Fuente: La Gaceta de la Iberosfera
Por Carlos Esteban
Parecen haberse cansado de disimular, y cada vez más a menudo se arriesgan a decir en voz alta lo que se supone deben disimular. Hace unos días fue el exsecretario de Estado Kerry diciendo que la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos —la que consagra la libertad de expresión— es «un obstáculo» para avanzar. Y ahora es Hillary Clinton alertando del riesgo de que «ellos» pierdan el «control total» si no se censuran las redes sociales.
Hillary declaró al presentador de CNN Michael Smerconish que las compañías de redes sociales deben moderar el contenido en sus plataformas o de lo contrario «perderemos el control total». ¿Quiénes, exactamente, «perderemos» ese control?
Desde luego, no la gente corriente. Se refieren, más bien, a quienes durante décadas han tenido el monopolio de la narrativa, los que nos han contado que el coronavirus que lo cambió todo hace unos años surgió de un murciélago o un pangolín en un mercado de Wuhan, que la profunda corrupción revelada en el portátil de Hunter Biden era mera «desinformación rusa», que Biden tenía la cabeza en perfecto estado de revista, que no nos están sustituyendo demográficamente o que acabamos de pasar el verano más caluroso desde el Jurásico l por citar sólo unas pocas verdades oficiales.
«Podemos observar el estado de California, el estado de Nueva York, creo que otros estados también han tomado medidas», dijo Clinton a CNN, y agregó: «Pero necesitamos una acción nacional y, lamentablemente, nuestro Congreso ha sido disfuncional cuando se trata de abordar estas amenazas a nuestros niños».
Clinton pidió derogar la Sección 230 de la Ley de Comunicaciones, que protege a las plataformas de redes sociales de la responsabilidad por el contenido de tercero porque, dice, «ahora sabemos que esa era una visión demasiado simplista, que si las plataformas, ya sea Facebook o Twitter/X o Instagram o TikTok, lo que sean, no moderan y monitorean el contenido, perdemos el control total», advirtió, y señaló: «Y no se trata sólo de los efectos sociales y psicológicos, es la vida real».
El mes pasado, Clinton pidió que cualquiera que difundiera «información errónea» fuera procesado penalmente como una «mejor medida de disuasión » antes de las elecciones. Están asustados.