Traducido de Slay News por TierraPura

Los principales expertos de Japón han emitido una alerta mundial para pedir una reevaluación urgente de los programas de vacunación a nivel mundial después de vincular un reciente aumento de muertes infantiles con las “vacunas”.

Un nuevo estudio impactante publicado en la revista arbitrada por pares  Discover Medicine de Springer Nature hace sonar la alarma sobre el tema después de vincular varias muertes infantiles con las “vacunas”.

Sin embargo, no fueron solo las inyecciones de ARNm las que se vincularon a las muertes, ya que el estudio encontró que varios niños murieron repentinamente después de recibir las vacunas del calendario infantil estándar.

El estudio fue realizado por el Dr.  Kenji Yamamoto  del  Hospital Memorial Okamura en Japón.

Tras el caso de Yamamoto, los principales expertos japoneses piden ahora una reevaluación urgente de los programas mundiales de vacunación, en particular de las “vacunas” de ARNm. 

Los hallazgos de Yamamoto están impulsados ​​por la creciente evidencia de inmunodeficiencia inducida por la vacuna y un marcado aumento de los efectos adversos.

De manera alarmante, Japón ha registrado más de 600.000 muertes adicionales desde el lanzamiento de la “vacuna” contra la Covid.

Sin embargo, a pesar de que la pandemia terminó hace tiempo y la aceptación de las “vacunas” está disminuyendo, las muertes han continuado.

Particularmente preocupante es el aumento de muertes entre los niños que recibieron inyecciones de Covid.

Durante el estudio, Yamamoto analizó docenas de muertes infantiles inexplicables en Japón.

Descubrió que las muertes repentinas y misteriosas de niños se dispararon después de que los niños japoneses recibieran vacunas contra la Covid.

Sin embargo, Yamamoto señaló que tres muertes infantiles inexplicables investigadas para el estudio ocurrieron un día después de una vacunación de rutina.

El Dr. Yamamoto advierte que estas impactantes estadísticas justifican una mayor investigación.

A pesar de los detallados informes de autopsia, los expertos clasificaron estos casos como de “causalidad no evaluable”.

Esta clasificación llevó a Yamamoto a preguntarse si las presiones externas o los conflictos de intereses podrían estar obstruyendo las evaluaciones adecuadas de la seguridad de las vacunas. 

Este es un asunto serio que necesita ser tomado en serio en los Estados Unidos.

Los expertos ahora instan al Secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS), Robert F. Kennedy Jr., partidario de la seguridad, a que examine los hallazgos del Dr. Yamamoto.

El  estudio analiza cómo la mayoría de los países del mundo han suspendido las dosis adicionales de ARNm.

Sin embargo,  lugares como  Japón y Estados Unidos son la excepción y continúan administrando dosis de refuerzo de octava dosis a los ancianos.

Esto ocurre a pesar de las preocupaciones por el agotamiento del sistema inmunológico, los aumentos repentinos de anticuerpos IgG4 y las crecientes tasas de infección después de la vacunación.

Lo singular del estudio de Yamamoto es que sus investigaciones también se centran en otras vacunas.

En el artículo del estudio, Yamamoto menciona tres muertes entre niños que recibieron “vacunas” no relacionadas con el Covid.

El más pequeño era un bebé de dos meses que murió un día después de recibir vacunas contra el HIB, el rotavirus y el neumococo.

El bebé, que falleció el 23 de enero de 2024, enfermó repentinamente 30 minutos después de las inyecciones.

Entró en asistolia en el hospital 59 minutos después de ser vacunado.

En otro caso, una bebé de seis meses murió un día después de recibir inyecciones contra la hepatitis B, HIB, neumococo y una vacuna cuatro en uno (tos ferina, difteria, tétanos y polio).

Fue encontrada muerta el 24 de noviembre de 2023, el día después de las “vacunas”.

El tercer caso fue un niño de tres años que murió un día después de recibir la vacuna contra la encefalitis japonesa.

Parecía letárgico y tenía fiebre de 103 °F aproximadamente 8 horas después de la vacuna y murió poco después.

Yamamoto destaca fallas fundamentales en el seguimiento y clasificación de las vacunas.

Señala que la mayoría de las muertes que ocurren inmediatamente después de la vacunación se etiquetan sistemáticamente como “no se pueden evaluar” en lugar de examinarlas rigurosamente.

El médico sostiene que las políticas de vacunación han quedado protegidas del escrutinio científico.

Los reguladores y los expertos de la industria están desestimando las crecientes preocupaciones y no logrando validar la seguridad a largo plazo.

El estudio propone análisis de sangre previos a la vacunación para detectar posibles vulnerabilidades inmunológicas antes de administrar las inyecciones e insta a una reevaluación inmediata de los organismos reguladores, incluido el reemplazo de funcionarios con conflictos de intereses.

Yamamoto no llega a pedir una moratoria total de las vacunas.

Sin embargo, recomienda encarecidamente suspender los programas actuales hasta que se realicen ensayos clínicos exhaustivos, doble ciego y a largo plazo que puedan validar su seguridad.

Estas  afirmaciones audaces están respaldadas por datos preocupantes del mundo real y plantean un desafío a las autoridades de salud pública, los fabricantes de vacunas y los relatos de los medios de comunicación que siguen presentando el cuestionamiento de la vacunación como algo “anticientífico”. 

Sin embargo, la publicación del estudio de Yamamoto en Springer Nature Discovery Medicine señala una nueva apertura para que los editores tradicionales comiencen a exponer el problema.

El estudio, que no recibió financiación externa, es un duro recordatorio de que la investigación científica debe permanecer libre de presiones políticas y financieras, especialmente cuando están en juego vidas humanas.

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