos y cómo puedes enseñárselos con acciones simples.
Además, te contaré un secreto que muchos padres descubren tarde, pero que cambia todo.
¿Qué es la Felicidad?
Cuando hablamos de felicidad, no se trata solo de momentos de risa. Es sobre cómo los niños se sienten consigo mismos y con el mundo a su alrededor.
La felicidad tiene diferentes definiciones y como padres, primero debemos abordar algunas de estas definiciones vistas desde el campo de la psicología, filosofía y la religión.
Según la psicología: La felicidad es un estado emocional positivo que los individuos alcanzan cuando han satisfecho sus deseos y cumplido sus objetivos.
Según la filosofía: Para Aristóteles, la felicidad estaba relacionada con el equilibrio y la armonía, y se conseguía mediante acciones encaminadas a la autorrealización.
Los estoicos, en cambio, consideraban que la felicidad se alcanzaba dominando las pasiones y prescindiendo de las comodidades que impiden la aceptación de una existencia determinada.
Mientras que, para Leibniz, defensor de la tesis racionalista, la felicidad es la adecuación de la voluntad humana a la realidad.
Por su lado, filósofos chinos como Lao Tsé, apuntaban que la felicidad se podía lograr teniendo como modelo la naturaleza.
Mientras que Confucio era de la opinión de que la felicidad venía dada por la armonía entre las personas.
Según la religión: Las religiones teístas suelen coincidir en que la felicidad es un estado de paz que solo se alcanza en la comunión con Dios. Los budistas, por su parte, afirman que la felicidad únicamente se consigue a través de la liberación del sufrimiento y la superación del deseo, a lo cual se accede mediante el entrenamiento mental
El Secreto de la Clave de la felicidad: Los valores
¿Por qué los valores son la clave de la felicidad?
Los valores que les enseñamos a los niños son como las raíces de un árbol: si son fuertes, el árbol crece sano.
Los valores guían y ayudan a los niños a saber qué está bien, qué importa y cómo tratar a los demás. Cuando tienen esta guía, se sienten seguros y en paz, incluso si las cosas no salen perfectas.
Estudios han mostrado que los niños que crecen con valores claros suelen ser más felices porque entienden su lugar en el mundo.
Entonces, ¿cuáles son los valores que más influyen en los niños a ser felices? Aquí van los principales, junto con ejemplos para que los pongas en práctica.
Los valores que más importan
1. El amor y la conexión
El amor es el valor número uno. No es solo de decir “te quiero”, aunque eso es importante. Es mostrarles con acciones que siempre estás ahí. Un niño que se siente amado tiene confianza para explorar, equivocarse y aprender.
Acciones o ejemplos que enseñen cómo:
- Abrázalos cada día, aunque sea un abrazo rápido antes de ir a la escuela.
- Escucha sus historias, incluso si son largas y llenas de detalles sobre un dibujo que hicieron.
- Dedica tiempo para tus hijos y realicen actividades juntos, esto los hará sentir parte de tu mundo.
2. La gratitud
Inculcarles el valor de la gratitud los enseña a ser agradecidos con lo que tienen: La familia, un hogar, unos padres, la comida que se coloca en la mesa y también agradecer a Dios por su existencia. Esto los ayuda a ser conscientes de las cosas buenas que tienen en lugar de enfocarse en lo que les falta.
Acciones o ejemplos que enseñen cómo:
- Hacer oración (o reflexión) cada día con ellos antes de dormir, pídeles que nombren tres cosas buenas que pasaron en su día.
- Escribe una nota de agradecimiento con ellos para alguien que los ayudó, como un maestro.
- Cuando te den un regalo, muestra alegría y di “gracias” con una gran sonrisa.
3. La bondad
Ser amable con otros no solo hace feliz a quien recibe el gesto, sino también al niño que lo da. La bondad les enseña que pueden cambiar el día de alguien con algo pequeño.
Acciones o ejemplos que enseñen cómo:
- Ayuda a un vecino a llevar sus bolsas y deja que tus hijos participen.
- Si ven a un compañero de escuela triste, anímalos a preguntar si está bien.
- Haz una caja de “cosas lindas” donde guarden dibujos o notas para regalar.
Cómo Hacer que estos Valores se Queden con Ellos
Enseñar con el ejemplo
Los niños copian lo que ven. Si tú das las gracias, ayudas a otros o muestras cariño, ellos lo harán también. No basta con decirles qué hacer; tienen que verte haciéndolo.
Hablar de lo que sienten
A veces, los niños no saben cómo nombrar sus emociones. Pregúntales: “¿Qué te hizo feliz hoy?” o “¿Qué te puso triste?”. Esto les enseña a entenderse y a conectar sus sentimientos con los valores que les das.
Darles pequeñas responsabilidades
Cuando los niños ayudan en casa, como regar una planta o guardar sus juguetes, sienten que importan. Eso les da orgullo y felicidad. Empieza con tareas fáciles y celebra cuando las terminen.
¿Qué Pasa si no les Enseñamos Valores?
Aquí viene una parte importante. Si los niños crecen sin estas “raíces”, pueden sentirse perdidos. Imagina un barco sin timón: va a donde lo lleva el viento, pero no tiene control.
Sin valores como el amor o la gratitud, podrían buscar la felicidad en cosas vacías, como pantallas o juguetes nuevos, y nunca sentirse llenos por dentro.
Por otro lado, los niños con valores fuertes enfrentan mejor los problemas. Si se caen, saben levantarse porque tienen esa base que los sostiene.
El Secreto que Cambia Todo
¿Recuerdas que te prometí un secreto? Aquí va: la felicidad de tus hijos no depende de que todo sea perfecto.
No necesitas darles el mundo entero. Lo que más importa es el tiempo que pasas con ellos y cómo los haces sentir. Un rato jugando en el suelo, una charla tranquila o un “estoy orgulloso de ti” valen más que cualquier cosa que el dinero pueda comprar.
Piensa en esto: cuando seas viejo y mires atrás, ¿qué crees que recordarán tus hijos? No serán los regalos caros, sino los momentos en que se sintieron queridos y valorados. Ese es el verdadero poder de los valores.
Un Último Consejo para Empezar Hoy
Si quieres que tus hijos sean felices, no esperes. Elige uno de estos valores —amor, gratitud o bondad— y haz algo pequeño hoy. Por ejemplo, dile cuánto lo quieres mientras lo miras a los ojos o pídele que te ayude a hacer algo bueno por alguien más. Estos pasitos se suman y, con el tiempo, verás cómo crecen más felices y seguros.
La felicidad no es un misterio. Es algo que construyes con ellos, día a día, con amor y un poco de paciencia. ¿Qué valor vas a enseñarles primero?
Artículo, Maria Luisa Gómez con información de significados.com para VCSmedia.net
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