Por Nitu Pérez Osuna – La Gaceta de la Iberosfera
El pasado 26 de noviembre, los ministros de Exteriores del G7, es decir, de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, exigieron la liberación de todos los presos políticos «injustamente detenidos» en Venezuela.
En la declaración final de la cumbre que se realizó en Italia, los altos funcionarios gubernamentales señalaron que «el pasado 28 de julio el pueblo venezolano se ha expresado en las urnas claramente, votando por un cambio democrático y apoyando a Edmundo González Urrutia con una mayoría significativa».
Este mes, ya los gobiernos de Estados Unidos, Italia y Ecuador habían reconocido formalmente a Edmundo González como presidente electo, y se espera que otros países hagan lo mismo.
Pero quizás lo que más le preocupa al régimen de Maduro son los nombramientos hechos por Donald Trump para cargos que tienen que ver directamente con Venezuela.
En la Secretaría de Estado fue asignado Marco Rubio, quien ha dicho públicamente que «Maduro es un criminal acusado de aliarse con organizaciones terroristas para usar drogas ilegales como armas contra Estados Unidos… en el interés de la seguridad estadounidense y de la estabilidad regional, Maduro debe ser enjuiciado por sus crímenes contra el pueblo venezolano».
Sébastien Gorka, quien fue designado por Trump como asesor de la Casa Blanca especializado en la lucha antiterrorista, estará a cargo de monitorizar las relaciones de Maduro con el grupo terrorista Hezbollah.
Por su parte, el poderoso senador republicano Rick Scott lanzó una dura advertencia en contra del régimen venezolano: «Tengo un mensaje para Maduro y sus matones: los días de las débiles políticas de apaciguamiento de Biden han terminado».
Mike Waltz, quien fue nombrado por Trump como asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, es nada menos que el autor de la Ley Bolívar, que castiga a todo aquel que negocie con el régimen de Maduro. «Venezuela está en crisis debido al gobierno ilegítimo y autoritario y a las políticas marxistas de Nicolás Maduro y su cártel de Caracas», afirmó Waltz quien aseguró, además, «que la legislación no solo apunta a Venezuela, sino que también envía una advertencia a otros regímenes autoritarios en la región».
El analista Arturo Macfields, quien fue embajador de Nicaragua en la OEA, se enmarca en esta línea al afirmar que los dictadores de Cuba, Nicaragua, ademas del venezolano, están en pánico debido a las medidas que pueda tomar Trump contra ellos.
El régimen chavista, escribe Macfields, quiere repetir con Trump el esquema que jugó con el presidente Biden, basado en falsas negociaciones, «Pero los tiempos han cambiado y hay un nuevo sheriff en la ciudad».
Ciertamente, hay un nuevo líder en Washington que ya ha anunciado que tomará las medidas necesarias para evitar que los Estados Unidos continúe siendo inundado con drogas, inmigrantes ilegales y para impedir que los dictadores de la región sigan alimentando el terrorismo islámico.