Fuente: La Gaceta de la Iberosfera

El CEO de DisneyBob Iger, ha anunciado un cambio de rumbo en la estrategia de la compañía, enfocándose en el entretenimiento como su misión principal y dejando de lado las agendas políticas y sociales que han generado divisiones entre su audiencia. «Nuestra prioridad debe ser entretener, no promover agendas«, afirmó Iger durante una reunión con inversores.

Esta nueva dirección busca recuperar el favor de una audiencia más amplia tras años de críticas por decisiones percibidas como excesivamente progresistas. Entre los cambios recientes, Disney eliminó una trama sobre un personaje trans en la próxima serie animada Ganar o Perder, argumentando que muchos padres prefieren abordar estos temas con sus hijos según sus propios valores.

El giro responde a la controversia acumulada en los últimos años. Desde 2020, Disney implementó iniciativas en favor de la diversidad e inclusión, reflejadas en películas como Lightyear y Strange World, que incluyeron personajes LGBTQ+ y temáticas inclusivas. Incluso modificaron tradiciones en parques como Magic Kingdom, cambiando el saludo tradicional de «damas y caballeros, niños y niñas» por un más neutral «soñadores de todas las edades».

Sin embargo, estas medidas también trajeron consecuencias negativas. Una de las disputas más notorias fue con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien calificó a Disney de «woke». Esto derivó en la pérdida del estatus fiscal especial de la empresa en Florida y una prolongada batalla legal que dañó la reputación de la compañía. Según una encuesta de 2023, mientras que el 76% de los demócratas en Florida tenía una opinión favorable de Disney, este porcentaje se desplomaba al 27% entre los republicanos.

Otro punto de controversia reciente fue un acuerdo con Donald Trump. Disney resolvió una denuncia por difamación presentada por el expresidente contra ABC News, una de sus divisiones. La cadena acordó pagar $1 millón en costos legales y $15 millones para la futura biblioteca presidencial de Trump, tras una declaración incorrecta de George Stephanopoulos sobre un caso de abuso sexual. Aunque Disney contaba con argumentos para disputar el caso, el contexto político en Florida y los riesgos asociados a enfrentarse a Trump llevaron a un acuerdo extrajudicial.

A pesar de este cambio de enfoque, Iger asegura que no abandonará los valores que inspiraron éxitos como CocoPantera Negra y Moana, que destacaron por su representación cultural y social. No obstante, enfatizó que las historias deben conectar con un público diverso sin alienarlo. «El público es muy variado, y debemos ser cuidadosos para no dividir a nuestra audiencia», explicó.

Con este cambio de timón, Disney busca regresar a su esencia original como líder del entretenimiento global. Charles Elson, experto en gobernanza corporativa, resume la postura de la compañía: «El entretenimiento debe ser la prioridad; la política es mala para los negocios». La compañía ahora espera que este enfoque más neutral la ayude a recuperar la confianza de sus espectadores y a mantener su relevancia en un panorama mediático cada vez más competitivo.

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