Por Virginia Martínez – voz.us
Las autoridades chinas tardaron casi 24 horas en anunciar el balance de muertos del atropello masivo que mató a 35 personas en Zhuhai. Se trata de un intento de Pekín de censurar la difusión de información que consideran sensible.
Pocas horas después del atropello, circularon en las redes sociales imágenes de cuerpos tirados en las calles. Pero el martes por la madrugada desaparecieron. La policía local habló en un primer momento solo de “heridos”. No se han ofrecido detalles sobre el caso ni si hay detenidos por lo ocurrido.
Las autoridades también obligaron a retirar las flores y las velas depositadas cerca del lugar de la tragedia.
China monitorea de cerca sus redes sociales, donde es común que las palabras clave o el contenido que se considera confidencial se elimine, a veces en pocos minutos. En Weibo, similar a la red social X, las fotos o videos sobre el atropello desaparecieron rápidamente. Lo mismo ocurrió con las publicaciones en Xiaohongshu, el equivalente chino de Instagram.
Los medios estatales no informaron de los 35 muertos hasta casi 24 horas después del atentado. Unos momentos después, la etiqueta “Un hombre en Zhuhai atropella a la muchedumbre causando 35 muertos” se convirtió en la primera tendencia en Weibo.
China tiene una larga tradición de control de la información, lo que a veces provoca consecuencias en la respuesta a las catástrofes. Por ejemplo, en el año 2019, las autoridades retrasaron la respuesta al covid-19 y penalizaron a los responsables locales de salud que advirtieron que el coronavirus se estaba propagando rápidamente.