Fuente: La Gaceta de la Iberosfera
La Oficina Electoral Central de Rumanía ha rechazado la candidatura del líder soberanista Călin Georgescu a las elecciones presidenciales cuando lideraba todas las encuestas. La decisión, tomada por una mayoría de diez votos contra cuatro este domingo, ha generado una reacción inmediata por parte de sus seguidores, quienes están protestando con vehemencia y han derribado las vallas de seguridad colocadas por los gendarmes frente a la sede del organismo electoral.
Fuentes citadas por el medio G4Media han revelado que el rechazo de la candidatura se debe a «irregularidades tanto de forma como de fondo». Uno de los aspectos clave que ha influido en la decisión fue la declaración patrimonial presentada por Georgescu, que mostró discrepancias en comparación con la que registró en los comicios de noviembre de 2024. Este hecho habría sido determinante para que el BEC desestimara su postulación. Todo ello, pese a no existir ningún indicio de que haya cometido actos delictivos.
El veredicto ha desatado la indignación de sus aliados políticos. George Simion, presidente del partido soberanista AUR, ha calificado la decisión como un «nuevo abuso» y la ha considerado parte de «un golpe de Estado iniciado el 6 de diciembre». Simion, junto con otros dirigentes afines a Georgescu, ha arremetido contra el gobierno rumano exigiendo la dimisión del primer ministro Marcel Ciolacu. «Estamos en una dictadura», ha denunciado Anamaria Gavrilă, del POT, quien también ha señalado que la documentación presentada por Georgescu cumplía con todos los requisitos legales.
En la misma sesión, la Oficina Electoral también ha analizado la candidatura de Nicușor Dan, quien ha presentado su inscripción el mismo día que Georgescu. Sin embargo, en su caso, la postulación si ha sido aceptada sin reproches, lo que ha aumentado las sospechas en torno a los posibles motivos ideológicos detrás de esta decisión.
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