Fuente: vcsmedia.net

Las disidencias de las FARC y otros grupos armados en Colombia utilizan TikTok para reclutar jóvenes y menores. Las autoridades alertan sobre el creciente uso de redes sociales para la propaganda y captación en zonas rurales.

En un preocupante fenómeno que refleja las dinámicas de los conflictos armados en la era digital, supuestos miembros de las disidencias de las FARC y otros grupos armados ilegales en Colombia han comenzado a utilizar redes sociales, especialmente TikTok, para difundir propaganda y reclutar nuevos combatientes. Este uso de plataformas digitales por parte de organizaciones ilegales está alertando a las autoridades sobre una nueva forma de captar adeptos, muchos de ellos menores de edad, a través de mensajes glorificando la violencia y ofreciendo una vida de poder y lujo.

Reclutamiento a través de TikTok: el nuevo campo de batalla

Las imágenes que circulan en TikTok muestran a individuos con uniformes militares, armados y participando en actividades como entierros o entrenamientos en zonas rurales. Lo que en un principio podría parecer contenido inofensivo o de simple exhibición, en realidad representa una grave amenaza: en los comentarios de estas publicaciones, se pueden encontrar números de teléfono y solicitudes de información para unirse a las filas guerrilleras. Entre las respuestas más comunes están preguntas como “¿Cómo hago para ingresar?”, revelando el nivel de interés que estas publicaciones despiertan entre los usuarios.

Las autoridades colombianas han encendido las alarmas sobre esta modalidad de reclutamiento, especialmente preocupante en el caso de menores de edad. De acuerdo con la Policía Nacional, ya se ha confirmado la captación de 101 menores a través de redes sociales. Esto constituye un grave crimen de guerra y una violación flagrante del Derecho Internacional Humanitario.

La guerra como espectáculo digital

Los grupos armados ilegales, incluidos las disidencias de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), han encontrado en las redes sociales una herramienta efectiva para difundir mensajes de violencia, pero también de lujo y poder. Las publicaciones a menudo presentan imágenes de armas de alto calibre, vehículos de lujo y fajos de dinero, creando una narrativa seductora para jóvenes vulnerables en zonas rurales que ven en estos grupos una salida a su situación de pobreza o marginación.

Este contenido no solo glorifica la violencia, sino que también refuerza una imagen falsa de camaradería y pertenencia. En departamentos como Cauca, Nariño y Huila, donde la violencia se ha intensificado en los últimos meses, este tipo de propaganda puede tener un impacto devastador en comunidades donde los jóvenes enfrentan pocas oportunidades de desarrollo.

La respuesta de las autoridades y el desafío de la desinformación

Aunque las plataformas como TikTok han implementado políticas para eliminar contenido que promueve la violencia, muchos de estos videos permanecen en línea, debido a la dificultad de controlar el volumen de publicaciones y el uso de algoritmos que promueven el contenido basado en intereses del usuario. En este contexto, la Policía y la Defensoría del Pueblo han emitido repetidas alertas sobre los riesgos que representan las redes sociales para el reclutamiento forzado, especialmente de niños y adolescentes.

El experto en medios, Mario Morales, de la Universidad Javeriana, destaca el peligro de la “emocionalización” en estas plataformas, donde la manipulación emocional y la glorificación de la guerra encuentran un caldo de cultivo perfecto. “Las redes sociales se han convertido en un espacio para la propaganda, la desinformación y el odio, y la población más vulnerable es la que más se ve afectada”, afirma Morales.

La urgencia de una intervención política

A pesar de las advertencias, el control sobre estos contenidos sigue siendo limitado, y los grupos armados continúan utilizando las redes para legitimar sus actividades ilícitas, como el narcotráfico. Mientras tanto, organizaciones como el Movimiento Nacional de Madres y Mujeres por la Paz continúan denunciando públicamente el reclutamiento de menores, exigiendo la liberación de jóvenes como Jhojan Alexis Ramírez y Melanie Cuchimba, víctimas recientes de esta estrategia digital de captación.

La solución, según Morales, pasa por una firme voluntad política que priorice la protección de los jóvenes y frene el avance de estos grupos en las redes sociales. Sin embargo, en un contexto de procesos de paz, muchas veces estas acciones son difíciles de implementar, ya que se perciben como contrarias a los esfuerzos por alcanzar una solución negociada al conflicto.

Este fenómeno digital evidencia la necesidad de un enfoque integral que incluya tanto la regulación de las plataformas como la intervención en las comunidades más afectadas, para evitar que las redes sociales se conviertan en un campo de reclutamiento masivo para la guerra.

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