Gabriela Moreno – Panam Post
El asedio de la pesca ilegal de calamar por parte de barcos chinos en aguas suramericanas, específicamente en el Pacífico Sur, no es mito sino es una realidad innegable, convertida en un problema de sanidad, derechos humanos y seguridad marítima que tiene al Comité para el Manejo Sustentable del calamar gigante (Calamasur) en busca de acciones concretas que castiguen la práctica de las embarcaciones asiáticas.
Manuel Martínez y Renato Gozzer, ambos especialistas pesqueros y asesores de Calamasur, conocida por ser una organización que agrupa a líderes de la industria en Chile, Ecuador, México y Perú, revelaron en entrevista a PanAm Post las trabas legales y gubernamentales para impedir la captura indiscriminada y descontrolada de la especie, cuya longitud alcanza los 2,5 metros y un peso de hasta 50 kilogramos.
Insisten en que en que la pesca de calamar gigante es una de las más grande del mundo con limitada regulación, que en la actualidad produce más de un millón de toneladas de desembarques. Sin embargo, recalcan que “se necesita mayor rigurosidad con la pesca ilegal no declarada”. Según Gozzer, el “falseo de posiciones” es una de las tácticas de los barcos chinos para “pescar a la sombra” en aguas suramericanas.
China en la mira
Al respecto, insiste que China debe consignar la información sobre los satélites de sus embarcaciones a organizaciones independientes, para reducir las tensiones y aumentar una cooperación efectiva.
Mientras, Martínez alerta acerca del riesgo que representa para las cadenas de suministro la pesca sin regulaciones, así como también la necesidad de contar en Chile con una legislación actualizada que establezca los castigos para quienes incurren en el delito.
Hasta ahora, el proyecto presentado en el Congreso austral avanza con lentitud, considerando que solo 37 de los 338 artículos de la normativa presentada ha requerido 145 votaciones en sala agotando el debate y postergando su aprobación.