Por Gabriela Moreno – Panampost.com
Los registros de la navegación de barcos chinos en el Pacífico Sur con banderas distintas a la de Pekín y sus sistemas satelitales apagados sobran. Sin embargo, el embajador del régimen de Xi Jinping en Chile, Niu Qingbao, niega las evidencias de la depredación desmedida de especies, la violación de soberanía y abusos a derechos humanos que distintas organizaciones han hecho públicas tras divisar su navegación por el mar jurisdiccional de Chile, Ecuador, Argentina, Uruguay o Perú.
Según Qingbao, la Armada de Chile, junto con otras autoridades pesqueras, “han declarado pública y reiteradamente que al mantener un constante monitoreo de las flotas que pasan por las aguas chilenas no se ha encontrado registro de ninguna pesca ilegal realizada por barcos chinos”. Incluso, insiste en que China, “como país responsable, se opone y combate firmemente la pesca ilegal”, según publica El Mercurio.
Sin embargo, una amplia investigación de Mongabay Latam, en alianza con Cuestión Pública de Colombia, El Universo de Ecuador y el Centro de Información Periodística (Ciper) de Chile lo desmiente. El monitoreo satelital durante los últimos cinco años, dentro de cuatro áreas marinas protegidas en el Pacífico Sur, revela que la estrategia de los barcos chinos para pescar en aguas territoriales de interés consiste en firmar alianzas empresariales para registrar buques extranjeros bajo la bandera del país al que aspiran arribar.
Submarino en vigilia
Además, la Armada chilena reconoce que los pesqueros chinos transitan anualmente por la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Chile, provenientes de las islas Galápagos, en Ecuador, en su ruta hacia el estrecho de Magallanes, donde depredan calamares y otras especies, afectando gravemente la pesca. Por esta razón, ha desplegado su submarino Scorpène para vigilar los dos millones de kilómetros cuadrados de océano bajo su jurisdicción, lo que convierte a Chile en el país con la décima ZEE más grande del mundo.
El acecho de los barcos chinos en aguas del Pacífico Sur lo viene reportando desde 2022 el estudio de la C4ADS —una organización dedicada a proporcionar análisis basados en datos sobre conflictos globales y problemas de seguridad transnacional— que reportó 140 embarcaciones ilegales en la zona. De ellas, 133 (95 %) pertenecen a China, cuatro (3 %) a Taiwán y tres (2%) a Corea del Sur.
A ello se suma el último informe publicado por la Fundación de Justicia Ambiental (EJF por su siglas en inglés), donde se califica a la flota pesquera china como responsable de pesca ilegal sistemática y de violaciones de los derechos humanos en los países ribereños del suroeste del Océano Índico, así lo revelan las 318 entrevistas a antiguos tripulantes que trabajaron en al menos un buque chino en el último año. De ellos, el 80 % denunció el cercenamiento de las aletas de tiburón, el 100 % habló sobre condiciones de trabajo y de vida abusivas, el 96 % recalcó el tema de las horas extraordinarias excesivas y el 55 % violencia física.
La más depredadora
La pesca ilegal de embarcaciones chinas en aguas del Pacífico Sur que intenta negar el embajador de China en Chile la confirma Andrés Fosk, gerente de la sociedad Landes, la empresa pesquera chilena con seis décadas de experiencia en navegación de Talcahuano.
Mediante una carta publicada en El Mercurio tilda a la flota china de ser “la más depredadora del mundo”. Asegura que representan una amenaza para el ecosistema como para los trabajadores involucrados en sus faenas e insiste en que operan con “esclavos a bordo y violaciones a los derechos humanos”.
La voz de Fosk no es el única con acusaciones contra las flotas china por su impacto en santuarios marinos de Latinoamérica debido al daño que causan a la biodiversidad de los océanos, a la economía de las comunidades que viven de la pesca y al riesgo que implican para la seguridad alimentaria de la humanidad.
Engaño en el mar
Recientemente, Mongabay detectó hasta el uso de un barco calamarero chino, el Zhe Pu Yuan 98, como hospital para evitar controles en las aguas de mar Pacífico bajo la soberanía de Perú.
“No se puede tener un hospital al mismo tiempo que se pesca, porque las condiciones sanitarias son otras”, recalcó Milko Schvartzman, experto en el análisis de las operaciones de flotas china en un reporte de la organización.
El reto es combatir la práctica. Lo deja claro Alex Muñoz, director para América Latina del proyecto Pristine Seas de National Geographic Society, tras reconocer que es difícil detectar la actividad ilegal y aunado a ella está la debilidad de los sistemas judiciales para perseguir en los tribunales los delitos cometidos en el mar.